03 Marzo 2015
DESMANES. Los violentos destrozaron autos y patrulleros durante el enfrentamiento. FOTO TOMADA DE CLARIN.COM
BUENOS AIRES.- Diego Jaime, uno de los futbolistas de Dock Sud que estuvo "atrincherado" en el vestuario en medio del enfrentamiento entre policías y barras de Laferrere, contó hoy que la pasaron "muy mal" las dos horas que estuvieron encerrados y remarcó que "en todo momento" temieron que les pasara algo.
"Estaban los planteles de Dock Sud, Laferrere, periodistas partidarios de los dos lados. Si llegaban a entrar (los barras) iba a ser igual para los dos lados. Lo que estaba sucediendo afuera era algo terrible", relató a DyN el jugador sobre los incidentes de ayer a la tarde que dejaron catorce efectivos heridos.
Jaime se convirtió ayer en corresponsal de la violencia en el fútbol, cuando en medio de los enfrentamientos entre la barra brava de Laferrere con la Policía Bonaerense tuiteó: "Estamos atrincherados en el vestuario visitante, estamos todos bien... esperemos pase todo rápido así volvemos a nuestras casas con la flia".
El futbolista del "Docke" detalló que mientras se disputaba el partido de Primera C en el estadio "Ciudad de Laferrere" comenzaron a observar que se gestaban los incidentes y quienes estaban fuera de la cancha empezaron a hacerle gestos al árbitro para que suspendiera el encuentro.
"Empezamos a ver que compañeros que fueron a ver el partido, allegados al club, padres, madres de algunos amigos empezaban a correr para el lado de adentro. Y lo primero que hicimos los que estábamos afuera, en el banco de suplentes, fue entrar a la cancha para que se dieran cuenta lo que estaba pasando", puntualizó.
En diálogo con radio Vorterix, Jaime contó que una vez en el vestuario comenzaron a ver "cómo volaban los piedrazos" hacia el lado donde estaban encerrados, por lo que afirmó que la pasaron "muy mal".
Consultado sobre si temieron ser alcanzados por la violencia de la barra brava, respondió que "sí, en todo momento", no obstante señaló que la Policía les brindó la seguridad que necesitaban, por lo que concluyó: "Por suerte, para nosotros, no llegó a mayores".
El futbolista también expresó que los jugadores temían que la los hinchas de Laferrere quisieran vengarse por los incidentes ocurridos hace menos de un año en el marco del duelo que se disputó en el estadio de Dock Sud, cuando barras de este club quemaron varios autos y atacaron a la delegación del equipo del oeste del conurbano bonaerense.
"Estábamos encerrado en el vestuario sin saber qué había pasado afuera. Habremos estado más de dos horas en el vestuario y después salimos sin problema", expresó Jaime, quien opinó que "no deberían jugarse" los 15 minutos que restan para completar el partido, suspendido por incidentes a los 73 minutos cuando empataban 1 a 1.
El enfrentamiento entre policías y barras de Laferrere se produjo ayer a la tarde y dejó un saldo de catorce efectivos heridos, dos de ellos en grave estado, y dos hinchas detenidos.
Transcurrida la mitad del segundo tiempo, y después del empate de Dock Sud, las detonaciones y las pedradas provocaron que el árbitro Rodrigo Sabini tomara la decisión de suspender el encuentro para resguardar a los protagonistas, quienes se refugiaron en el vestuario y tuvieron casi dos horas y media allí para evitar ser agredidos por hinchas.
"Estaban los planteles de Dock Sud, Laferrere, periodistas partidarios de los dos lados. Si llegaban a entrar (los barras) iba a ser igual para los dos lados. Lo que estaba sucediendo afuera era algo terrible", relató a DyN el jugador sobre los incidentes de ayer a la tarde que dejaron catorce efectivos heridos.
Jaime se convirtió ayer en corresponsal de la violencia en el fútbol, cuando en medio de los enfrentamientos entre la barra brava de Laferrere con la Policía Bonaerense tuiteó: "Estamos atrincherados en el vestuario visitante, estamos todos bien... esperemos pase todo rápido así volvemos a nuestras casas con la flia".
Estamos atrincherados en el vestuario visitante, estámos todos bien... esperemos pase todo rápido así volvemos a ntras casas con la flia
— Diego Matias Jaime (@DiegoJaime7) marzo 2, 2015El futbolista del "Docke" detalló que mientras se disputaba el partido de Primera C en el estadio "Ciudad de Laferrere" comenzaron a observar que se gestaban los incidentes y quienes estaban fuera de la cancha empezaron a hacerle gestos al árbitro para que suspendiera el encuentro.
"Empezamos a ver que compañeros que fueron a ver el partido, allegados al club, padres, madres de algunos amigos empezaban a correr para el lado de adentro. Y lo primero que hicimos los que estábamos afuera, en el banco de suplentes, fue entrar a la cancha para que se dieran cuenta lo que estaba pasando", puntualizó.
En diálogo con radio Vorterix, Jaime contó que una vez en el vestuario comenzaron a ver "cómo volaban los piedrazos" hacia el lado donde estaban encerrados, por lo que afirmó que la pasaron "muy mal".
Consultado sobre si temieron ser alcanzados por la violencia de la barra brava, respondió que "sí, en todo momento", no obstante señaló que la Policía les brindó la seguridad que necesitaban, por lo que concluyó: "Por suerte, para nosotros, no llegó a mayores".
El futbolista también expresó que los jugadores temían que la los hinchas de Laferrere quisieran vengarse por los incidentes ocurridos hace menos de un año en el marco del duelo que se disputó en el estadio de Dock Sud, cuando barras de este club quemaron varios autos y atacaron a la delegación del equipo del oeste del conurbano bonaerense.
"Estábamos encerrado en el vestuario sin saber qué había pasado afuera. Habremos estado más de dos horas en el vestuario y después salimos sin problema", expresó Jaime, quien opinó que "no deberían jugarse" los 15 minutos que restan para completar el partido, suspendido por incidentes a los 73 minutos cuando empataban 1 a 1.
El enfrentamiento entre policías y barras de Laferrere se produjo ayer a la tarde y dejó un saldo de catorce efectivos heridos, dos de ellos en grave estado, y dos hinchas detenidos.
Transcurrida la mitad del segundo tiempo, y después del empate de Dock Sud, las detonaciones y las pedradas provocaron que el árbitro Rodrigo Sabini tomara la decisión de suspender el encuentro para resguardar a los protagonistas, quienes se refugiaron en el vestuario y tuvieron casi dos horas y media allí para evitar ser agredidos por hinchas.
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