02 Marzo 2015
Lejos de Cristina.- La presencia más llamativa de la jornada fue la de la senadora Beatriz Rojkés de Alperovich. De hecho, la de ayer fue la primera vez en que la primera dama acompaña a su marido a la Legislatura un 1 de marzo desde que asumió en el Congreso, a fines de 2005. Su ausencia en la exposición que brindó en Buenos Aires la presidenta, Cristina Fernández de Kirchner, abonó aún más los rumores que dan cuenta de un distanciamiento entre el matrimonio Alperovich y la jefa de Estado. Rojkés, que durante los últimos años se había desempeñado como presidenta provisional del Senado, siguió atentamente el discurso de su esposo junto a su familia, y apenas sonrió cuando el mandatario mencionó la tarea realizada por la Red de Mujeres Solidarias y el Observatorio de la Mujer, organismos creados por ella.
Conociendo su nuevo hogar.- El vicegobernador, Juan Manzur, presidió por primera vez un acto en el nuevo edificio de la Legislatura, ya que el inmueble fue inaugurado ya con él como ministro de Salud de la Nación. Al dos veces compañero de fórmula de Alperovich se lo percibió dubitativo. Al punto que cuando salió desde la Cámara para buscar al gobernador debió preguntar al secretario Juan Antonio Ruiz Olivares cuál era el itinerario. “Por dónde vamos”, le consultó Manzur al funcionario mientras caminaba por calle Muñecas hacia el viejo edificio parlamentario, ubicado sobre avenida Sarmiento. Luego, durante la sesión, Manzur leyó atentamente el protocolo escrito en una carpeta para evitar confusiones.
La Cámpora, ausente.- Uno solo de los 49 legisladores estuvo ausente durante la sesión de ayer. El secretario general de La Cámpora en Tucumán, Jesús Salim, optó por acompañar a su esposa, la diputada Mabel Carrizo, y seguir en vivo el discurso que pronunció la presidenta, Cristina Fernández, en el Congreso. Su faltazo a la despedida de José Alperovich es otra señal de que la relación entre el camporismo y el mandatario no atraviesa su mejor momento. Salim y Carrizo movilizaron miembros de la agrupación hacia Buenos Aires.
Olea, centro de las bromas alperovichistas.- El intendente de Monteros, Luis Alberto Olea, se ubicó en el centro del palco reservado para los jefes municipales. El presidente del Congreso provincial del Partido Justicialista fue el centro de las chanzas de la jornada, a partir de la fotografía que le tomaron mientras dialogaba con el precandidato a gobernador por el radicalismo, el diputado José Cano. La imagen que generó polémica muestra al intendente sonriendo junto al opositor la semana pasada, frente a la radio municipal de Monteros.
El Gran San Miguel de Tucumán, completo.- El único intendente del Gran San Miguel de Tucumán (GSMT) que pegó el faltazo al último discurso del gobernador José Alperovich fue el capitalino Domingo Amaya. En los años que lleva en la intendencia es la primera vez que el ahora disidente pronuncia su rendición de cuentas a la misma hora que la del mandatario provincial. Antes, asistía a la Legislatura y de allí pasaba al Consejo Deliberante para pronunciar su alocución. Los que sí estuvieron del GSMT en el palco especial reservado para los jefes municipales fueron: Daniel Toledo (Yerba Buena), Luis Morghenstein (Las Talitas), Javier Pucharras (Tafí Viejo), César Dip (Lules), Julio Silman (Alderetes) y Zacarías Khoder (Banda del Río Salí). También pudo verse a intendentes como Enrique Bethencourt (Trancas), Leopoldo Rodríguez (La Cocha), Alberto Olea (Monteros), Agustín Fernández (Alberdi) y Luis Espeche (Bella Vista).
Un “intruso” en el massismo.- Habitualmente, los parlamentarios opositores suelen sentarse juntos. Llamó la atención, sin embargo, que en el sector que ocupan los massistas José Teri, José Orellana y Gerónimo Vargas Aignasse había alguien que aplaudía a rabiar al gobernador. Se trató nada menos que del presidente del bloque oficialista “Tucumán Crece”, Roque Tobías Álvarez, que ocupó una banca al lado de los seguidores de Sergio Massa debido a que la primera fila, que suele utilizar el taficeño, había sido reservada para los funcionarios del gabinete provincial.
Amado, en su banca.- Durante los últimos seis años, el presidente subrogante de la Legislatura, Regino Amado, reemplazó en sus funciones al vicegobernador Juan Manzur. Entre ellas, la de recibir a Alperovich en la Cámara y la de flaquearlo en su discurso. Inclusive, en 2010, tuvo que pronunciarlo él porque el titular del Ejecutivo se recuperaba de una cirugía. Con la vuelta del médico, el parlamentario monterizo volvió ayer a ver el acto desde su banca.
“Alperovich senador”.- Las enormes pancartas anaranjadas se desplegaron temprano en puntos clave de los alrededores de la Legislatura. Son las primeras en un acto institucional que llevan la leyenda “Alperovich senador”. Si bien el gobernador ya blanqueó sus intenciones de postularse para acceder a una banca en la Cámara Alta, hasta ahora los carteles sólo mencionaban “Alperovich conducción”.
Con Scioli.- El Gobierno provincial decidió salir de lleno a apoyar la candidatura presidencial del gobernador bonaerense Daniel Scioli. A los afiches que cubrieron la ciudad en las últimas semanas, se sumó ayer el papel picado que cada año es disparado desde un cañón. Hasta el año pasado, los papelitos eran celestes y blanco y llevaban la inscripción: “Alperovich 2015”. En esta oportunidad, eran naranjas y azules y decían: Jaldo-Manzur de un lado y Alperovich-Scioli de otro.
Conociendo su nuevo hogar.- El vicegobernador, Juan Manzur, presidió por primera vez un acto en el nuevo edificio de la Legislatura, ya que el inmueble fue inaugurado ya con él como ministro de Salud de la Nación. Al dos veces compañero de fórmula de Alperovich se lo percibió dubitativo. Al punto que cuando salió desde la Cámara para buscar al gobernador debió preguntar al secretario Juan Antonio Ruiz Olivares cuál era el itinerario. “Por dónde vamos”, le consultó Manzur al funcionario mientras caminaba por calle Muñecas hacia el viejo edificio parlamentario, ubicado sobre avenida Sarmiento. Luego, durante la sesión, Manzur leyó atentamente el protocolo escrito en una carpeta para evitar confusiones.
La Cámpora, ausente.- Uno solo de los 49 legisladores estuvo ausente durante la sesión de ayer. El secretario general de La Cámpora en Tucumán, Jesús Salim, optó por acompañar a su esposa, la diputada Mabel Carrizo, y seguir en vivo el discurso que pronunció la presidenta, Cristina Fernández, en el Congreso. Su faltazo a la despedida de José Alperovich es otra señal de que la relación entre el camporismo y el mandatario no atraviesa su mejor momento. Salim y Carrizo movilizaron miembros de la agrupación hacia Buenos Aires.
Olea, centro de las bromas alperovichistas.- El intendente de Monteros, Luis Alberto Olea, se ubicó en el centro del palco reservado para los jefes municipales. El presidente del Congreso provincial del Partido Justicialista fue el centro de las chanzas de la jornada, a partir de la fotografía que le tomaron mientras dialogaba con el precandidato a gobernador por el radicalismo, el diputado José Cano. La imagen que generó polémica muestra al intendente sonriendo junto al opositor la semana pasada, frente a la radio municipal de Monteros.
El Gran San Miguel de Tucumán, completo.- El único intendente del Gran San Miguel de Tucumán (GSMT) que pegó el faltazo al último discurso del gobernador José Alperovich fue el capitalino Domingo Amaya. En los años que lleva en la intendencia es la primera vez que el ahora disidente pronuncia su rendición de cuentas a la misma hora que la del mandatario provincial. Antes, asistía a la Legislatura y de allí pasaba al Consejo Deliberante para pronunciar su alocución. Los que sí estuvieron del GSMT en el palco especial reservado para los jefes municipales fueron: Daniel Toledo (Yerba Buena), Luis Morghenstein (Las Talitas), Javier Pucharras (Tafí Viejo), César Dip (Lules), Julio Silman (Alderetes) y Zacarías Khoder (Banda del Río Salí). También pudo verse a intendentes como Enrique Bethencourt (Trancas), Leopoldo Rodríguez (La Cocha), Alberto Olea (Monteros), Agustín Fernández (Alberdi) y Luis Espeche (Bella Vista).
Un “intruso” en el massismo.- Habitualmente, los parlamentarios opositores suelen sentarse juntos. Llamó la atención, sin embargo, que en el sector que ocupan los massistas José Teri, José Orellana y Gerónimo Vargas Aignasse había alguien que aplaudía a rabiar al gobernador. Se trató nada menos que del presidente del bloque oficialista “Tucumán Crece”, Roque Tobías Álvarez, que ocupó una banca al lado de los seguidores de Sergio Massa debido a que la primera fila, que suele utilizar el taficeño, había sido reservada para los funcionarios del gabinete provincial.
Amado, en su banca.- Durante los últimos seis años, el presidente subrogante de la Legislatura, Regino Amado, reemplazó en sus funciones al vicegobernador Juan Manzur. Entre ellas, la de recibir a Alperovich en la Cámara y la de flaquearlo en su discurso. Inclusive, en 2010, tuvo que pronunciarlo él porque el titular del Ejecutivo se recuperaba de una cirugía. Con la vuelta del médico, el parlamentario monterizo volvió ayer a ver el acto desde su banca.
“Alperovich senador”.- Las enormes pancartas anaranjadas se desplegaron temprano en puntos clave de los alrededores de la Legislatura. Son las primeras en un acto institucional que llevan la leyenda “Alperovich senador”. Si bien el gobernador ya blanqueó sus intenciones de postularse para acceder a una banca en la Cámara Alta, hasta ahora los carteles sólo mencionaban “Alperovich conducción”.
Con Scioli.- El Gobierno provincial decidió salir de lleno a apoyar la candidatura presidencial del gobernador bonaerense Daniel Scioli. A los afiches que cubrieron la ciudad en las últimas semanas, se sumó ayer el papel picado que cada año es disparado desde un cañón. Hasta el año pasado, los papelitos eran celestes y blanco y llevaban la inscripción: “Alperovich 2015”. En esta oportunidad, eran naranjas y azules y decían: Jaldo-Manzur de un lado y Alperovich-Scioli de otro.
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