El pavitrucho de Yerba Buena

El pavitrucho de Yerba Buena

Gastaron millones en pavimentarlas. O en repavimentarlas, incluso. Sin embargo, las calles yerbabuenenses están destruidas. En los sectores de tránsito intenso, los baches se cuentan de a varios por cuadra. Quiénes son los responsables de responder por las obras mal hechas.

 La Madrid, el automovilista tiene que elegir sobre cuál bache caer. En la esquina de esa senda con una cerámica, uno de esos cráteres mide 2,44 metros de largo, y tiene 13 centímetros de profundidad. La Madrid, el automovilista tiene que elegir sobre cuál bache caer. En la esquina de esa senda con una cerámica, uno de esos cráteres mide 2,44 metros de largo, y tiene 13 centímetros de profundidad.
Y entonces volviste a mí. Te oí maldecir. Como fue un encuentro más sonado que los anteriores, decidí escribirte esta carta. Confieso que nunca lo había hecho antes, con nadie. Pero tú me conmoviste. Sé que siempre quisiste esquivarme. Pues déjame decirte algo: no soy tan malo; ni siquiera el peor. Al menos nunca te lastimé como los otros. Los otros están por todas partes, agazapados, profundos. Yo, en cambio, me siento viejo para la caza. Llevo tanto tiempo aquí, que las personas me conocen bien. Se han habituado a mis formas, a mis hendiduras. Deberías hacer lo mismo. Resignarte y aceptarme.

Firmado: el bache.

Esa epístola imaginaria bien podría habérsela escrito un pozo a un ciudadano de Yerba Buena. Porque transitar por esa ciudad es como hacerlo por un circuito de rally. Algunas arterias, que incluso son de las más usadas, parece que han sobrevivido a un bombardeo. Lo curioso es que han sido reparadas hace poco, o varias veces, en su mayoría.

Y el mejor bache es...
Por caso, está la calle La Madrid. Siete meses han pasado. Siete meses desde que, en agosto del año pasado, la secretaría de Obras Públicas la arreglara, entre Anzorena y San Martín. En esa ocasión, Julio Herrera Piedrabuena -el responsable del área- dijo que se había puesto hormigón rígido. Habría que preguntarle si guardó el certificado de garantía, porque ahí los automovilistas tienen que elegir sobre qué baches van a caer.

Desde el pedemonte hasta el Camino del Perú, lo que hay es una calle agujereada. Uno se topa con un hoyo tras otro. Dan ganas de estacionar a un costado y ponerse a llorar.

Cuidado con la calle
Otra trocha por la que se debería reclamar la garantía es la peligrosa Salas y Valdés. Peligrosa, porque una zanja de 1,66 metros de ancho y hasta 15 centímetros de profundidad -como la que midió este diario- puede costarle la vida a un motociclista. O el sueldo a un automovilista. No obstante, ese socavón lleva añares ahí.

En enero del año pasado, la Municipalidad reparó las primeras tres cuadras de Salas y Valdés. En su portal en internet, cuando los gobernantes anunciaron los arreglos, dijeron que se trataba de una arteria con gran movimiento de tránsito. Menos mal que se dieron cuenta. Al cabo de un año, los pozos se reproducen de a montones, otra vez.

Un poco más arriba, en Las Rosas, la historia se repite. En junio de 2013, las máquinas y los operarios arreglaron el trecho que va desde la avenida Aconquija hasta Perú. Actualmente, están de nuevo ahí.

El mismo arreglo, apenas dos años después. Y los ejemplos se extienden por Perú, Saavedra Lamas, Lobo de la Vega, Pringles, Universo y San Martín, que fueron reparadas en agosto del año pasado y actualmente se hallan atestadas de cráteres.

¿Qué ocurre? ¿Por qué vuelven a romperse? ¿ Cuál es la razón por la que no perduran las obras de pavimento?

"Aquí los pavimentos no tienen vida útil"
Dice José Ricardo Ascárate -ingeniero civil y docente de Diseño Vial en la Universidad Nacional de Tucumán- que las calles yerbabuenenses se agrietan y se hunden, en general, porque no se hicieron los trabajos preliminares de las obras, o no se hicieron correctamente.

Esas tareas consisten en la preparación de lo que se denomina base de asiento, que debe ser compactada para evitar deformaciones en la superficie. Luego de que esa capa se encuentra bien apretada, se deben arrojar los áridos. Y, finalmente, se procede a pavimentar.

Pero en las arterias donde se pusieron las conexiones cloacales -ejemplifica Ascárate-, durante el relleno y el tapado de las zanjas se obviaron esas técnicas específicas. "Pusieron las cloacas y luego rellenaron, sin efectuar la compactación", afirma.

En seguida, el docente y ex legislador radical cita a la calle Cariola, puesto que quien transita por ahí puede observar largos tramos que se hallan socavados.

"En esta ciudad, las obras de desagües y de cloacas no fueron bien ejecutadas. Por eso, lo que ponen encima se rompe. Al poco tiempo se disgregan todos los pavimentos, sean o no de buena calidad. No tienen vida útil", cuestiona.

La Municipalidad dice que el agua forma los baches

El estado en el que se encuentran las vías de comunicación tampoco pasa inadvertido para la Municipalidad. Al menos eso afirma Rodolfo Ocaranza, el novato secretario de Gobierno del intendente Daniel Toledo. El opina que las causas principales de la proliferación de baches son dos: "en Yerba Buena se vive un auge de la construcción; por ende, circulan vehículos pesados. Además, los caños de agua son viejos, lo que ocasiona pérdidas subterráneas y el posterior deterioro del pavimento".

El ex legislador peronista pone de ejemplo a Lamadrid. Asegura que ahí se efectúan tareas de bacheo de manera constante. Pero el hormigón dura poco, debido -razona- a que en esa arteria se localizan los dos obradores de la canalización del Boulevard 9 de Julio, lo que incrementa el paso de camiones.

- ¿Considera posible que también haya pérdidas cloacales que socaven los pavimentos?
- Sí. En muchas ocasiones, tuvimos que romper el asfalto para arreglar los caños subterráneos. Eso ocurrió en Cariola, San Lorenzo, Las Higueritas y Salas y Valdez, por ejemplo.

- ¿Cómo se soluciona o corrige esta situación?
- Nosotros no seleccionamos a las empresas que hacen las conexiones cloacales, sino la Sociedad Aguas de Tucumán (SAT).

- ¿Cuál es el proceso de pavimentación?
- Hay dos técnicas que se aplican en esta ciudad. Una es la pavimentación con asfalto; la otra, con hormigón rígido. Cuando la Municipalidad se hace cargo de la tarea, coloca asfalto, porque dispone de máquinas y de personal propio. Y la Dirección Provincial de Vialidad provee el material. La colocación de hormigón es más cara, pero también se efectúa. En este caso, se llama a distintas empresas, se hace una compulsa de precios y se escoge.

- ¿Por qué se hacen contrataciones directas?
- El intendente está facultado para efectuar contrataciones directas por un importe determinado. Las leyes hacen la salvedad de que previamente debe efectuarse un cotejo de precios, pero permiten eludir el proceso licitatorio.

- ¿Cuánto cuesta pavimentar una cuadra?
- Si se trata de hormigón, ronda los $ 300.000 cada 100 metros. El asfalto cuesta unos $ 100.000.

- ¿A qué empresas se contrata para que hagan las obras?
- Son varias, debe haber unas siete u ocho. Y también hay tres cooperativas de trabajo encargadas de esas tareas.

- Podría mencionar a algunas de estas constructoras. Se trata de obras públicas...
- En estos momentos no dispongo de los nombres.

- ¿Cómo se selecciona a las contratistas? ¿Qué se les exige?
- Tienen que cumplir con varios requerimientos, como capacidad financiera y de mano de obra. Además, fiscalizamos que la parte legal se encuentre en orden.

- Justamente, según documentación a la que accedió este diario, en algunas de las beneficiarias se repiten los nombres de los responsables de obras.
- De eso no estoy interiorizado. Buscaremos y aportaremos la información adecuada al respecto.

Desde hace unas semanas, se encuentra en ejecución un plan municipal de bacheo, que incluye Las Rosas, Perú, Moreno, Lobo de la Vega y Cariola. Ocaranza aclara que, por las lluvias de verano, las reparaciones se encuentran demoradas, aunque planean retomar a mediados de marzo.
Además, actualmente se están pavimentando unas 25 cuadras con fondos provenientes del plan nacional Más Cerca II. En total, Toledo recibirá unos $ 17 millones para pavimentar unas 60 cuadras. Las tareas comenzaron el 20 de enero y planean terminar en abril.

Una zanja le cuesta $ 27.000 

Cuando Florencia Gallo cuenta lo que le pasó, uno no le cree. No le cree que eso haya ocurrido en Yerba Buena. Porque decir que los habitantes de esta distinguida urbe caen en pozos mientras manejan, suena estrambótico. ¡Qué cosas raras! Pero sí, pasan.

La señora Gallo es abogada. Por eso, tal vez, no piensa quedarse de brazos cruzados. Por eso, y porque el arreglo de su auto le cuesta caro. El episodio que la tiene como protagonista empezó a escribirse la madrugada del 8 de diciembre, cuando regresaba a su casa. De repente, detrás del edificio municipal, por Magallanes, se hundió en un cráter.

"Me tragué una zanja. Como estaba oscuro y había llovido, no se veía bien. Rompí el tren delantero. Hablé a la Municipalidad y me dijeron que no me reconocen nada. Así que voy a demandarlos", afirma. Hasta ahora, lleva gastados unos $ 20.000, y todavía tiene que desembolsar $ 7.000 para pagar la chapa y la pintura.
Lo que acrecienta su bronca es que la zanja en la que cayó había sido abierta por la Sociedad Aguas del Tucumán -según ella- y no se encontraba señalizada.

El susto de Sabrina
No obstante, los boquetes no solo andan atrapando conductores en las narices del intendente Daniel Toledo. A juzgar por las evidencias, se reproducen por doquier. Sabrina Herrera, por ejemplo, se pegó un buen susto hace dos semanas, cuando paseaba en su vehículo por una zona coqueta, cerca del shopping El Portal.
"Iba por Sarmiento. De repente, se me hundió el auto. Fue una sensación similar a una caída brusca. Sentí como un reventón. Bajé y me di con un agujero enorme", relata.
Cerca de allí -en Zavalía al 100- otra vecina tiene un cuento para el asombro. María Inés Bobba dice que, desde su casa, oye cómo suenan los coches cuando caen en un bache. "Se escuchan las caídas constantes. Gracias a Dios, no pasó nada aún. Pero es un peligro para los motociclistas".
Lourdes Navarro Luna opina que en este municipio es una odisea ser automovilista, puesto que no hay una cuadra que se salve de los baches. "Lo más triste es que los reparan, pero a la semana vuelven a aparecer". Agustina Villafañe recuerda que, hace unos días, agarró un bache y se le cortó una polea de la correa de distribución del coche.
En resumen, cualquiera de estas conductoras podría escribirle una respuesta ficticia al bache de la página anterior, que diría algo así:
No voy a hacerlo. No señor. ¿Acaso es un delirante? Jamás voy aceptarlo. Sepa que lo detesto. Cuando manejo con el tráfico enfurecido de las ocho de la mañana, no hago más que insultarlo. A usted y a los suyos. Esta es mi ciudad, la que mantengo cada vez que pago un impuesto. Por eso, quiero calles, no trampas.
Firmado: una ciudadana.


Quiénes pavimentan las calles de Yerba Buena
Podría apodarse el señor de los pavimentos. Porque en sus casi ocho años de gestión, el intendente de Yerba Buena, Daniel Toledo, ha pavimentado unas 1.700 cuadras, según sus propios cálculos, hechos en marzo del año pasado. Sin embargo, buena parte de las calles parece salida de Vietnam.

La pregunta que surge, entonces, es: ¿quiénes hacen las obras? ¿Quién controla los millones de pesos invertidos? ¿Por qué las arterias están atestadas de pozos, a pocos años de haberse inaugurado?

De acuerdo a documentos de la Municipalidad -a los que tuvo acceso este diario- desde 2009 en adelante Toledo efectuó contrataciones directas con numerosas empresas que se encargaron de hacer conexiones cloacales, asfalto, cordones cunetas, retardadores de velocidad, desagües y redes de gas, entre otras adjudicaciones.

Algunas de esas compañías son Eiffel SRL, HITCH SRL, González Snidaro Javier Federico, Ducca Amelia, Bica Construcciones, Pavimento San Miguel, Daniel Ingeniería, Díaz Nieva Sandra Fátima, Maxitech, Cooperativa El Indio, Cooperativa de Trabajo Turcoop, Gianini Oscar, Mak Construcción y Maram Constructora, entre varias más.

Lo llamativo (entre otras cosas) es que en el caso de las tres primeras -Eiffel SRL, HITCH SRL y González Snidaro Javier Federico- los responsables de obras, e incluso los socios, en un caso, serían las mismas personas, aunque se trata de distintas compañías.

Esa información se desprende de la lectura de ciertos informes, como constancias de inscripciones en la Dirección General de Rentas y en la Administración Federal de Ingresos Públicos (Afip), contratos de constitución, actuaciones notariales y otros documentos judiciales.

Uno para todos
Las primeras rarezas se observan en julio de 2012, cuando en el transcurso de una semana, el secretario de Obras Públicas, Julio Herrera Piedrabuena, le envió 30 notas (al menos) a Toledo solicitándole un decreto aprobatorio para contratar de forma directa a HITCH SRL. En cada misiva, se solicitaban montos inferiores a $ 250.000 por obra, tal como establecían por aquel entonces las normas relacionadas con las compras y contrataciones directas.

Sin embargo, los pedidos fueron rechazados por la Comisión de Preadjudicación de la Municipalidad. Ese órgano emitió al menos 51 expedientes impugnando las contrataciones.

“En primer lugar, se observa el incumplimiento de la documentación legal presentada por la posible contratista”, se lee en esos textos.

“En segundo lugar, en la documentación que acompaña la contratista se contempla la expresión HITCH SRL Sociedad en Formación, razón por la cual este Municipio no puede válidamente celebrar contrato”, continúan las cartas, que llevan la firma del arquitecto Máximo Cossio, entre otros integrantes de ese comité.

Ante ello, dos meses después de las objecciones (en septiembre de 2012), un hombre identificado como Javier Federico González Snidaro le entregó a la intendencia una nota con su firma, en la que eleva la “modificación parcial” del contrato social. En ninguna parte, González Snidaro especifica en carácter de qué él responde por HITCH.

Según su contrato de constitución, HITCH pertenecía en ese entonces a dos comerciantes, y contaba con un apoderado, Carlos Aníbal Torres.

Ahora bien, hay documentos que prueban que Torres era también el apoderado de Eiffel. De hecho, para la misma fecha que HITCH presentó sus papeles ante la Municipalidad para levantar la impugnación (septiembre de 2012), Torres fue nombrado en Eiffel a través de un poder firmado por su socia gerente en ese momento, María Florencia Veglia.

La trama se completa con González Snidaro. En primer lugar, hay que recordar que se trata de la misma persona que firmó papeles para HITCH. En segundo lugar, en 2010 González Snidaro se constituyó como socio de Eiffel, junto a Veglia y a otra mujer, Patricia Alejandra Savoy Agolio.

Además, por aquel entonces y al menos hasta 2013, ejecutó obras para el municipio a través, también, de una firma unipersonal denominada González Snidaro Javier Federico. En abril de 2013, el ingeniero civil Diego Sebastián Medina fue designado como representante de su firma. Se trata del mismo profesional que firmaba para Eiffel y para HITCH.

Entre 2011 y 2012, HITCH pavimentó al menos 48 cuadras en Yerba Buena, por un monto total de $ 9,4 millón.

Eiffel también pavimentó numerosas calles, como García Hamilton, Quiroga y Roca. Se trata, además, de la misma empresa a la que se le encargó la remodelación de varias plazas yerbabuenenses y del Club Unión San José. La inversión total en ese centro deportivo fue de $ 1,5 millón provenientes del plan nacional Más Cerca I. Sin embargo, hasta agosto pasado, a más de un año de iniciadas las tareas, faltaban inodoros, duchas y calefones en los baños.

A la constructora Javier González Snidaro se le encargó la pavimentación de cuadras en San José.


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