25 Febrero 2015
MADRID.- El jefe del gobierno español, Mariano Rajoy, anunció el fin de los sacrificios y dio a conocer una batería de medidas sociales para “aliviar” a la clase media golpeada por la crisis económica, en el inicio de un año electoral en el país. “Nosotros creemos en el futuro de España si seguimos con las políticas económicas que hemos puesto en marcha, que ya no tienen por qué exigir tantos sacrificios”, dijo en el debate sobre el estado de la nación, la cita legislativa más importante del año.
A menos de cien días para las elecciones municipales y autonómicas, que medirán el apoyo al gobierno antes de las generales de final de año, el jefe del Ejecutivo hizo un repaso positivo de los tres años de legislatura. “El estado que debatimos hoy es el de una nación que ha salido de la pesadilla y se ha rescatado a sí misma. Una nación en la que comienza a girar la rueda de actividad económica, está ya empezando a crecer el empleo y a reducirse el número de parados”, sostuvo desde la tribuna del Congreso de los Diputados. De todas sus decisiones, destacó la de no pedir el rescate en 2012, cuando España estaba al borde de la quiebra. “Fue la gran medida social de la legislatura”, dijo.
La oposición tildó el discurso de “triunfalista” y acusó a Rajoy de provocar con sus recortes “un destrozo descomunal” en España, reducir los derechos de los ciudadanos y provocar mayor precariedad laboral. “Su autocomplacencia está injustificada. No se la cree ni usted”, le espetó el líder del Partido Socialista (PSOE), Pedro Sánchez, quien se estrenó en el debate siete meses después de ser elegido por los militantes de la formación.
Rajoy se agarró a los datos económicos para felicitarse por haber sacado a España de la recesión y por haber cumplido las promesas que hizo al inicio de la legislatura, en diciembre de 2011, según dijo.
“España ha pasado de ser un país al borde de la quiebra a convertirse en ejemplo de recuperación. Ya no es un problema para Europa, ni necesita un rescate, ni va a dejar el euro”, matizó. Y adelantó que la economía española crecerá un 2,4 % este año, frente al 1,4 de 2014, y auguró la creación de 500.000 puestos de trabajo.
El jefe del Ejecutivo hizo un guiño a las clases medias con el anuncio de una serie de ayudas y medidas entre la que destaca la llamada ley “de segunda oportunidad”, con la que se pretende que familias y emprendedores en apuros logren una reestructuración de sus deudas. También anunció una bonificación especial para los trabajadores autónomos con cargas familiares, una tarifa reducida para los nuevos contratos indefinidos y nuevas ayudas a las familias monoparentales con dos hijos. “Ninguna de esas medidas va a paliar el daño que han hecho sus políticas en estos tres años”, le dijo Sánchez, antes de denunciar que algunas de ellas ya se habían presentado en otras ocasiones, sin llegar a cumplirse. El cara a cara entre Rajoy y el líder socialista se convirtió en una guerra de datos y en un cruce de acusaciones a raíz de la gestión del actual gobierno y del anterior, encabezado por el socialista José Luis Rodríguez Zapatero (2004-2011).
Otros temas candentes como la corrupción, una de las principales preocupaciones de los ciudadanos, o el desafío soberanista de la región de Cataluña también estuvieron presentes en el último gran debate político de la legislatura. Éste se celebra en clave “preelectoral” y en un ambiente de cambio, a raíz de los resultados de las encuestas recientes, que apuntan al fin del bipartidismo en España por una posible entrada fuerte de nuevos partidos. Los más importantes son Podemos y Ciudadanos, que no tienen representación parlamentaria. (DPA)
A menos de cien días para las elecciones municipales y autonómicas, que medirán el apoyo al gobierno antes de las generales de final de año, el jefe del Ejecutivo hizo un repaso positivo de los tres años de legislatura. “El estado que debatimos hoy es el de una nación que ha salido de la pesadilla y se ha rescatado a sí misma. Una nación en la que comienza a girar la rueda de actividad económica, está ya empezando a crecer el empleo y a reducirse el número de parados”, sostuvo desde la tribuna del Congreso de los Diputados. De todas sus decisiones, destacó la de no pedir el rescate en 2012, cuando España estaba al borde de la quiebra. “Fue la gran medida social de la legislatura”, dijo.
La oposición tildó el discurso de “triunfalista” y acusó a Rajoy de provocar con sus recortes “un destrozo descomunal” en España, reducir los derechos de los ciudadanos y provocar mayor precariedad laboral. “Su autocomplacencia está injustificada. No se la cree ni usted”, le espetó el líder del Partido Socialista (PSOE), Pedro Sánchez, quien se estrenó en el debate siete meses después de ser elegido por los militantes de la formación.
Rajoy se agarró a los datos económicos para felicitarse por haber sacado a España de la recesión y por haber cumplido las promesas que hizo al inicio de la legislatura, en diciembre de 2011, según dijo.
“España ha pasado de ser un país al borde de la quiebra a convertirse en ejemplo de recuperación. Ya no es un problema para Europa, ni necesita un rescate, ni va a dejar el euro”, matizó. Y adelantó que la economía española crecerá un 2,4 % este año, frente al 1,4 de 2014, y auguró la creación de 500.000 puestos de trabajo.
El jefe del Ejecutivo hizo un guiño a las clases medias con el anuncio de una serie de ayudas y medidas entre la que destaca la llamada ley “de segunda oportunidad”, con la que se pretende que familias y emprendedores en apuros logren una reestructuración de sus deudas. También anunció una bonificación especial para los trabajadores autónomos con cargas familiares, una tarifa reducida para los nuevos contratos indefinidos y nuevas ayudas a las familias monoparentales con dos hijos. “Ninguna de esas medidas va a paliar el daño que han hecho sus políticas en estos tres años”, le dijo Sánchez, antes de denunciar que algunas de ellas ya se habían presentado en otras ocasiones, sin llegar a cumplirse. El cara a cara entre Rajoy y el líder socialista se convirtió en una guerra de datos y en un cruce de acusaciones a raíz de la gestión del actual gobierno y del anterior, encabezado por el socialista José Luis Rodríguez Zapatero (2004-2011).
Otros temas candentes como la corrupción, una de las principales preocupaciones de los ciudadanos, o el desafío soberanista de la región de Cataluña también estuvieron presentes en el último gran debate político de la legislatura. Éste se celebra en clave “preelectoral” y en un ambiente de cambio, a raíz de los resultados de las encuestas recientes, que apuntan al fin del bipartidismo en España por una posible entrada fuerte de nuevos partidos. Los más importantes son Podemos y Ciudadanos, que no tienen representación parlamentaria. (DPA)
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