22 Febrero 2015
GABRIEL ALPEROVICH. En 2014 se sometió a una pericia de ADN. la gaceta / foto de diego aráoz (archivo)
Los entrecruzamientos de los llamados telefónicos que solicitó el fiscal Diego López Ávila a la Policía de Seguridad Aeroportuaria durante la investigación del crimen de Paulina Lebbos también alcanzaron a los hijos del gobernador José Alperovich, mencionados en las hipótesis denominadas “El Cadillal” o “Raco”, que sostenían que la víctima había fallecido durante una fiesta realizada con “los hijos del poder” la madrugada del 26 de febrero de 2006.
El fiscal le había solicitado a las empresas de telefonía móvil que informen qué líneas poseían en esa época Gabriel Alperovich y Daniel Pablo Alperovich. Luego dispuso el entrecruzamiento.
El hijo menor del gobernador, de acuerdo a los informes, no tenía una línea celular a su nombre. En cuanto a Gabriel Alperovich, se observó que el 26 de febrero no tuvo comunicaciones con su teléfono. El 11 de marzo, cuando se encontró el cadáver de Paulina a la vera de la ruta 341, hizo una sola llamada a las 16.41, que fue captada por la antena ubicada en el barrio El Churqui, en Tafí del Valle.
Al analizar la ubicación de su teléfono celular por las antenas, se determinó que en el mes de marzo se mantuvo en las celdas de San Miguel de Tucumán y de la localidad de Tafí del Valle.
De esa manera, los entrecruzamientos telefónicos no arrojaron nungún dato sospechoso sobre los hijos del gobernador. La investigación se centró sobre todo en Gabriel Alperovich, quien se había puesto a disposición de la Justicia, y de quien sus abogados habían solicitado el sobreseimiento. Al descartarse las hipótesis de El Cadillal y Raco, el fiscal consideró que “no cabe más que su desvinculación definitiva”, de esas pistas.
El fiscal le había solicitado a las empresas de telefonía móvil que informen qué líneas poseían en esa época Gabriel Alperovich y Daniel Pablo Alperovich. Luego dispuso el entrecruzamiento.
El hijo menor del gobernador, de acuerdo a los informes, no tenía una línea celular a su nombre. En cuanto a Gabriel Alperovich, se observó que el 26 de febrero no tuvo comunicaciones con su teléfono. El 11 de marzo, cuando se encontró el cadáver de Paulina a la vera de la ruta 341, hizo una sola llamada a las 16.41, que fue captada por la antena ubicada en el barrio El Churqui, en Tafí del Valle.
Al analizar la ubicación de su teléfono celular por las antenas, se determinó que en el mes de marzo se mantuvo en las celdas de San Miguel de Tucumán y de la localidad de Tafí del Valle.
De esa manera, los entrecruzamientos telefónicos no arrojaron nungún dato sospechoso sobre los hijos del gobernador. La investigación se centró sobre todo en Gabriel Alperovich, quien se había puesto a disposición de la Justicia, y de quien sus abogados habían solicitado el sobreseimiento. Al descartarse las hipótesis de El Cadillal y Raco, el fiscal consideró que “no cabe más que su desvinculación definitiva”, de esas pistas.
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