20 Febrero 2015
gentileza Andrea Aranda
La de Andrea Aranda es una historia de perseverancia. Descubrió su vocación por el canto y el baile en las aulas del colegio Hermanas Esclavas del Corazón de Jesús, donde se empeñaba por participar en cada acto. Pero el primer enfrentamiento con el público masivo -y la verdadera dimensión de su afán artístico- le llegaría tiempo más tarde cuando, a los 15 años, ingresó en La Botana. “A partir de entonces comencé a explotar mi talento. Hasta 2012 participé de producciones a cargo de Elsa Canseco, que contribuyeron a mi crecimiento y en las que aprendí a trabajar en equipo”, valora.
Pero su decisión de construirse como cantante se puso a prueba hace casi un año, cuando Aranda se estableció en Buenos Aires, en la búsqueda de nuevas experiencias y más oportunidades. “Al principio me costó acostumbrarme y estabilizarme, pero trataba de recordar siempre la razón por la que estaba aquí, el sueño que tuve desde nena. Antes de este casting me había presentado al de ‘Operación Triunfo, la banda’, pero desde Tucumán es mucho más difícil porque hay gastos de viaje en cada etapa de la selección. Ya en Buenos Aires me presenté en otras audiciones, hasta que un buen día, en enero, me llamaron para la primera selección de ‘Elegidos’. Sentí que estaba en el lugar correcto”.
Andrea, de 26 años, recuerda muy bien los detalles de ese buen día, porque en ese momento sintió que todo el sacrificio llevado a cabo hasta entonces había valido la pena. “Después del primer llamado salí corriendo a compartir la noticia con mis compañeros de oficina. Llamé a mi familia, que siempre me apoya en todo, e inmediatamente comencé a preparar las canciones. Después de todo lo que me pasó en esta ciudad, sentí que era un premio al esfuerzo y a la perseverancia. El día de la audición presencial estaba súper ansiosa, pero la producción me hizo sentir tan cómoda que realmente la disfruté. Cuando, finalmente, me llamaron para confirmarme que había quedado en la selección final, me tomó por sorpresa. No podía ser consciente de hasta donde había llegado y sentí que simplemente tengo que confiar en mí misma y en lo que puedo dar como artista”.
Aunque Aranda transitará el nuevo camino con la humildad como estandarte, tiene muy claro lo que pretende de esta etapa. “Por el momento, mi objetivo es perfeccionarme y seguir aprendiendo. Si ‘Elegidos’ luego me abre otras puertas, voy a estar preparada para eso. Si no ocurre, seguiré tomando clases, audicionando y luchando por lo que quiero. Un amigo me dijo una vez ‘si no te eligen, tomalo como una práctica y seguí puliéndote; en algún momento vas a estar ante la puerta indicada’. Esa es la forma en la que pienso aprovechar mi paso por el programa. Voy a dar todo de mí y siempre voy a trabajar por ser mejor”.
Pero su decisión de construirse como cantante se puso a prueba hace casi un año, cuando Aranda se estableció en Buenos Aires, en la búsqueda de nuevas experiencias y más oportunidades. “Al principio me costó acostumbrarme y estabilizarme, pero trataba de recordar siempre la razón por la que estaba aquí, el sueño que tuve desde nena. Antes de este casting me había presentado al de ‘Operación Triunfo, la banda’, pero desde Tucumán es mucho más difícil porque hay gastos de viaje en cada etapa de la selección. Ya en Buenos Aires me presenté en otras audiciones, hasta que un buen día, en enero, me llamaron para la primera selección de ‘Elegidos’. Sentí que estaba en el lugar correcto”.
Andrea, de 26 años, recuerda muy bien los detalles de ese buen día, porque en ese momento sintió que todo el sacrificio llevado a cabo hasta entonces había valido la pena. “Después del primer llamado salí corriendo a compartir la noticia con mis compañeros de oficina. Llamé a mi familia, que siempre me apoya en todo, e inmediatamente comencé a preparar las canciones. Después de todo lo que me pasó en esta ciudad, sentí que era un premio al esfuerzo y a la perseverancia. El día de la audición presencial estaba súper ansiosa, pero la producción me hizo sentir tan cómoda que realmente la disfruté. Cuando, finalmente, me llamaron para confirmarme que había quedado en la selección final, me tomó por sorpresa. No podía ser consciente de hasta donde había llegado y sentí que simplemente tengo que confiar en mí misma y en lo que puedo dar como artista”.
Aunque Aranda transitará el nuevo camino con la humildad como estandarte, tiene muy claro lo que pretende de esta etapa. “Por el momento, mi objetivo es perfeccionarme y seguir aprendiendo. Si ‘Elegidos’ luego me abre otras puertas, voy a estar preparada para eso. Si no ocurre, seguiré tomando clases, audicionando y luchando por lo que quiero. Un amigo me dijo una vez ‘si no te eligen, tomalo como una práctica y seguí puliéndote; en algún momento vas a estar ante la puerta indicada’. Esa es la forma en la que pienso aprovechar mi paso por el programa. Voy a dar todo de mí y siempre voy a trabajar por ser mejor”.
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