15 Febrero 2015
DURANTE EL EMBARAZO. La ecografía cardíaca fetal permite detectar en forma precoz una anomalía. healthrow.net/
La cardiopatía congénita (CPC) es una de las principales causas de muerte en menores de un año. La comunidad médica instó a generar conciencia sobre la importancia del diagnóstico precoz durante el embarazo, de la realización de cirugías correctoras durante los primeros doce meses de vida y de los riesgos asociados de enfermedades respiratorias, al conmemorarse ayer -14 de febrero- el Día Mundial de las Cardiopatías Congénitas,
La CPC es la anomalía congénita más común, ya que cada año nacen en el mundo más de un millón de bebés con este tipo de enfermedad. El 50 % de estos niños requiere una cirugía durante el primer año de vida.
Para brindarles buena calidad y expectativa de vida, resultan esenciales las medidas preventivas y los cuidados que deben tener los padres desde que nacen.
Riesgos de infecciones
La cardiopatía congénita es una anomalía en la estructura y en el funcionamiento del corazón debido a una malformación del órgano o de los vasos sanguíneos cercanos durante la gestación. Se trata de una patología que debilita el sistema cardiopulmonar de los bebés, exponiéndolos a contraer severas infecciones respiratorias causadas especialmente por el virus sincicial respiratorio (VSR) y por otros, como el virus influenza, las bacterias neumococo y bordetella pertussis y otros agentes que causan neumonía o bronquiolitis. Por esta razón, los bebés con problemas cardíacos requieren más del doble de internaciones que las habituales.
El doctor Pablo Marantz, jefe de servicio de Cardiología Pediátrica del Hospital Italiano, señaló: “la infección por el virus sincicial respiratorio complica el normal tratamiento de bebés con cardiopatías congénitas. En el 7% de los casos el virus puede demorar, e incluso suspender la cirugía”.
Una cirugía cardíaca realizada cuando un bebé muestra signos de infección respiratoria, en general, “se asocia a un elevado riesgo de complicaciones postoperatorias. Luego de la intervención, la posibilidad de infección puede continuar siendo elevada durante la recuperación”, añadió el médico.
Detección temprana
Si bien para la mayoría de los defectos congénitos no se ha identificado una causa, el doctor Marantz refirió que durante el embarazo “se pueden evitar situaciones que los provoquen, tales como el consumo de alcohol y de drogas, y la ingesta de medicamentos que no estén indicados por el obstetra”.
La principal medida preventiva es el diagnóstico prenatal mediante la ecografía cardíaca fetal, es decir, cuando el bebé aún se encuentra en el útero materno.
“Es importante que el ecografista obstétrico intente sospechar la presencia de una cardiopatía ya que de esta manera se podrá organizar el parto en el centro adecuado con las facilidades cardiovasculares para prestarle al recién nacido las medidas necesarias. Se evitará así la insuficiencia cardíaca aguda, la inestabilidad metabólica y las infecciones”, asegura el especialista.
Un examen de sangre
A su vez, es necesario realizar un examen de sangre para detectar la inmunidad contra la rubéola y controlar el nivel de azúcar en sangre, especialmente en las mamás con diabetes. “Un aporte nutricional balanceado, la atención de un especialista para prevenir episodios graves por medio de medicación específica, y tomar medidas higiénicas son cuidados esenciales que deben tener los padres de bebés que padecen afecciones cardíacas congénitas”, recomendó el doctor Marantz.
Entre estas últimas medidas, se destaca el aislamiento del bebé en el período invernal, cuando se presentan los picos más altos de virus sincicial respiratorio.
La mayoría de los casos necesitan cirugía
El 70 % de los bebés que nacen con cardiopatía congénita deben atravesar por una sola intervención quirúrgica, mientras que el 30% restante, identificado como el grupo de pacientes con cardiopatía congénita tipo ventrículo único, se somete a dos intervenciones en el primer año de vida.
El doctor Pablo Marantz, experto en cardiología pediátrica detalló: “el 95% de estos niños sobrevive luego del tratamiento quirúrgico oportuno”. Y concluye: “No todas las cardiopatías congénitas requieren cirugía. Algunas no presentan repercusión hemodinámica y permiten realizar una vida totalmente normal, e incluso pueden llegar a desaparecer con el tiempo”. Para más información, visite la página www.respiratoriasbebe.org
Los cuidados del bebé empiezan en el hogar
En el hogar es posible proteger a los bebés con cardiopatías congénitas de las infecciones respiratorias, poniendo en práctica las siguientes medidas preventivas:
- Mantener la lactancia materna, ya que de esta manera el bebé recibe protección a través de los anticuerpos naturales que le transmite la madre.
- Lavarse las manos con agua y jabón antes de tomarlo al niño.
- Evitar la contaminación ambiental (por ejemplo: con humo de cigarrillo).
- Evitar el hacinamiento, sobre todo en el cuarto del bebé.
- Llevarlo al pediatra para que lo controle mensualmente.
- Cumplir con el calendario nacional, obligatorio y gratuito de vacunación más alguna otra inmunización indicada por el pediatra.
La CPC es la anomalía congénita más común, ya que cada año nacen en el mundo más de un millón de bebés con este tipo de enfermedad. El 50 % de estos niños requiere una cirugía durante el primer año de vida.
Para brindarles buena calidad y expectativa de vida, resultan esenciales las medidas preventivas y los cuidados que deben tener los padres desde que nacen.
Riesgos de infecciones
La cardiopatía congénita es una anomalía en la estructura y en el funcionamiento del corazón debido a una malformación del órgano o de los vasos sanguíneos cercanos durante la gestación. Se trata de una patología que debilita el sistema cardiopulmonar de los bebés, exponiéndolos a contraer severas infecciones respiratorias causadas especialmente por el virus sincicial respiratorio (VSR) y por otros, como el virus influenza, las bacterias neumococo y bordetella pertussis y otros agentes que causan neumonía o bronquiolitis. Por esta razón, los bebés con problemas cardíacos requieren más del doble de internaciones que las habituales.
El doctor Pablo Marantz, jefe de servicio de Cardiología Pediátrica del Hospital Italiano, señaló: “la infección por el virus sincicial respiratorio complica el normal tratamiento de bebés con cardiopatías congénitas. En el 7% de los casos el virus puede demorar, e incluso suspender la cirugía”.
Una cirugía cardíaca realizada cuando un bebé muestra signos de infección respiratoria, en general, “se asocia a un elevado riesgo de complicaciones postoperatorias. Luego de la intervención, la posibilidad de infección puede continuar siendo elevada durante la recuperación”, añadió el médico.
Detección temprana
Si bien para la mayoría de los defectos congénitos no se ha identificado una causa, el doctor Marantz refirió que durante el embarazo “se pueden evitar situaciones que los provoquen, tales como el consumo de alcohol y de drogas, y la ingesta de medicamentos que no estén indicados por el obstetra”.
La principal medida preventiva es el diagnóstico prenatal mediante la ecografía cardíaca fetal, es decir, cuando el bebé aún se encuentra en el útero materno.
“Es importante que el ecografista obstétrico intente sospechar la presencia de una cardiopatía ya que de esta manera se podrá organizar el parto en el centro adecuado con las facilidades cardiovasculares para prestarle al recién nacido las medidas necesarias. Se evitará así la insuficiencia cardíaca aguda, la inestabilidad metabólica y las infecciones”, asegura el especialista.
Un examen de sangre
A su vez, es necesario realizar un examen de sangre para detectar la inmunidad contra la rubéola y controlar el nivel de azúcar en sangre, especialmente en las mamás con diabetes. “Un aporte nutricional balanceado, la atención de un especialista para prevenir episodios graves por medio de medicación específica, y tomar medidas higiénicas son cuidados esenciales que deben tener los padres de bebés que padecen afecciones cardíacas congénitas”, recomendó el doctor Marantz.
Entre estas últimas medidas, se destaca el aislamiento del bebé en el período invernal, cuando se presentan los picos más altos de virus sincicial respiratorio.
La mayoría de los casos necesitan cirugía
El 70 % de los bebés que nacen con cardiopatía congénita deben atravesar por una sola intervención quirúrgica, mientras que el 30% restante, identificado como el grupo de pacientes con cardiopatía congénita tipo ventrículo único, se somete a dos intervenciones en el primer año de vida.
El doctor Pablo Marantz, experto en cardiología pediátrica detalló: “el 95% de estos niños sobrevive luego del tratamiento quirúrgico oportuno”. Y concluye: “No todas las cardiopatías congénitas requieren cirugía. Algunas no presentan repercusión hemodinámica y permiten realizar una vida totalmente normal, e incluso pueden llegar a desaparecer con el tiempo”. Para más información, visite la página www.respiratoriasbebe.org
Los cuidados del bebé empiezan en el hogar
En el hogar es posible proteger a los bebés con cardiopatías congénitas de las infecciones respiratorias, poniendo en práctica las siguientes medidas preventivas:
- Mantener la lactancia materna, ya que de esta manera el bebé recibe protección a través de los anticuerpos naturales que le transmite la madre.
- Lavarse las manos con agua y jabón antes de tomarlo al niño.
- Evitar la contaminación ambiental (por ejemplo: con humo de cigarrillo).
- Evitar el hacinamiento, sobre todo en el cuarto del bebé.
- Llevarlo al pediatra para que lo controle mensualmente.
- Cumplir con el calendario nacional, obligatorio y gratuito de vacunación más alguna otra inmunización indicada por el pediatra.
Temas
Tucumán
Lo más popular
