12 Febrero 2015
MINSK.- El mundo estuvo pendiente durante toda la jornada de un acuerdo, pero la cumbre por la paz se hizo interminable y mientras todos se iban a dormir los líderes de Ucrania, Rusia, Alemania y Francia seguían discutiendo. “La reunión puede durar cinco o seis horas más”, dijo un vocero cuando el horizonte empezaba a clarear en la capital de Bielorrusia, sede del encuentro. En la Argentina el reloj marcaba las 23.
Angela Merkel y Francois Hollande pusieron sobre la mesa una propuesta de alto el fuego, la que no fue descartada por Vladimir Putin. El presidente ruso es el hombre clave, ya que a él responden los separatistas que combaten contra el Ejército ucraniano. Claro que los rebeldes demandan una serie de concesiones difíciles de aceptar por Petro Poroshenko, el presionado presidente de Ucrania.
La aspiración de máxima de la cumbre es que se elabore un documento, firmado por los cuatro mandatarios, en el que se establezca una tregua inmediata. No parece sencillo, porque mientras en Minsk se iniciaba la reunión en el este ucraniano arreciaban los combates.
En la zona de Debáltsevo, el enclave ferroviaro que intentan capturar los separatistas, murieron al menos 19 soldados del Ejército de Poroshenko. En tanto, el bombardeo de artillería contra la ciudad de Donetsk, en manos de los rebeldes, continuó sin pausa y provocó al menos seis muertos y ocho heridos, todos civiles.
No son las mejores condiciones para las conversaciones por la paz. A las malas noticias desde el frente de batalla se sumó el arribo a Minsk, en forma sorpresiva, de los líderes separatistas Igor Plonitzki y Alexander Sajarchenko. De momento no está claro cuál es el rol que desempeñan. En caso de que las negociaciones resulten exitosas ambos estarían dispuestos a firmar un acuerdo, dijo el portavoz de los rebeldes, Andrei Purgin, desde la bombardeada Donetsk.
Las autoridades en Kiev rechazan un diálogo directo con los rebeldes, ya que los calificaron en reiteradas oportunidades de terroristas. El presidente ucraniano rechazó rotundamente una federalización de Ucrania propuesta por Rusia. Los separatistas aspiran, directamente, a la independencia de Kiev.
Angela Merkel y Francois Hollande pusieron sobre la mesa una propuesta de alto el fuego, la que no fue descartada por Vladimir Putin. El presidente ruso es el hombre clave, ya que a él responden los separatistas que combaten contra el Ejército ucraniano. Claro que los rebeldes demandan una serie de concesiones difíciles de aceptar por Petro Poroshenko, el presionado presidente de Ucrania.
La aspiración de máxima de la cumbre es que se elabore un documento, firmado por los cuatro mandatarios, en el que se establezca una tregua inmediata. No parece sencillo, porque mientras en Minsk se iniciaba la reunión en el este ucraniano arreciaban los combates.
En la zona de Debáltsevo, el enclave ferroviaro que intentan capturar los separatistas, murieron al menos 19 soldados del Ejército de Poroshenko. En tanto, el bombardeo de artillería contra la ciudad de Donetsk, en manos de los rebeldes, continuó sin pausa y provocó al menos seis muertos y ocho heridos, todos civiles.
No son las mejores condiciones para las conversaciones por la paz. A las malas noticias desde el frente de batalla se sumó el arribo a Minsk, en forma sorpresiva, de los líderes separatistas Igor Plonitzki y Alexander Sajarchenko. De momento no está claro cuál es el rol que desempeñan. En caso de que las negociaciones resulten exitosas ambos estarían dispuestos a firmar un acuerdo, dijo el portavoz de los rebeldes, Andrei Purgin, desde la bombardeada Donetsk.
Las autoridades en Kiev rechazan un diálogo directo con los rebeldes, ya que los calificaron en reiteradas oportunidades de terroristas. El presidente ucraniano rechazó rotundamente una federalización de Ucrania propuesta por Rusia. Los separatistas aspiran, directamente, a la independencia de Kiev.
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