Elio Cabral, el hombre que convirtió a los “Cuervos” en cohetes

Conocido como pocos en el ambiente del voley tucumano, Elio Cabral se abrió paso a fuerza de éxitos también en el fútbol. Hoy, desde su rol de preparador físico, es uno de los actores protagónicos en esta etapa que tiene a Concepción FC como protagonista y casi dueño del ascenso al Federal A. Su primera vez en el “cuervo” fue en 2012, de la mano de Pedro Olalla. Sin embargo tuvo que irse, pero regresó al año siguiente. No fueron épocas doradas en el club de sur, pasaron varios entrenadores (Jorge Salas, Alpidio Elizeche, Hernán González, Mauricio García-Carlos Monteros) hasta que llegó Nazareno Godoy, hoy el cerebro fuera de la cancha que conduce a un Concepción FC que está punto de hacer historia.

“Llegué en un momento difícil al club porque había descendido a la Primera B liguista en 2013. Por suerte, con González ascendimos”, recrea su pasado Cabral, pero va más allá de lo positivo o desgraciado de la coyuntura. “Los dirigentes siempre me tuvieron en cuenta, me llamaron. Saben cómo trabajo”, dice con orgullo el hijo de Monteros, quien comparte su labor en el fútbol con la preparación física de Monteros Voley. Y hay más: como si los días de Cabral fueran de 48 horas, este año coordinará las inferiores de Monteros Voley y también se unirá a las filas de Ñuñorco para darle una mano a los chicos de la cantera futbolística del “tigre”.

Día “D” de domingo
Concepción FC viajará el sábado a la ciudad de Güemes. Allí hará base hasta horas antes de presentarse en el salteño estadio “Padre Ernesto Martearena”, donde desde las 18 jugará la revancha por el ascenso ante Mitre, al que goleó 3-0 en el duelo de ida (dirigirá Fernando Brillada, de Resistencia).

“Viajaremos por la mañana. En Güemes almorzaremos y haremos trabajos regenerativos en una cancha de la zona”, cuenta Cabral, mientras procura mantener concentrados a sus pupilos. “El concepto que siempre utilizo es prohibido relajarse. Por suerte los chicos son muy profesionales”, advierte el “Profe”, al que todos quieren y aprecian. Por cómo es como persona y también por su capacidad profesional.