El hallazgo del tesoro íntimo del Indio Solari

“El tesoro de los inocentes. Indio en la Biblioteca”. Así se llama la exposición que se inauguró el sábado en la Biblioteca Nacional, en Buenos Aires, y que ofrece manuscritos, borradores, libros, dibujos, pinturas, instrumentos y objetos de Carlos “Indio” Solari, el ex líder de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota. La muestra da cuenta de uno de los fenómenos artísticos, culturales y políticos más importantes de los últimos 30 años en Argentina, mediante una serie de trabajos que presentan, además de sus poesías, una faceta menos conocida del músico: la de artista plástico.

En la exposición se puede ver parte de la biblioteca personal del Indio, donde se destacan libros como “El corazón de las tinieblas”, de Joseph Conrad; “Muerte a crédito”, de Louis Ferdinand Céline, y “El prisionero del sexo”, de Norman Mailer, así como obras de Antonin Artaud, George Gurdjieff y Leonard Cohen.

En diálogo con la agencia Télam, el director de la Biblioteca Nacional, Horacio González, expresó algunas ideas sobre la poética del escritor, músico, compositor, pintor y dibujante, una de las voces más representativas de su generación y de varias posteriores. “Siempre me interesó el fenómeno de trashumancia en la obra del Indio. El rock es una típica figura de lo urbano, se compone de fenómenos territoriales muy parecidos a los pastorales, que forman parte de la imaginación condensada de las grandes religiones. Y el rock nunca negó su relación, aunque sea crítica, con la religión”, sostuvo.

“Solari es un figura que tiende a gustarme -apuntó González-. Otro caso es el de Charly García, que me tiende a gustar y a preocupar. Lo veo como alguien que lleva en sí mismo la carga del suicida, y que nunca se suicida; lo veo siempre en peligro, pero no sé lo que ha leído Charly. Del Indio tampoco sabía cuáles eran sus lecturas, pero acá puedo ver sus libros y me di cuenta de que, salvo un énfasis más místico, como Gurdjieff, quien prefiere el mito a la metafísica, todos los demás son los que yo leí casi a la misma edad”.

“Entonces -reflexionó-, ante esta figura que tiene una enorme fuerza, uno que es más o menos de la misma generación, se hace una pregunta letal: ¿cómo se dividen los destinos? ¿Por qué yo termine aquí y no originé otra situación mucho más interesante? El consuelo es que leímos los mismos libros, como ‘Vidas Imaginarias’, de Marcel Schwob. Ahí pienso en el interés por las máscaras, que se encuentran en exhibición. Y hay un libro que me acompaña hasta hoy en el recuerdo, ‘La rama dorada’, de James George Frazer, de formación académica muy fuerte”.

González consideró que alguien debería investigar hasta qué punto la biblioteca del Indio coincide con la de Luis Alberto Spinetta. “Ahí está Artaud, está la cuestión del borde del pensamiento que se comienza a convertir en locura y la locura que vuelve como pensamiento crítico, como reflexión, y le da a la religión un valor importante sin ser religioso”.

El artista subyacente

Por su parte, Ezequiel Grimson, director de Cultura de la Biblioteca, explicó que la idea de base fue concentrarse en la obra de Solari y no en su figura. “Dejamos de lado la cuestión más publicitaria y nos concentramos en su producción artística, que abarca sus canciones, sus letras, sus poemas, sus pinturas y sus fotografías. Nuestra intención era ver esta obra expuesta en la Biblioteca; a la vez, es una obra que deriva de una biblioteca, un conjunto de lecturas bien de una época, y universales también, porque incluye a Shakespeare, Conrad, la correspondencia de Van Gogh, La Biblia y ‘Las mil y una noches’, entre otras cosas”, señaló.

Barbara Maier, curadora de la exposición, sostuvo: “fue un hallazgo encontrarnos con las lecturas del Indio, porque siempre estuvo el mito de lo que no develan sus letras, qué quiso decir, lo cifrado. Esta es una aproximación para poder descifrar eso que parece encriptado. Queríamos mostrar el mundo del artista detrás del músico”.