11 Febrero 2015
KIEV.- No puede ser más pesimista el escenario en el que los líderes de Ucrania, Rusia, Alemania y Francia buscarán hoy un acuerdo de paz. Angela Merkel y Francois Hollande intentarán convencer a Vladimir Putin y a Petro Poroshenko de que es indispensable un alto el fuego en el este ucraniano. Se reunirán en Minsk (Bielorrusia). Pero los misiles siguen cayendo y el conteo de muertos en Ucrania marcha muy por encima de las 5.000 víctimas.
Funcionarios de la Unión Europea reconocen que es difícil imaginar a los separatistas prorrusos accediendo a retroceder a sus posiciones previas, tras semanas en las que lograron grandes avances.
El Ejército ucraniano está flaco de pertrechos y, por el momento, Barack Obama se niega a proporcionárselos. Pero mientras tanto presiona a Putin para que acepte la paz. Una fuente rusa dijo que no hay intención de firmar un alto el fuego, y que el objetivo principal de Putin es crear una zona desmilitarizada.
La guerra, junto a años de corrupción endémica, han provocado casi la bancarrota de Ucrania, cuya moneda se derrumbó la semana pasada. Poroshenko negocia un paquete de rescate de 40.000 millones de dólares con el FMI.
En el frente de batalla, los rebeldes intenta rodear a las fuerzas gubernamentales en Debaltseve, un importante centro ferroviario. “La burbuja de Debaltseve ha sido cerrada firmemente. No los dejaremos salir”, declaró el comandante de una unidad de reconocimiento que se identificó por su nombre de guerra Malysh (”El Pequeño”). Agregó que están absolutamente en contra de un alto el fuego.
El Kremlin, al que Occidente acusa de nutrir a los separatistas con armas y con soldados para combatir por un territorio que llama “Nueva Rusia”, colocó ayer 2.000 soldados de su lado de la frontera.
Funcionarios de la Unión Europea reconocen que es difícil imaginar a los separatistas prorrusos accediendo a retroceder a sus posiciones previas, tras semanas en las que lograron grandes avances.
El Ejército ucraniano está flaco de pertrechos y, por el momento, Barack Obama se niega a proporcionárselos. Pero mientras tanto presiona a Putin para que acepte la paz. Una fuente rusa dijo que no hay intención de firmar un alto el fuego, y que el objetivo principal de Putin es crear una zona desmilitarizada.
La guerra, junto a años de corrupción endémica, han provocado casi la bancarrota de Ucrania, cuya moneda se derrumbó la semana pasada. Poroshenko negocia un paquete de rescate de 40.000 millones de dólares con el FMI.
En el frente de batalla, los rebeldes intenta rodear a las fuerzas gubernamentales en Debaltseve, un importante centro ferroviario. “La burbuja de Debaltseve ha sido cerrada firmemente. No los dejaremos salir”, declaró el comandante de una unidad de reconocimiento que se identificó por su nombre de guerra Malysh (”El Pequeño”). Agregó que están absolutamente en contra de un alto el fuego.
El Kremlin, al que Occidente acusa de nutrir a los separatistas con armas y con soldados para combatir por un territorio que llama “Nueva Rusia”, colocó ayer 2.000 soldados de su lado de la frontera.
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