09 Febrero 2015
EN PÚBLICO. Alexis Tsipras dio un discurso ayer ante la mirada de Europa. reuters
ATENAS.- El nuevo primer ministro griego, Alexis Tsipras, presentó ayer sus planes para desmantelar el “cruel” programa de austeridad de su país, descartando la ampliación del rescate internacional y poniéndose en curso de colisión con sus socios europeos.
En su primer gran discurso ante el Parlamento desde su asunción al poder el mes pasado, Tsipras desgranó una lista de iniciativas para dar marcha atrás a las reformas impuestas por los prestamistas europeos y el Fondo Monetario Internacional (FMI): desde reinstaurar los bonos para pensionistas y cancelar un impuesto a la propiedad, hasta poner fin a los despidos masivos y subir el salario mínimo hasta los niveles anteriores a la crisis, aunque anunció una serie de recortes para adelgazar al Gobierno, reduciendo beneficios ministeriales, como los vehículos, y vendiendo uno de los aviones del primer ministro.
Mostrando poco interés en las advertencias de sus socios europeos para que cumpla los compromisos generados en su rescate de 240.000 millones de euros, Tsipras aseguró que su intención es cumplir sus promesas de campaña para sanar las heridas de la austeridad generadas a cambio del dinero.
Según dijo, Grecia lograría presupuestos equilibrados, pero no podría producir más superávits presupuestarios irreales, en referencia a los requisitos de tener números azules, excluyendo los pagos de la deuda.
“El rescate fracasó”, dijo ante los aplausos del Parlamento. “Queremos dejar claro a todos que no estamos negociando. No estamos negociando nuestra soberanía nacional”. En un gesto simbólico que parecía estar dirigido contra el principal acreedor de Grecia, Tsipras finalizó su discurso con la promesa de que intentará que Alemania pague compensaciones por la Segunda Guerra Mundial.
Tsipras descartó una ampliación del rescate más allá de su fecha de expiración del 28 de febrero, pero aseguró que cree que se puede alcanzar aún un entendimiento con sus socios europeos, con un denominado acuerdo “puente” en los próximos 15 días para mantener a Grecia a flote. (Reuters)
En su primer gran discurso ante el Parlamento desde su asunción al poder el mes pasado, Tsipras desgranó una lista de iniciativas para dar marcha atrás a las reformas impuestas por los prestamistas europeos y el Fondo Monetario Internacional (FMI): desde reinstaurar los bonos para pensionistas y cancelar un impuesto a la propiedad, hasta poner fin a los despidos masivos y subir el salario mínimo hasta los niveles anteriores a la crisis, aunque anunció una serie de recortes para adelgazar al Gobierno, reduciendo beneficios ministeriales, como los vehículos, y vendiendo uno de los aviones del primer ministro.
Mostrando poco interés en las advertencias de sus socios europeos para que cumpla los compromisos generados en su rescate de 240.000 millones de euros, Tsipras aseguró que su intención es cumplir sus promesas de campaña para sanar las heridas de la austeridad generadas a cambio del dinero.
Según dijo, Grecia lograría presupuestos equilibrados, pero no podría producir más superávits presupuestarios irreales, en referencia a los requisitos de tener números azules, excluyendo los pagos de la deuda.
“El rescate fracasó”, dijo ante los aplausos del Parlamento. “Queremos dejar claro a todos que no estamos negociando. No estamos negociando nuestra soberanía nacional”. En un gesto simbólico que parecía estar dirigido contra el principal acreedor de Grecia, Tsipras finalizó su discurso con la promesa de que intentará que Alemania pague compensaciones por la Segunda Guerra Mundial.
Tsipras descartó una ampliación del rescate más allá de su fecha de expiración del 28 de febrero, pero aseguró que cree que se puede alcanzar aún un entendimiento con sus socios europeos, con un denominado acuerdo “puente” en los próximos 15 días para mantener a Grecia a flote. (Reuters)