La edición es una obra de interpretación

Por Jorge Figueroa 09 Febrero 2015

La cadena de arte en Facebook, que tanta difusión y publicidad tuvo estas semanas, es una de las manifestaciones del arte de redes sociales. Entiéndase bien: la expresión de un tipo de lenguaje específico, vinculado directamente, claro está, a la tecnología. En otras palabras, las imágenes que se observaron en Facebook no son únicamente fotografías que reproducen las obras. Hay un trabajo artístico particular en este pase que, si bien se ve, es una transformación que las convierte en obra. Los autos de época que pinta Pablo Ríos, por ejemplo, no son los mismos que vemos, en directo y en vivo, en una sala del Museo o del Centro Cultural, que los que miramos en la plataforma Facebook.

Los artistas suben sus obras, sus procesos de trabajo; hacen circular su producción, sus performances, registran sus pasos. Al hacerlo, establecen una circulación distinta a la que estaban acostumbradas en una sala o una galería. El teórico latinoamericano Juan Acha señalaba, en ese sentido, que un cambio en la circulación, en su consumo, implicaba una modificación en la obra misma, desde que su percepción es absolutamente diferente.

Y la consideración no es menor, si se tiene en cuenta que el arte contemporáneo se caracteriza por su poder generador; por invitar a la mirada del receptor a trabajar su sentido.

O sea: por un lado, se modifica la percepción, desde un punto de vista general. Pero por el otro, se ha cambiado el soporte y el formato, en particular.

Debe advertirse, pues, hay una intervención artística en ese deslizamiento, cual es el trabajo de edición obligado que, deberá insistirse, no es sólo seleccionar y el corto, copio y pego: la edición es, fundamentalmente, un trabajo de interpretación. Y cuando se plantea la edición como interpretación, nos incorporamos al complejo mundo de la hermenéutica.

La edición designa a lo que conocemos habitualmente con el proceso de postproducción, es decir, nombra al conjunto de procesos aplicado a todo material grabado o registrado. Pertenece a un ámbito “tercero”, al no trabajar con materia prima, explica Nicolás Bourriaud en el texto “Postproducción”. La edición, entonces, es la postproducción.

Y es precisamente la edición el trabajo artístico fundamental (el que le otorga un lenguaje específico), por el que una pintura se convierte en otra, al cambiar de formato. Este proceso podrá comprenderse más cuando nos detengamos a reflexionar cuando verbalizamos la palabra formato: formatear, es dar forma, nada menos, y cuando se realiza esta actividad, se está ante otra obra, sencillamente.

Facebook, entonces, no sólo es una red social que sirve para difundir y dar visibilidad al arte sino también para producirlo.