08 Febrero 2015
PERICIAS. Los policías buscaron testigos y pruebas en el lugar del hecho. la gaceta en whatsapp
No hubo ningún testigo que haya visto el momento del disparo. Marcelo Sebastián Monteros fue hallado tirado en el pavimento con un balazo en la cabeza. Pero aún no se sabe si quisieron robarle, si hubo una pelea o si se trató de un ajuste de cuentas. Y la falta de indicios desconcierta a los investigadores, que hasta anoche no tenían ninguna pista firme, según revelaron fuentes policiales.
A Monteros, que tenía 28 años, lo mataron el viernes a las 23 en la autopista Presidente Perón, que une el aeropuerto Benjamín Matienzo con la capital.
Cerca del puente
El joven había salido de su vivienda, ubicada en calle Juramento al 500, rumbo a Alderetes para buscar a su concubina y a su hijita. Iba en su moto Honda Twister, y lo balearon a poco de cruzar el puente Ingeniero Barros, a la altura del kilómetro 1 de la autopista, frente a una empresa de mensajería. Allí quedó tendido el cuerpo, al lado de la motocicleta, sin que nadie haya visto nada.
La primera hipótesis que tuvieron los investigadores es que se habría tratado de un homicidio en ocasión de robo. Esta línea de investigación no está descartada, pero llama la atención que no le hayan llevado la moto, dinero ni la billetera. Monteros habría tenido todas sus pertenencias encima.
La otra posibilidad que barajan los investigadores (la causa recayó en la Fiscalía de Instrucción de la II° Nominación, que subroga Adriana Giannoni, y participa de la investigación la división Homicidios, a cargo del comisario Marcelo Sallas), es que podría tratarse de un ajuste de cuentas.
Las declaraciones de los familiares y allegados a la víctima, sin embargo, no arrojaron ninguna pista que avale esa hipótesis. El muchacho trabajaba con su padre vendiendo autos usados debajo del puente de la avenida de Circunvalación cercano al puente Lucas Córdoba, y no se conocería que haya tenido problemas con alguna otra persona.
“Nada está descartado y vamos a profundizar todas las hipótesis”, comentó una fuente de la investigación. Aún así, el misterio envuelve el crimen de Monteros, sin ninguna pista firme que pueda llevar a identificar a su homicida.
A Monteros, que tenía 28 años, lo mataron el viernes a las 23 en la autopista Presidente Perón, que une el aeropuerto Benjamín Matienzo con la capital.
Cerca del puente
El joven había salido de su vivienda, ubicada en calle Juramento al 500, rumbo a Alderetes para buscar a su concubina y a su hijita. Iba en su moto Honda Twister, y lo balearon a poco de cruzar el puente Ingeniero Barros, a la altura del kilómetro 1 de la autopista, frente a una empresa de mensajería. Allí quedó tendido el cuerpo, al lado de la motocicleta, sin que nadie haya visto nada.
La primera hipótesis que tuvieron los investigadores es que se habría tratado de un homicidio en ocasión de robo. Esta línea de investigación no está descartada, pero llama la atención que no le hayan llevado la moto, dinero ni la billetera. Monteros habría tenido todas sus pertenencias encima.
La otra posibilidad que barajan los investigadores (la causa recayó en la Fiscalía de Instrucción de la II° Nominación, que subroga Adriana Giannoni, y participa de la investigación la división Homicidios, a cargo del comisario Marcelo Sallas), es que podría tratarse de un ajuste de cuentas.
Las declaraciones de los familiares y allegados a la víctima, sin embargo, no arrojaron ninguna pista que avale esa hipótesis. El muchacho trabajaba con su padre vendiendo autos usados debajo del puente de la avenida de Circunvalación cercano al puente Lucas Córdoba, y no se conocería que haya tenido problemas con alguna otra persona.
“Nada está descartado y vamos a profundizar todas las hipótesis”, comentó una fuente de la investigación. Aún así, el misterio envuelve el crimen de Monteros, sin ninguna pista firme que pueda llevar a identificar a su homicida.
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