Desahogo “millonario”

BUENOS AIRES.- Una analogía más o menos precisa del choque sería decir que San Lorenzo fue la pera en la que River descargó sus guantes por la frustración que cargó durante la complicada semana post-goleada ante Boca. La partida no solo atraía por tratarse de una primera final entre dos campeones, sino por ver de qué manera reaccionaba el “Millonario”. Y lo hizo bien, con un triunfo por 1-0, que aunque se queda corto por lo hecho en el primer tiempo, vale igual para ahuyentar los demonios. Al menos hasta la revancha del miércoles en el Nuevo Gasómetro.

Luego de ese primer tiempo, el Papa Francisco debería haber canonizado de oficio a Sebastián Torrico y mandado santificar los palos de su arco. El arquero le sacó dos cabezazos picantísimos a un Teófilo Gutiérrez incontrolable: uno con una gran estirada y otro en la línea, de ésos que terminan adentro en 99 de cada 100 casos. El propio Teófilo mandó otro cabezazo y una chilena al travesaño. Eso sin contar la palomita de Jonatan Maidana que se estrelló en el palo y el rebote que Mora, en el apuro, mandó a cualquier parte.

En la etapa final fue mucho más pareja, con River ya sin la chispa del primer tiempo y el “ciclón” tirando mordiscones de contragolpe. En uno de ellos, Pablo Barrientos dejó solo a Martín Cauteruccio para definir, pero al 9 se le amontonaron las ideas y Marcelo Barovero le ganó en el achique. Antes, “Trapito” había tocado al delantero, pero Delfino no consideró que fuera penal. El encuentro se encaminaba al 0-0, pero Mercier falló un rechazo, Gonzalo Martínez habilitó a Carlos Sánchez y el uruguayo le sacó el aura a Torrico con un fierrazo.