07 Febrero 2015
PERICIAS. La Policía trabajó en el barrio El Gráfico registrando las características de los lugares de los hechos. la gaceta / foto de antonio ferroni
El juicio por el asesinato de Sergio Ismael Lucena, que murió en noviembre de 2011 en el hospital Padilla luego de ser víctima de una golpiza, comenzará el 14 de abril. Pero antes de que los policías acusados por el crimen, Mondino Becero y Arturo Monserrat, se sienten en el banquillo, las partes que intervendrán en el juicio deben formular las pruebas que serán valoradas por los jueces durante el debate oral para determinar la inocencia o culpabilidad de los imputados.
Para dictar una sentencia la Justicia apoya su veredicto en las pruebas que aportan los defensores, los querellantes y el fiscal que representa al Ministerio Público y, una de estas medidas probatorias del crimen de Lucena, se realizó el jueves en Las Talitas.
De acuerdo con el requerimiento de elevación a juicio firmado por la fiscala de Instrucción de la I° Nominación, Marta Rivadeneira, Lucena fue víctima de la golpiza que causó su muerta cuando volvía a su casa, ubicada en el barrio Experimental II, junto con Marcelo López, luego de visitar a una amiga que tenían en común y que vivía en el barrio El Gráfico.
Los jóvenes caminaban hacia su barrio por la Calle 12 cuando los imputados, según la hipótesis de la fiscala, salieron armados de entre unos pastizales y los amenazaron. Al verlos -se sostiene que los policías estaban vestidos de civil- Lucena y López creyeron que eran ladrones y corrieron de vuelta hacia El Gráfico. Pero en realidad se trataba de los acusados que, según testificaron, estaban persiguiendo a dos supuestos ladrones.
Ese trayecto fue el que se reconstruyó el jueves durante la medida de prueba con una inspección ocular del lugar donde se habrían suscitado los hechos. Una fuente que participó de esta medida sostuvo -consultada por LA GACETA- que este tipo de reconocimientos son muy importantes para poder tener un registro de las distancias reales y los lugares que son incorporados a la causa por medio del testimonio de los involucrados.
También explicó que estas pruebas permiten observar si hubo cambios en los lugares desde el momento en que ocurrió el crimen y que todo se hace con la intención de administrar Justicia.
Para dictar una sentencia la Justicia apoya su veredicto en las pruebas que aportan los defensores, los querellantes y el fiscal que representa al Ministerio Público y, una de estas medidas probatorias del crimen de Lucena, se realizó el jueves en Las Talitas.
De acuerdo con el requerimiento de elevación a juicio firmado por la fiscala de Instrucción de la I° Nominación, Marta Rivadeneira, Lucena fue víctima de la golpiza que causó su muerta cuando volvía a su casa, ubicada en el barrio Experimental II, junto con Marcelo López, luego de visitar a una amiga que tenían en común y que vivía en el barrio El Gráfico.
Los jóvenes caminaban hacia su barrio por la Calle 12 cuando los imputados, según la hipótesis de la fiscala, salieron armados de entre unos pastizales y los amenazaron. Al verlos -se sostiene que los policías estaban vestidos de civil- Lucena y López creyeron que eran ladrones y corrieron de vuelta hacia El Gráfico. Pero en realidad se trataba de los acusados que, según testificaron, estaban persiguiendo a dos supuestos ladrones.
Ese trayecto fue el que se reconstruyó el jueves durante la medida de prueba con una inspección ocular del lugar donde se habrían suscitado los hechos. Una fuente que participó de esta medida sostuvo -consultada por LA GACETA- que este tipo de reconocimientos son muy importantes para poder tener un registro de las distancias reales y los lugares que son incorporados a la causa por medio del testimonio de los involucrados.
También explicó que estas pruebas permiten observar si hubo cambios en los lugares desde el momento en que ocurrió el crimen y que todo se hace con la intención de administrar Justicia.
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