06 Febrero 2015
Los vinos provenientes de Amaicha y Colalao del Valle dejaron de ser productos accesibles a unos pocos privilegiados. El gran salto cualitativo de sus cepas y la industrialización de las fábricas posicionó a una decena de productos que actualmente compiten en el mercado nacional y mundial. Estos tintos pueden ser adquiridos en las tiendas tafinistas y constituyen una opción más que conveniente para “maridar” con los platos regionales que los cerros imponen.
Los enólogos coinciden en que el clima y el suelo de los Valles Calchaquíes imprimen un sello característico al vino tucumano. Los expertos que analizaron la vitivinicultura local opinan, casi al unísono, que los vinos de Amaicha y Colalao poseen un corte muy bien logrado. Aseguran que el torrontés se destaca por su prolijidad. Y en cuanto a las variedades de tintos, explican que poco a poco comienzan a darse a conocer, particularmente el tanat. Quienes se introducen en el arte de la cata llegan a afirmar que los vinos locales transmiten madurez y elegancia.
El vino tinto malbec “Julio Julián” (bodega Posse) es uno de los más elegidos por quienes buscan una cepa . De hecho, así se define en su etiqueta: “ataque muy intenso, con un cierto dulzor proveniente del alcohol y de una acidez baja, que lo hace muy suave y fácil de tomar”. Una botella de “Julio Julián” tiene un precio promedio de mercado de $ 100.
El “Lengua Negra”, de la bodega Siete Vacas, también ha conseguido gran aceptación entre turistas, veraneantes y lugareños. Fue bautizado con ese nombre para honrar los vinos de la región, que a su paso tiñen lengua, dientes y todo lo que encuentren. El precio promedio de la botella asciende a los $ 55.
El vino tinto “Yuros”, de la bodega Las Mojarras, a un precio de $ 65, es otra opción a la hora de disfrutar un buen vino. “Se presenta brillante y limpio, con un intenso color”, expresa su etiqueta oficial. La cuarta opción es el malbec “Sarrulle”, de la bodega Sarrulle. Una botella de esta marca suele ser vendida a un precio promedio de $ 90 en cualquier comercio de la villa tafinista.
Los enólogos coinciden en que el clima y el suelo de los Valles Calchaquíes imprimen un sello característico al vino tucumano. Los expertos que analizaron la vitivinicultura local opinan, casi al unísono, que los vinos de Amaicha y Colalao poseen un corte muy bien logrado. Aseguran que el torrontés se destaca por su prolijidad. Y en cuanto a las variedades de tintos, explican que poco a poco comienzan a darse a conocer, particularmente el tanat. Quienes se introducen en el arte de la cata llegan a afirmar que los vinos locales transmiten madurez y elegancia.
El vino tinto malbec “Julio Julián” (bodega Posse) es uno de los más elegidos por quienes buscan una cepa . De hecho, así se define en su etiqueta: “ataque muy intenso, con un cierto dulzor proveniente del alcohol y de una acidez baja, que lo hace muy suave y fácil de tomar”. Una botella de “Julio Julián” tiene un precio promedio de mercado de $ 100.
El “Lengua Negra”, de la bodega Siete Vacas, también ha conseguido gran aceptación entre turistas, veraneantes y lugareños. Fue bautizado con ese nombre para honrar los vinos de la región, que a su paso tiñen lengua, dientes y todo lo que encuentren. El precio promedio de la botella asciende a los $ 55.
El vino tinto “Yuros”, de la bodega Las Mojarras, a un precio de $ 65, es otra opción a la hora de disfrutar un buen vino. “Se presenta brillante y limpio, con un intenso color”, expresa su etiqueta oficial. La cuarta opción es el malbec “Sarrulle”, de la bodega Sarrulle. Una botella de esta marca suele ser vendida a un precio promedio de $ 90 en cualquier comercio de la villa tafinista.
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Tafí del Valle
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