05 Febrero 2015
Marc Röhlig / Stephanie Nebehay - Agencias DPA / Reuters
Los carniceros están parados entre escombros como figurantes en una película postapocalíptica de Hollywood. En el medio aparece un hombre vestido con un overol naranja. Su rostro revela huellas de tortura. Se trata de Muaz al Kasasbeh, el piloto jordano que realizó ataques contra posiciones de la milicia terrorista Estado Islámico (ISIS) por encargo de la alianza liderada por Estados Unidos.
La coreografía del video del ISIS parece a una película. Sin embargo, revela un desprecio al ser humano que supera todas las decapitaciones difundidas hasta la fecha por la milicia. Al Kasasbeh es obligado a entrar en una jaula de hierro. El verdugo enciende una antorcha y la baja al suelo en cámara lenta. Explota un reguero de llamas. Cuando el fuego lo rodea, el aviador se revuelca por el dolor y más tarde se pone en cuclillas. Parece que reza. Después, su cuerpo muerto cae al suelo. El ISIS exhibe su agonía del principio al fin.
La película de 22 minutos, colgada en Internet el martes, agrega una nueva variante de ejecución a las atrocidades de los yihadistas. Hasta ahora, el ISIS había lapidado mujeres, lanzado a presuntos homosexuales desde los tejados de edificios altos y decapitado a sus enemigos con cuchillos de carnicero. Hay mucho más: según la ONU, militantes del Estado Islámico están vendiendo niños secuestrados como esclavos sexuales y matando a otros jóvenes mediante la crucifixión o enterrándolos vivos.
El ISIS se justifica a partir de antiguas afirmaciones de estudiosos islámicos. Al Kasasbeh, que también era musulmán, tiene que morir porque realizaba ataques aéreos contra los islamistas. Sin embargo, este “castigo” no se halla en ningún texto teológico. Ulemas de la Universidad de Azhar (El Cairo), respetada por millones de musulmanes en todo el mundo, dijeron que fue un acto satánico.
Existen motivos para que el ISIS ignore las reglas de la religión en cuyo nombre dice combatir. El autoproclamado “califato” en Siria e Irak se está desmoronando. El enemigo jurado, Al Qaeda, volvió a ganar prestigio en el mundillo yihadista tras el atentado contra le revista satírica “Charlie Hebdo”.
La espiral de violencia atroz del ISIS refleja su deseo de llamar la atención. Por un lado, los videos son una especie de horror show para los propios seguidores: “miren, nosotros estamos haciendo lo que Al Qaeda sólo dice con palabras”. Por otro lado, es un mensaje dirigido a Occidente que necesita ser renovado y recrudecido.
En el video que muestra la muerte de Al Kasasbeh, los terroristas intercalan escenas donde sacan a compañeros de armas de entre montañas de escombros cubiertos de polvo o cadáveres carbonizados de niños. Es la manera despreciativa del ISIS para decir: ojo por ojo.
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