04 Febrero 2015
BUENOS AIRES.- Oscar Parrilli, titular de la cuestionada Secretaría de Inteligencia (SI), y Carlos Zannini, secretario Legal y Técnico de la Presidencia, acudieron ayer al Congreso para trabajar en los primeros lineamientos de la reforma a la normativa que regula el espionaje estatal, que quedó en la mira tras la misteriosa muerte del fiscal especial Alberto Nisman.
La oposición no asistió al encuentro de ayer, en una medida que pretende dar un mensaje de no acompañamiento a esta propuesta del kirchnerismo, que fue anticipada la semana pasada por la jefa de Estado, Cristina Fernández de Kirchner.
Ante los parlamentarios oficialistas, Parrilli destacó la “importancia” de la creación de la nueva Agencia Federal de Inteligencia (AFI), que -según la propuesta del Gobierno nacional- enfocará su actividad “a delitos federales complejos”, como terrorismo, narcotráfico, trata de personas y otras actividades “que afecten la seguridad exterior e interior del país”.
Parrilli detalló el contenido del proyecto enviado por el Poder Ejecutivo Nacional (PEN) al Congreso. El titular de la SI expuso en una reunión conjunta de las comisiones de Asuntos Constitucionales y de Justicia y Asuntos Penal, y calificó el faltazo de los opositores como “actitud casi intolerante”. “Venimos con la mas amplia intención de generar un debate, estamos abiertos a todas las propuestas que puedan hacerse para mejorar y que se pueda tener un sistema democrático”, dijo Parrilli, quien estuvo acompañado por el subsecretario de Inteligencia, Juan Martín Mena, además de Zannini.
El titular del Servicio de Inteligencia remarcó que la legislación vigente no pone “limitaciones a las actividades” de estos organismos. Por ello, enfatizó en los párrafos del proyecto kirchnerista que fija las tareas de la futura AFI a “delitos federales complejos y atentados contra el orden constitucional”.
Con respecto a la polémica por el traspaso de las escuchas judiciales, Parrilli señaló que este tipo de espionaje no pasará directamente a la Procuración General de la Nación, como señaló la oposición. “(Quedará bajo la órbita) del Ministerio Público Fiscal, un organismo creado por la Constitución nacional que es extrapoder (y está compuesto por la Procuración y la Defensoría)”, señaló el funcionario kirchnerista.
Luego, precisó a los senadores presentes que en la AFI “las actividades de inteligencia deberán ser ordenadas por autoridades de cada organismo” y que solamente “en casos extremos podrán iniciarlas” agentes subalternos, pero deberán informar a sus superiores dentro de las 72 horas. Además, Parrilli consideró primordial que se evite que “agentes realicen actividades por cuenta propia o de carácter extorsivo”.
Zannini, por su parte, consideró clave que se aproveche “la experiencia que se ha acumulado en los últimos años de la democracia argentina”. “Nos proponemos mejorar sin modificar sustancialmente el sistema nacional de inteligencia, achicando y especializando el órgano rector de la inteligencia nacional. Se trata de poner límite a la inteligencia interna”, expresó el funcionario. (DyN-Especial)
La oposición no asistió al encuentro de ayer, en una medida que pretende dar un mensaje de no acompañamiento a esta propuesta del kirchnerismo, que fue anticipada la semana pasada por la jefa de Estado, Cristina Fernández de Kirchner.
Ante los parlamentarios oficialistas, Parrilli destacó la “importancia” de la creación de la nueva Agencia Federal de Inteligencia (AFI), que -según la propuesta del Gobierno nacional- enfocará su actividad “a delitos federales complejos”, como terrorismo, narcotráfico, trata de personas y otras actividades “que afecten la seguridad exterior e interior del país”.
Parrilli detalló el contenido del proyecto enviado por el Poder Ejecutivo Nacional (PEN) al Congreso. El titular de la SI expuso en una reunión conjunta de las comisiones de Asuntos Constitucionales y de Justicia y Asuntos Penal, y calificó el faltazo de los opositores como “actitud casi intolerante”. “Venimos con la mas amplia intención de generar un debate, estamos abiertos a todas las propuestas que puedan hacerse para mejorar y que se pueda tener un sistema democrático”, dijo Parrilli, quien estuvo acompañado por el subsecretario de Inteligencia, Juan Martín Mena, además de Zannini.
El titular del Servicio de Inteligencia remarcó que la legislación vigente no pone “limitaciones a las actividades” de estos organismos. Por ello, enfatizó en los párrafos del proyecto kirchnerista que fija las tareas de la futura AFI a “delitos federales complejos y atentados contra el orden constitucional”.
Con respecto a la polémica por el traspaso de las escuchas judiciales, Parrilli señaló que este tipo de espionaje no pasará directamente a la Procuración General de la Nación, como señaló la oposición. “(Quedará bajo la órbita) del Ministerio Público Fiscal, un organismo creado por la Constitución nacional que es extrapoder (y está compuesto por la Procuración y la Defensoría)”, señaló el funcionario kirchnerista.
Luego, precisó a los senadores presentes que en la AFI “las actividades de inteligencia deberán ser ordenadas por autoridades de cada organismo” y que solamente “en casos extremos podrán iniciarlas” agentes subalternos, pero deberán informar a sus superiores dentro de las 72 horas. Además, Parrilli consideró primordial que se evite que “agentes realicen actividades por cuenta propia o de carácter extorsivo”.
Zannini, por su parte, consideró clave que se aproveche “la experiencia que se ha acumulado en los últimos años de la democracia argentina”. “Nos proponemos mejorar sin modificar sustancialmente el sistema nacional de inteligencia, achicando y especializando el órgano rector de la inteligencia nacional. Se trata de poner límite a la inteligencia interna”, expresó el funcionario. (DyN-Especial)