02 Febrero 2015
En el barrio nadie le quería contar a la Policía lo que había pasado. Un niño de seis años acababa de morir luego de recibir un disparo en el hombro, y los pocos que dieron alguna versión a los investigadores hablaban de que tres personas habían realizado disparos y que una bala perdida había herido al pequeño. Pero más tarde, un familiar de la víctima se quebró y habría confesado que había sido un tío del niño a quien se le escapó accidentalmente un disparo, comentaron fuentes policiales y judiciales.
El hecho ocurrió el sábado en una vivienda ubicada en pasaje Monserrat al 1.900, en el barrio Alberdi Norte, más conocido como “Trulalá”. Alrededor de las 16, Nahuel Víctor Espeche fue llevado por sus familiares al hospital Avellaneda con una herida de bala en el hombro derecho. El niño murió a las 18.
Efectivos de la división Homicidios, a cargo del comisario Marcelo Sallas y del subcomisario Javier Hidalgo, llegaron hasta “Trulalá”, pero no consiguieron datos precisos de lo que había ocurrido, informaron fuentes policiales, a pesar de que había mucha gente en la calle.
Algunos testigos habrían mencionado que durante la siesta habían pasado tres delincuentes realizando disparos al aire, pero nadie precisaba características físicas o de los rodados. Una de esas balas, aseguraron, era la que había herido al niño. Pero la versión no fue muy creíble para los investigadores.
En el hospital, en tanto, los familiares del pequeño tampoco daban detalles de lo que había sucedido. La mayoría, incluso, no quería hablar con la Policía. A la noche, alrededor de las 22, fueron llevados a la sede de la división Homicidios para que prestaran declaración, y uno de ellos finalmente reveló cómo había ocurrido el crimen.
Un accidente
Un tío del pequeño, que tiene 19 años, habría estado manipulando un arma en el fondo de su casa, cuando se le escapó el disparo que hirió mortalmente al pequeño, quien estaba jugando a pocos metros. El menor fue trasladado en un taxi hasta el hospital.
El arma sería un revólver calibre 22 largo, que fue secuestrado por la Policía y se aguarda el resultado de la pericia balística, que comparará el proyectil que estaba en el cuerpo del menor con la vaina servida que fue levantada del patio de la vivienda del pasaje Monserrat.
El acusado, que es apodado “El Gordo Bombón”, fue aprehendido inmediatamente y ayer declaró ante la fiscala Adriana Giannoni, quien subroga la Fiscalía de Instrucción de la II° Nominación. Fuentes judiciales comentaron que el muchacho habría reconocido el hecho, y que el hecho habría sido calificado como homicidio culposo, por lo que anoche se iba a disponer su libertad.
La versión que habría dado el tío del menor es que el arma la habría obtenido ilegalmente hace unos días, y que estaba limpiándola para venderla, ya que necesitaba dinero, según contaron fuentes de la investigación.
El hecho ocurrió el sábado en una vivienda ubicada en pasaje Monserrat al 1.900, en el barrio Alberdi Norte, más conocido como “Trulalá”. Alrededor de las 16, Nahuel Víctor Espeche fue llevado por sus familiares al hospital Avellaneda con una herida de bala en el hombro derecho. El niño murió a las 18.
Efectivos de la división Homicidios, a cargo del comisario Marcelo Sallas y del subcomisario Javier Hidalgo, llegaron hasta “Trulalá”, pero no consiguieron datos precisos de lo que había ocurrido, informaron fuentes policiales, a pesar de que había mucha gente en la calle.
Algunos testigos habrían mencionado que durante la siesta habían pasado tres delincuentes realizando disparos al aire, pero nadie precisaba características físicas o de los rodados. Una de esas balas, aseguraron, era la que había herido al niño. Pero la versión no fue muy creíble para los investigadores.
En el hospital, en tanto, los familiares del pequeño tampoco daban detalles de lo que había sucedido. La mayoría, incluso, no quería hablar con la Policía. A la noche, alrededor de las 22, fueron llevados a la sede de la división Homicidios para que prestaran declaración, y uno de ellos finalmente reveló cómo había ocurrido el crimen.
Un accidente
Un tío del pequeño, que tiene 19 años, habría estado manipulando un arma en el fondo de su casa, cuando se le escapó el disparo que hirió mortalmente al pequeño, quien estaba jugando a pocos metros. El menor fue trasladado en un taxi hasta el hospital.
El arma sería un revólver calibre 22 largo, que fue secuestrado por la Policía y se aguarda el resultado de la pericia balística, que comparará el proyectil que estaba en el cuerpo del menor con la vaina servida que fue levantada del patio de la vivienda del pasaje Monserrat.
El acusado, que es apodado “El Gordo Bombón”, fue aprehendido inmediatamente y ayer declaró ante la fiscala Adriana Giannoni, quien subroga la Fiscalía de Instrucción de la II° Nominación. Fuentes judiciales comentaron que el muchacho habría reconocido el hecho, y que el hecho habría sido calificado como homicidio culposo, por lo que anoche se iba a disponer su libertad.
La versión que habría dado el tío del menor es que el arma la habría obtenido ilegalmente hace unos días, y que estaba limpiándola para venderla, ya que necesitaba dinero, según contaron fuentes de la investigación.
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