01 Febrero 2015
SANTIAGO.- La presidenta chilena, Michelle Bachelet, anunció ayer que envío al Congreso un proyecto de ley para la despenalización del aborto terapéutico bajo tres causales, en medio del apoyo de organizaciones de derechos humanos y críticas de sectores conservadores y de la Iglesia Católica.
Bachelet, de profesión pediatra, explicó que las condiciones incluidas en el proyecto para realizar un aborto son: el peligro de la vida de la madre, la inviabilidad del feto y los casos de violación.
La mandataria, madre de tres hijos, dijo que llegó el momento de enfrentar la discusión de la despenalización del aborto como un país maduro tras varios proyectos entrampados en el Congreso. “Hay que tomar una decisión, y no podemos evitarlo obligando a las mujeres a que carguen solas con las pesadas consecuencias de no poder decidir por causa de una ley, porque atropellamos su dignidad, prolongamos su sufrimiento y arriesgamos su vida”, dijo la mandataria durante un acto.
Bachelet enfatizó que la normativa vigente sobre la interrupción del embarazo, que lo prohíbe sin excepciones, no responde al trato digno que el Estado de Chile debe otorgar a sus ciudadanas en estas situaciones y sitúa al país al margen de los marcos jurídicos internacionales mayoritarios.
Desde el fin de la dictadura de Augusto Pinochet, en 1990, se ha intentado avanzar en la despenalización del aborto pero su discusión en el Congreso no ha fructificado por el férreo bloque integrado por parlamentarios de centro y conservadores. Chile es uno de los cinco países en el mundo en donde el aborto es ilegal en todos los casos, lo que evidencia una larga tradición conservadora que no ha desaparecido pese al destape de los últimos años, como la reciente aprobación de una ley de unión civil para parejas del mismo sexo.
Bachelet remarcó que “la prohibición absoluta y la criminalización de toda forma de interrupción del embarazo no han impedido ni impiden su práctica en condiciones de gran riesgo para la vida y salud de las mujeres”.
Organizaciones que se oponen a despenalizar el aborto han realizado manifestaciones públicas contra el Gobierno, mientras que desde el oficialismo una férrea defensa de este proyecto llegó a costarle el puesto, hace unas semanas, a la anterior ministra de Salud.
“Yo sé que este es un tema sensible, somos un país diverso, donde conviven distintas concepciones religiosas, filosóficas y culturales. No siempre hay acuerdo en los temas que atañen a la conciencia de cada uno, pero como comunidad no podemos renunciar al bien común. Necesitamos fortalecer los derechos de las mujeres”, subrayó. (Reuters)
Bachelet, de profesión pediatra, explicó que las condiciones incluidas en el proyecto para realizar un aborto son: el peligro de la vida de la madre, la inviabilidad del feto y los casos de violación.
La mandataria, madre de tres hijos, dijo que llegó el momento de enfrentar la discusión de la despenalización del aborto como un país maduro tras varios proyectos entrampados en el Congreso. “Hay que tomar una decisión, y no podemos evitarlo obligando a las mujeres a que carguen solas con las pesadas consecuencias de no poder decidir por causa de una ley, porque atropellamos su dignidad, prolongamos su sufrimiento y arriesgamos su vida”, dijo la mandataria durante un acto.
Bachelet enfatizó que la normativa vigente sobre la interrupción del embarazo, que lo prohíbe sin excepciones, no responde al trato digno que el Estado de Chile debe otorgar a sus ciudadanas en estas situaciones y sitúa al país al margen de los marcos jurídicos internacionales mayoritarios.
Desde el fin de la dictadura de Augusto Pinochet, en 1990, se ha intentado avanzar en la despenalización del aborto pero su discusión en el Congreso no ha fructificado por el férreo bloque integrado por parlamentarios de centro y conservadores. Chile es uno de los cinco países en el mundo en donde el aborto es ilegal en todos los casos, lo que evidencia una larga tradición conservadora que no ha desaparecido pese al destape de los últimos años, como la reciente aprobación de una ley de unión civil para parejas del mismo sexo.
Bachelet remarcó que “la prohibición absoluta y la criminalización de toda forma de interrupción del embarazo no han impedido ni impiden su práctica en condiciones de gran riesgo para la vida y salud de las mujeres”.
Organizaciones que se oponen a despenalizar el aborto han realizado manifestaciones públicas contra el Gobierno, mientras que desde el oficialismo una férrea defensa de este proyecto llegó a costarle el puesto, hace unas semanas, a la anterior ministra de Salud.
“Yo sé que este es un tema sensible, somos un país diverso, donde conviven distintas concepciones religiosas, filosóficas y culturales. No siempre hay acuerdo en los temas que atañen a la conciencia de cada uno, pero como comunidad no podemos renunciar al bien común. Necesitamos fortalecer los derechos de las mujeres”, subrayó. (Reuters)