La paz social sólo será posible con verdad y justicia

Más de 10 días han pasado desde la muerte del fiscal federal Alberto Nisman. Y en el ínterin, son muchas las informaciones que se han producido en el marco de la investigación de este gravísimo suceso, que violenta las estructuras de la República. Pero hasta el momento la verdad no fue dilucidada.

La Comisión Arquidiocesana de Pastoral Social de Tucumán quiere recordar lo que la Iglesia planteó en forma inmediata a este hecho, en el ámbito nacional, considerando que lo expresado por la Comisión Ejecutiva de la Conferencia de Obispos argentinos y la Comisión Nacional de Justicia y Paz de dicho Episcopado siguen teniendo plena vigencia.

En este sentido, los pastores argentinos compartían “la conmoción, perplejidad e incertidumbre que en estos días afectan a los argentinos. No obstante, confiamos en las instituciones de la República, para superar las sombras de impunidad que dañan la salud de la democracia”.

Asimismo, se hace necesario “hacer un llamado a las autoridades y a toda la dirigencia política a poner todo el esfuerzo, honestidad y capacidad investigativa, para alcanzar la verdad, única base de la justicia. Como Nación soberana necesitamos estar a la altura de las exigencias judiciales e institucionales, para que este doloroso acontecimiento sea esclarecido”.

Y como expresara la Comisión de Justicia y Paz, “este grave y triste episodio no puede hacer olvidar que permanece impune y sin esclarecer el atentado terrorista contra la AMIA, del que no sólo la comunidad judía, sino todos los argentinos fuimos víctimas. La reciente denuncia del fiscal Nisman puso en el centro de la cuestión la actuación de muy altas autoridades, de quienes esperamos explicaciones precisas. Sumamos nuestra voz al reclamo de verdad y justicia, respecto del dolorosísimo hecho original, y de sus no menos penosas derivaciones actuales”.

Como cristianos, creemos profundamente en el poder de la oración. Por eso, junto a los obispos argentinos, pedimos al Pueblo de Dios que en estos días, se intensifique “la Oración por la Patria en todas las comunidades”, a la vez que solicitamos también a los “hermanos de otras confesiones cristianas y otros credos, a permanecer unidos en la plegaria”. La paz social que anhelamos y que proviene de Dios, sólo será posible en el marco de la verdad y la justicia.