25 Enero 2015
EL AUTOR Y SU OBRA. El tucumano Carlos Alsina, frente a la primera edición de su libro teatral en italiano. foto gentileza de carlos alsina
Publicar un libro de teoría teatral en la Argentina es difícil, pero que un argentino lo haga en el exterior, más todavía. Lo excepcional se profundiza cuando el autor es un tucumano.
Carlos Alsina entró en ese grupo reducido, con la versión en italiano de su texto “El método de las acciones físicas. Teoría y práctica de una propuesta para la actuación que parte del último Constantin Stanislavsky”, traducido por su pareja, Cristiana Zanetto y publicado por la editorial romana Dino Audino, especializada en ensayos artísticos y que asegura una gran distribución en librerías.
“Durante 30 años de práctica pedagógica y 40 años de actividad artística, he reflexionado sobre la praxis de mi trabajo, lo que se ha enriquecido con mis trabajos en el Berliner Ensamble, el célebre teatro de Bertolt Brecht, y con Darío Fo, aparte de otros conocidos maestros argentinos y extranjeros. Este libro es el resultado de muchos años de trabajo y de decantación de experiencias múltiples y diversas y propone una reflexión crítica sobre el hacer del actor y los pasos metodológicos para construir la conflictividad teatral”, describe para LA GACETA.
Alsina considera que con ese libro intenta “saldar una ‘deuda’ con mis alumnos y colegas italianos, que a partir de mi llegada por primera vez en 1990, siempre me han insistido sobre la necesidad de publicar lo que en mis clases trasmitía”.
“Es una sensación paradójica editar en otra lengua y para el público italiano, al que tanto le debo, en vez de hacerlo en español y en mi país, donde también debo tanto. Espero alguna vez poder publicar este trabajo en la Argentina. Sucede que editar en nuestro país en muy complejo y suele ser muy costoso para el autor quien, al final, termina pagándose la edición. Sobre todo si se trata de personas que, como yo, no son ni famosas ni aspirantes a serlo, y resulta aún más si se vive en el interior del país y no se recibe la legitimación de los críticos del puerto”, alerta.
Como ejemplo, menciona la burocratización existente en el Instituto Nacional de Teatro, que lleva dos o más años de retraso en sus publicaciones (imprime las que esperan turno desde 2012). “Ocho de mis últimas obras de teatro están allí, esperando en un limbo sin tiempo, y debe ser el caso de tantos otros autores”, se lamenta.
El dramaturgo, profesor y director visita Italia todos los años por varios meses. Hasta abril estará allí, y luego volverá para reabrir su teatro El Pulmón. Hasta tanto, en el viejo continente está dictando seminarios y cursos y dirigiendo dos obras: “The blues”, de Tennessee Williams, y un texto sobre la vida y la obra de Antón Chejov que él escribió. Además, ya realizó la dirección de actores para la obra “Jucatúre”, de Pau Miró (el título es en catalán, y en castellano es “Jugadores”), que se estrenará próximamente en Milán.
Carlos Alsina entró en ese grupo reducido, con la versión en italiano de su texto “El método de las acciones físicas. Teoría y práctica de una propuesta para la actuación que parte del último Constantin Stanislavsky”, traducido por su pareja, Cristiana Zanetto y publicado por la editorial romana Dino Audino, especializada en ensayos artísticos y que asegura una gran distribución en librerías.
“Durante 30 años de práctica pedagógica y 40 años de actividad artística, he reflexionado sobre la praxis de mi trabajo, lo que se ha enriquecido con mis trabajos en el Berliner Ensamble, el célebre teatro de Bertolt Brecht, y con Darío Fo, aparte de otros conocidos maestros argentinos y extranjeros. Este libro es el resultado de muchos años de trabajo y de decantación de experiencias múltiples y diversas y propone una reflexión crítica sobre el hacer del actor y los pasos metodológicos para construir la conflictividad teatral”, describe para LA GACETA.
Alsina considera que con ese libro intenta “saldar una ‘deuda’ con mis alumnos y colegas italianos, que a partir de mi llegada por primera vez en 1990, siempre me han insistido sobre la necesidad de publicar lo que en mis clases trasmitía”.
“Es una sensación paradójica editar en otra lengua y para el público italiano, al que tanto le debo, en vez de hacerlo en español y en mi país, donde también debo tanto. Espero alguna vez poder publicar este trabajo en la Argentina. Sucede que editar en nuestro país en muy complejo y suele ser muy costoso para el autor quien, al final, termina pagándose la edición. Sobre todo si se trata de personas que, como yo, no son ni famosas ni aspirantes a serlo, y resulta aún más si se vive en el interior del país y no se recibe la legitimación de los críticos del puerto”, alerta.
Como ejemplo, menciona la burocratización existente en el Instituto Nacional de Teatro, que lleva dos o más años de retraso en sus publicaciones (imprime las que esperan turno desde 2012). “Ocho de mis últimas obras de teatro están allí, esperando en un limbo sin tiempo, y debe ser el caso de tantos otros autores”, se lamenta.
El dramaturgo, profesor y director visita Italia todos los años por varios meses. Hasta abril estará allí, y luego volverá para reabrir su teatro El Pulmón. Hasta tanto, en el viejo continente está dictando seminarios y cursos y dirigiendo dos obras: “The blues”, de Tennessee Williams, y un texto sobre la vida y la obra de Antón Chejov que él escribió. Además, ya realizó la dirección de actores para la obra “Jucatúre”, de Pau Miró (el título es en catalán, y en castellano es “Jugadores”), que se estrenará próximamente en Milán.
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