24 Enero 2015
D’Elía y Khalil, dos eslabones en la denuncia por encubrimiento
Canicoba Corral, juez del caso AMIA, supone que los servicios tienen injerencia “en todos lados” Días antes de su muerte, Nisman elevó al juez federal Lijo la acusación en contra de la Presidenta y de dirigentes afines al Gobierno nacional. Los supuestos espías tenían un rol clave
SOSPECHAS. Nisman, antes de morir, defendió su hipótesis ante las cámaras.
La denuncia por encubrimiento que presentó días antes de su muerte el titular de la Unidad de Investigación Fiscal AMIA, Alberto Nisman, describe en sus cerca de 300 páginas los supuestos roles que ocupaban funcionarios y dirigentes afines al Gobierno nacional en la presunta maniobra para desvirtuar la “pista iraní” en la pesquisa por el trágico atentado a la mutual judía, en 1994. Y en esa supuesta cadena creada para asegurarles inmunidad a los cinco extranjeros sospechados del ataque con el coche-bomba había, a entender de Nisman, dos eslabones clave: el dirigente “piquetero” Luis D’Elía y el supuesto espía iraní Alejandro “Yassuf” Khalil.
Hasta ahora, D’Elía escogió el silencio. A través de su cuenta de Twitter (@Luis_Delia), desde el lunes, cuando se encontró muerto a Nisman, se limita cada jornada a escribir en la red virtual: “buen día para tod@s (sic)”. Luego, hace “retuit” (es decir, comparte los mensajes) de otros usuarios, que expresan agravios o apoyo al polémico kirchnerista.
Khalil, en tanto, negó el jueves que pertenezca a los servicios de inteligencia de Irán, y rechazó la acusación de encubrimiento por parte de Nisman. “Mi relación con el sheij Mohsen Rabbani (uno de los sindicados por el atentado, radicado en Irán) ha sido malinterpretada por el fiscal en su denuncia; se trata para mí de un guía espiritual y religioso respetable”, señaló el secretario general de la mezquita At-Tauhid. Y agregó: “niego enfáticamente la infamia de acusarme de ‘agente iraní’”.
La sospecha del fallecido titular de la Unidad de Investigación Fiscal AMIA es que D’Elía y Khalili eran voceros de los gobiernos de Argentina e Irán, respectivamente.
Hace 10 días, Nisman presentó la acusación ante el juez federal Ariel Lijo, quien debe resolver si conserva el expediente. En el texto el fiscal describe “la existencia de un plan delictivo destinado a dotar de impunidad a los imputados de nacionalidad iraní acusados en la causa AMIA para que eludan la investigación y se sustraigan de la acción de la Justicia argentina, con competencia en el caso”.
Según el fiscal, la orden de llevar adelante ese “plan” fue impartida por la presidenta, Cristina Fernández de Kirchner, con el objetivo de lograr un acercamiento con el gobierno iraní que permitiera un intercambio comercial. Y el elemento que iba a permitir la “protección” de los sospechosos del atentado era el memorándum de entendimiento firmado con Irán para la creación de la “Comisión de la Verdad”. Si bien Nisman señaló al canciller Héctor Timerman como el principal gestor de ese documento, su hipótesis señala que otros individuos también fueron clave, como los presuntos nexos en la negociación, D’Elía y Khalil.
En las escuchas difundidas ayer por Radio Mitre, ambos se refieren al memorándum y celebran cuando hablan sobre la firma, en 2013.
La aparente participación de espías de los servicios de inteligencia de ambos países generó polémica tras el deceso de Nisman, producido el domingo a la noche en el baño de su departamento de Puerto Madero. Incluso, sectores de la oposición propusieron que la pesquisa de la Unidad de Investigación Fiscal AMIA pase a manos de un equipo de fiscales.
El juez federal Rodolfo Canicoba Corral, quien entiende en la causa por el terrible atentado a la mutual judía, opinó ayer que se inclina porque el expediente continúe a cargo de esa oficina especial. “Tenemos ahí una estructura muy importante afectada exclusivamente a la investigación y me parecería un despropósito dejarla vaciada de contenido”, dijo el magistrado. Agregó que de todos modos consultará a las partes en el proceso.
Luego, Canicoba corral se refirió a la aparente colaboración de espías en la confección de la demanda que elevó Nisman antes de su muerte. “Lo que he leído es que había alguna relación (...). Los servicios de inteligencia tenían una relación directa en la investigación de la causa AMIA; formalmente eran los principales investigadores en el atentado en sí”, señaló el magistrado. “Supuestamente -prosiguió- porque también habría que hacer algún tipo de inteligencia y las personas que lo podían hacer son los que integran los servicios (...). Lo demás me parece que son especulaciones. Yo supongo que en todos lados los servicios injieren”.
Además, se abstuvo de opinar sobre la denuncia de Nisman, aunque antes del deceso del fiscal había cuestionado las sospechas contra la Presidenta (DyN-Especial)
Hasta ahora, D’Elía escogió el silencio. A través de su cuenta de Twitter (@Luis_Delia), desde el lunes, cuando se encontró muerto a Nisman, se limita cada jornada a escribir en la red virtual: “buen día para tod@s (sic)”. Luego, hace “retuit” (es decir, comparte los mensajes) de otros usuarios, que expresan agravios o apoyo al polémico kirchnerista.
Khalil, en tanto, negó el jueves que pertenezca a los servicios de inteligencia de Irán, y rechazó la acusación de encubrimiento por parte de Nisman. “Mi relación con el sheij Mohsen Rabbani (uno de los sindicados por el atentado, radicado en Irán) ha sido malinterpretada por el fiscal en su denuncia; se trata para mí de un guía espiritual y religioso respetable”, señaló el secretario general de la mezquita At-Tauhid. Y agregó: “niego enfáticamente la infamia de acusarme de ‘agente iraní’”.
La sospecha del fallecido titular de la Unidad de Investigación Fiscal AMIA es que D’Elía y Khalili eran voceros de los gobiernos de Argentina e Irán, respectivamente.
Hace 10 días, Nisman presentó la acusación ante el juez federal Ariel Lijo, quien debe resolver si conserva el expediente. En el texto el fiscal describe “la existencia de un plan delictivo destinado a dotar de impunidad a los imputados de nacionalidad iraní acusados en la causa AMIA para que eludan la investigación y se sustraigan de la acción de la Justicia argentina, con competencia en el caso”.
Según el fiscal, la orden de llevar adelante ese “plan” fue impartida por la presidenta, Cristina Fernández de Kirchner, con el objetivo de lograr un acercamiento con el gobierno iraní que permitiera un intercambio comercial. Y el elemento que iba a permitir la “protección” de los sospechosos del atentado era el memorándum de entendimiento firmado con Irán para la creación de la “Comisión de la Verdad”. Si bien Nisman señaló al canciller Héctor Timerman como el principal gestor de ese documento, su hipótesis señala que otros individuos también fueron clave, como los presuntos nexos en la negociación, D’Elía y Khalil.
En las escuchas difundidas ayer por Radio Mitre, ambos se refieren al memorándum y celebran cuando hablan sobre la firma, en 2013.
La aparente participación de espías de los servicios de inteligencia de ambos países generó polémica tras el deceso de Nisman, producido el domingo a la noche en el baño de su departamento de Puerto Madero. Incluso, sectores de la oposición propusieron que la pesquisa de la Unidad de Investigación Fiscal AMIA pase a manos de un equipo de fiscales.
El juez federal Rodolfo Canicoba Corral, quien entiende en la causa por el terrible atentado a la mutual judía, opinó ayer que se inclina porque el expediente continúe a cargo de esa oficina especial. “Tenemos ahí una estructura muy importante afectada exclusivamente a la investigación y me parecería un despropósito dejarla vaciada de contenido”, dijo el magistrado. Agregó que de todos modos consultará a las partes en el proceso.
Luego, Canicoba corral se refirió a la aparente colaboración de espías en la confección de la demanda que elevó Nisman antes de su muerte. “Lo que he leído es que había alguna relación (...). Los servicios de inteligencia tenían una relación directa en la investigación de la causa AMIA; formalmente eran los principales investigadores en el atentado en sí”, señaló el magistrado. “Supuestamente -prosiguió- porque también habría que hacer algún tipo de inteligencia y las personas que lo podían hacer son los que integran los servicios (...). Lo demás me parece que son especulaciones. Yo supongo que en todos lados los servicios injieren”.
Además, se abstuvo de opinar sobre la denuncia de Nisman, aunque antes del deceso del fiscal había cuestionado las sospechas contra la Presidenta (DyN-Especial)
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