Se termina una larga espera

Los que la sufrieron aseguran que el sonido es espeluznante, y que la sensación es tan inequívoca que el posterior diagnóstico médico no hace más que confirmar lo que ya se sabe. Es la temida rotura de ligamentos cruzados, esa que nadie quiere ni nombrar porque te manda al quirófano y te deja seis meses a un costado, como mínimo. En el caso de Gabriel Ascárate ya son más de siete los meses de inactividad, por culpa de ese momento fatídico frente a Irlanda, en el Monumental “decano”, que lo sacó de la cancha en el peor momento: justo en la antesala del Rugby Championship, para el que tenía buenos números.

El tiempo ha pasado, y el centro de Natación está otra vez en carrera. El lunes formó parte del primer entrenamiento de los Seniors en el año. “Estamos bien. Tuve unas vacaciones forzadas por la lesión y no veía la hora de volver a estar. Todavía me falta un poquito, estoy poniendo todo para la recuperación total lo antes posible. Por ahora, a entrenar normal y ver como está la rodilla”, comentó el centro, menos preocupado por el pasado que por lo que tiene por delante: un año mundialista.

“Este va ser un año de muchos partidos y de mucha exigencia. Por ser mundialista va a ser distinto a los otros, y eso te impone esforzarte el doble para alcanzar los objetivos”, opinó Ascárate, firmemente convencido en conseguir una nueva oportunidad con los seleccionados. “Estoy a disposición de los entrenadores, obviamente que todo va depender de como vaya la recuperación y la evolución en los entrenamientos. Pero siempre pensando en sumarme a la gira por la Pacific”, anticipó.