La autopsia psicológica, una herramienta clave

La autopsia psicológica, una herramienta clave

20 Enero 2015
La investigación en un caso en el que la persona se quita la vida es abordada de la misma forma que cuando se produce un homicidio. Sobre todo durante los primeros trabajos, como la protección de la escena del hecho y la recolección de evidencias. Lo principal es tener en cuenta los testigos mudos que puedan hallarse en el lugar e identificarlos con el mayor cuidado posible para que luego puedan ser analizados.

En estos casos, por lo general, queda algún mensaje, que suele ser escrito -en una carta, en soporte electrónico, etcétera-; pero tampoco esto es absoluto.

Una de las herramientas más utilizadas por los forenses es la autopsia psicológica. Este estudio se nutre de la forma de vida de la persona, para tratar de llegar a conclusiones respecto de las circunstancias que derivaron en el hecho. No todos los individuos que se quitan la vida lo demuestran con actitudes.

Las técnicas que lleva adelante el psicólogo forense varían. No es lo mismo si se trata de un menor o de un adulto mayor, de un hombre o de una mujer. Depende además de la metodología que considere el profesional. Todo puede servir: el teléfono, las redes sociales, pero también la familia, el entorno laboral, y los demás vínculos sociales de la persona. Esto se complementa con la necrosis, que permite conocer las circunstancias del deceso, como el mecanismo utilizado. Las conclusiones finales necesitan del estudio del cuerpo de la víctima y de las demás evidencias.

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