20 Enero 2015
OBSTÁCULOS. “Las sobresalientes no pueden estar, se ha ordenado que las retiren de inmediato”, dijo Correa. la gaceta / foto de jorge olmos sgrosso
El conductor que viene desde norte del país llega a San Miguel de Tucumán y opta por tomar la autopista de Circunvalación. La lógica le indica que este será el camino más rápido y más seguro: omite atravesar la ciudad, cuenta con dos calzadas debidamente separadas y dispone de señalización para no perderse. Además, supone que ningún vehículo o peatón van a cruzarse de imprevisto, por lo que podrá mantener una velocidad constante. Pero al acceder a la capital tucumana, nuestro viajero se topa con que ninguna de esas premisas se cumple y que una legión de improvisados “reductores de velocidad” pintados con líneas amarillas lo obligan a bajar la marcha y manejar en zig-zag para no destruir el auto.
Superados estos obstáculos, llega hasta la mitad de la Circunvalación, donde ahora lo que debe sortear son profundos baches. Mira a su alrededor y ruega no quedarse allí, porque en la maleza descontrolada podría esconderse un maleante. No tiene más remedio que bajar la velocidad y abrir grande los ojos: se cruzan motos, autos, carros tirados por caballos y peatones. Respira hondo y llega a un desvío (a la altura de la avenida Gobernador del Campo), por lo que debe circular por la colectora oeste. Y, cuando retoma la autopista, el camino ya está un poco mejor, aunque si es de noche tendrá que contar con buenas luces porque no está demarcado.
“Hace dos años que la autopista de Circunvalación está bajo contrato, por lo tanto es responsabilidad de las contratistas la conservación y el mantenimiento del camino”, se apresura en informar Jorge Correa, titular del distrito N° 3 - Tucumán de Vialidad Nacional. El funcionario apunta a las constructoras Helpa e Ingeco, que formaron una Unión Transitoria de Empresas (UTE) para recuperar e implementar mejoras en los casi 12 kilómetros de autopista que hay entre Villa Mariano Moreno y San Cayetano. “Durante el tiempo que la ruta esté bajo contrato, ellos se tienen que hacer cargo de garantizar el buen estado de la ruta”, agrega.
En diálogo con LA GACETA, el ingeniero admitió los graves problemas de la autopista: “la calzada actual está totalmente colapsada, ya ha cumplido su vida útil, tiene fallas continuas y progresivas. Su falta de mantenimiento es de larga data, lo que ha provocado que esté en el estado actual”. Además, aseguró que la semana pasada solicitó a las contratistas que eliminen los falsos “reductores”, que no son otra cosa que el hormigón que se ha elevado y ha sido pintado para advertir a los conductores.
La puerta de entrada
Según Correa, la obra en cuestión -que comenzó en enero de 2013- tiene prevista la construcción de un puente que dará continuidad a la calle William Cross (a la altura de El Colmenar); el solevamiento de la calzada y la construcción de dos puentes para que pase por debajo la calle Guatemala (entre las avenidas Gobernador del Campo y Benjamín Aráoz, tramo cortado desde ese tiempo); y la recuperación integral de la calzada, que será asfaltada (hasta este momento es de losas de hormigón). “Es una obra integral que si bien está bastante demorada, está vigente. Hasta el momento se ha completado un 23% de su ejecución, entre San Cayetano y el puente Lucas Córdoba”, destacó Correa y trajo a colación otras mejoras sobre la ruta 9, como el acceso a Tapia y las losas que se construyeron en el cruce ferroviario en San Andrés. “Entiendo que la Circunvalación sea un tema sensible, porque es la puerta de entrada a nuestra casa. Pero es un caso puntual, no es algo general. El Estado Nacional sí está invirtiendo en Tucumán”, recalcó.
Varios obstáculos influyeron en la dilación de la obra, explicó el funcionario. “En principio hubo cuestiones técnicas, ya que la realidad de la obra cambió desde que se licitó hasta que comenzó, principalmente porque el deterioro de las losas se pronunció, entonces el trabajo cambió. Pero, por otro lado, hubo cuestiones que tienen que ver con la UTE no realizó la inversión necesaria. También se complicó la provisión de algunos materiales, principalmente los muros del sistema Tierra Armada, con los que se harán los puentes”. Para Vialidad Nacional, la prioridad está puesta en que finalicen los puentes para dejar de entorpecer el tránsito con los desvíos.
Superados estos obstáculos, llega hasta la mitad de la Circunvalación, donde ahora lo que debe sortear son profundos baches. Mira a su alrededor y ruega no quedarse allí, porque en la maleza descontrolada podría esconderse un maleante. No tiene más remedio que bajar la velocidad y abrir grande los ojos: se cruzan motos, autos, carros tirados por caballos y peatones. Respira hondo y llega a un desvío (a la altura de la avenida Gobernador del Campo), por lo que debe circular por la colectora oeste. Y, cuando retoma la autopista, el camino ya está un poco mejor, aunque si es de noche tendrá que contar con buenas luces porque no está demarcado.
“Hace dos años que la autopista de Circunvalación está bajo contrato, por lo tanto es responsabilidad de las contratistas la conservación y el mantenimiento del camino”, se apresura en informar Jorge Correa, titular del distrito N° 3 - Tucumán de Vialidad Nacional. El funcionario apunta a las constructoras Helpa e Ingeco, que formaron una Unión Transitoria de Empresas (UTE) para recuperar e implementar mejoras en los casi 12 kilómetros de autopista que hay entre Villa Mariano Moreno y San Cayetano. “Durante el tiempo que la ruta esté bajo contrato, ellos se tienen que hacer cargo de garantizar el buen estado de la ruta”, agrega.
En diálogo con LA GACETA, el ingeniero admitió los graves problemas de la autopista: “la calzada actual está totalmente colapsada, ya ha cumplido su vida útil, tiene fallas continuas y progresivas. Su falta de mantenimiento es de larga data, lo que ha provocado que esté en el estado actual”. Además, aseguró que la semana pasada solicitó a las contratistas que eliminen los falsos “reductores”, que no son otra cosa que el hormigón que se ha elevado y ha sido pintado para advertir a los conductores.
La puerta de entrada
Según Correa, la obra en cuestión -que comenzó en enero de 2013- tiene prevista la construcción de un puente que dará continuidad a la calle William Cross (a la altura de El Colmenar); el solevamiento de la calzada y la construcción de dos puentes para que pase por debajo la calle Guatemala (entre las avenidas Gobernador del Campo y Benjamín Aráoz, tramo cortado desde ese tiempo); y la recuperación integral de la calzada, que será asfaltada (hasta este momento es de losas de hormigón). “Es una obra integral que si bien está bastante demorada, está vigente. Hasta el momento se ha completado un 23% de su ejecución, entre San Cayetano y el puente Lucas Córdoba”, destacó Correa y trajo a colación otras mejoras sobre la ruta 9, como el acceso a Tapia y las losas que se construyeron en el cruce ferroviario en San Andrés. “Entiendo que la Circunvalación sea un tema sensible, porque es la puerta de entrada a nuestra casa. Pero es un caso puntual, no es algo general. El Estado Nacional sí está invirtiendo en Tucumán”, recalcó.
Varios obstáculos influyeron en la dilación de la obra, explicó el funcionario. “En principio hubo cuestiones técnicas, ya que la realidad de la obra cambió desde que se licitó hasta que comenzó, principalmente porque el deterioro de las losas se pronunció, entonces el trabajo cambió. Pero, por otro lado, hubo cuestiones que tienen que ver con la UTE no realizó la inversión necesaria. También se complicó la provisión de algunos materiales, principalmente los muros del sistema Tierra Armada, con los que se harán los puentes”. Para Vialidad Nacional, la prioridad está puesta en que finalicen los puentes para dejar de entorpecer el tránsito con los desvíos.