18 Enero 2015
ACCESO. La cerradura digital codificada permite abrir y cerrar las puertas y, al mismo tiempo, encender o apagar luces o dispositivos del sistema. la gaceta / FOTOs DE JORGE OLMOS SGROSSO
El tiempo acorta las distancias. Al menos en la tecnología, el tiempo produce que aquello que hace algunos años se veía imposible y remoto, esté cada vez más al alcance de la mano. O, en realidad, al alcance de la billetera.
Primero fue BGH. A fines del año pasado, la empresa argentina, comenzó a promocionar su sistema Smart Control, que permite encender, apagar y programar sus equipos de aire acondicionado usando el teléfono celular. De esta manera, el usuario puede, por ejemplo, encender el aire en el momento en que está saliendo de la oficina para que su casa lo reciba a la temperatura que haya fijado. De esta forma, BGH nos puso más cerca la idea de la casa smart.
Y después vino el CES 2015, la feria tecnológica que se realiza todos los eneros en Las Vegas y que muestra los avances que veremos durante el año. En la Consumer Electronic Show, los protagonistas indiscutidos fueron los electrodomésticos conectados a internet: desde una pava eléctrica hasta una aspiradora de pisos puede ser manejado con la tablet o el celular, desde adentro o afuera de la casa.
En realidad, son cosas que en mayor o menor medida ya se podían hacer desde hace algunos años. La diferencia radica en la facilidad y en la practicidad que se viene imponiendo en el camino que conduce a la casa inteligente y controlable desde la palma de la mano. “La gran innovación de los últimos tiempos es que los sistemas de automatización ya vienen incorporados a los dispositivos. Entonces, lo que hacemos es integrarlos para que trabajen en conjunto y para manejar todo desde una misma plataforma”, explica Mario Sueldo, ingeniero electrónico especializado en domótica y automatización.
Otro gran avance respecto de años anteriores es la posibilidad de armar de forma inalámbrica la red que maneje el sistema. “Esto permite simplificar el trabajo de instalación porque son muy pocos los cables que hay que tender y, en ciertos casos, ninguno. A su vez, da la posibilidad de trasladar el sistema si uno se muda o modificarlo dentro de la misma casa. Que sea inalámbrico lo hace mucho más versátil que lo que era antes”, sostiene Alejandro Iezzi, ingeniero y proveedor de soluciones de domótica.
Por supuesto, las redes inalámbricas -que facilitan y bajan el costo del sistema- tienen sus detractores. “El problema es que estás expuesto a las radiofrecuencias en forma permanente, y hay personas que no se sienten cómodas con eso. Es como tener el celular las 24 horas en el oído”, advierte Martín Pérez. “Si es posible, yo recomiendo la instalación con cables”, dice este especialista en redes de comunicación. El último documento que ha emitido la Organización Mundial de la Salud al respecto data de 2006 y concluye que “no hay ninguna prueba científica convincente de que las débiles señales de RF procedentes de las estaciones de base y de las redes inalámbricas tengan efectos adversos en la salud”.
Desde algo muy básico como encender y apagar las luces de un sector de la casa, hasta configurar un sistema de riego del jardín según la humedad del suelo detectada por sensores especializados, los engranajes que hacen de la casa una máquina interconectada son cada vez más numerosos y complejos. Otra ventaja de los nuevos sistemas es que son modulares, es decir que se puede empezar con la automatización de algunos sectores e ir sumando áreas hasta conseguir que la casa, finalmente, llegue a “pensar” por sí sola.
Todos los equipos que se manejan por control remoto pueden ser fácilmente adaptados al sistema domótico.
La seguridad inteligente sigue liderando el ranking de demanda en Tucumán. Se busca controlar la alarma, las cámaras, los accesos y los cercos electrificados desde el celular.
La simulación de presencia es otra de las posibilidades. Se puede, por ejemplo, hacer que se abran las cortinas, se enciendan las luces y la música a una hora determinada, o cuando el usuario lo decida.
En las casas con iluminación LED se puede crear una infinidad de climas y ambientes, cambiando colores e intensidades.
Primero fue BGH. A fines del año pasado, la empresa argentina, comenzó a promocionar su sistema Smart Control, que permite encender, apagar y programar sus equipos de aire acondicionado usando el teléfono celular. De esta manera, el usuario puede, por ejemplo, encender el aire en el momento en que está saliendo de la oficina para que su casa lo reciba a la temperatura que haya fijado. De esta forma, BGH nos puso más cerca la idea de la casa smart.
Y después vino el CES 2015, la feria tecnológica que se realiza todos los eneros en Las Vegas y que muestra los avances que veremos durante el año. En la Consumer Electronic Show, los protagonistas indiscutidos fueron los electrodomésticos conectados a internet: desde una pava eléctrica hasta una aspiradora de pisos puede ser manejado con la tablet o el celular, desde adentro o afuera de la casa.
En realidad, son cosas que en mayor o menor medida ya se podían hacer desde hace algunos años. La diferencia radica en la facilidad y en la practicidad que se viene imponiendo en el camino que conduce a la casa inteligente y controlable desde la palma de la mano. “La gran innovación de los últimos tiempos es que los sistemas de automatización ya vienen incorporados a los dispositivos. Entonces, lo que hacemos es integrarlos para que trabajen en conjunto y para manejar todo desde una misma plataforma”, explica Mario Sueldo, ingeniero electrónico especializado en domótica y automatización.
Otro gran avance respecto de años anteriores es la posibilidad de armar de forma inalámbrica la red que maneje el sistema. “Esto permite simplificar el trabajo de instalación porque son muy pocos los cables que hay que tender y, en ciertos casos, ninguno. A su vez, da la posibilidad de trasladar el sistema si uno se muda o modificarlo dentro de la misma casa. Que sea inalámbrico lo hace mucho más versátil que lo que era antes”, sostiene Alejandro Iezzi, ingeniero y proveedor de soluciones de domótica.
Por supuesto, las redes inalámbricas -que facilitan y bajan el costo del sistema- tienen sus detractores. “El problema es que estás expuesto a las radiofrecuencias en forma permanente, y hay personas que no se sienten cómodas con eso. Es como tener el celular las 24 horas en el oído”, advierte Martín Pérez. “Si es posible, yo recomiendo la instalación con cables”, dice este especialista en redes de comunicación. El último documento que ha emitido la Organización Mundial de la Salud al respecto data de 2006 y concluye que “no hay ninguna prueba científica convincente de que las débiles señales de RF procedentes de las estaciones de base y de las redes inalámbricas tengan efectos adversos en la salud”.
Desde algo muy básico como encender y apagar las luces de un sector de la casa, hasta configurar un sistema de riego del jardín según la humedad del suelo detectada por sensores especializados, los engranajes que hacen de la casa una máquina interconectada son cada vez más numerosos y complejos. Otra ventaja de los nuevos sistemas es que son modulares, es decir que se puede empezar con la automatización de algunos sectores e ir sumando áreas hasta conseguir que la casa, finalmente, llegue a “pensar” por sí sola.
Todos los equipos que se manejan por control remoto pueden ser fácilmente adaptados al sistema domótico.
La seguridad inteligente sigue liderando el ranking de demanda en Tucumán. Se busca controlar la alarma, las cámaras, los accesos y los cercos electrificados desde el celular.
La simulación de presencia es otra de las posibilidades. Se puede, por ejemplo, hacer que se abran las cortinas, se enciendan las luces y la música a una hora determinada, o cuando el usuario lo decida.
En las casas con iluminación LED se puede crear una infinidad de climas y ambientes, cambiando colores e intensidades.
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