LOS NIÑOS CANTORES
Los niños cantores de la Lotería de Beneficencia eran 19 muchachos de entre 17 y 20 años y en 1942 realizaron una extraordinaria estafa en perjuicio de esa institución. La maniobra consistió en fabricar una bolilla sin número, robar la bolilla real con el número que harían ganar (que estaba sin custodia), esperar que saliera la bolilla con el premio, y esconderla. Se reunieron en el Café de los Angelitos y decidieron robar la bolilla 25.977 y reemplazarla por la que estaba en blanco, para ganar el cuarto premio de $5.000 de la jugada del 24 de julio. Compraron el entero y apostaron al 977 en la quiniela clandestina. Debían esperar que durante el sorteo saliera la bolilla con el premio que se iban a llevar, escamotearla y cantar un premio menor. Luego adjudicarían ese premio al número 25.977. Lo hicieron con tanta habilidad que nadie se dio cuenta que el número y el premio habían sido puestos por los muchachos. Para la jugada del 4 de septiembre acordaron que saldría el 31.025 con un premio de $300.000. Nunca se pudo saber quién fue el que anticipó que la grande sería para ese número; hasta el diario Crítica lo anticipó. Después de una hora de sorteo, finalmente salió la bolilla con los $300.000 de la grande. Hábilmente realizada de nuevo la maniobra el escribano protocolizó el sorteo. En ese momento estaba sucediendo un acontecimiento extraordinario a la vista de todos, pero que nadie veía. El diputado radical Agustín Rodríguez Araya se hizo una simple pregunta: ¿Cómo era que los chicos cantaran el número que esperaba todo el mundo por el aviso del diario? Ordenó el arresto de los 19 cantores, de los cuales siete eran sospechosos. Se le ocurrió una estratagema: llevó a los siete a una sala del Congreso con los policías que los custodiaban. Entró a la habitación y ordenó al menor de los chicos que lo acompañara. A solas con el muchacho, le mintió que dos de sus compañeros ya habían confesado; luego se fue a la sala donde estaban los demás cantores y, volviendo a mentir, les dijo a los policías: “Llévelos, nomás, el que está adentro ha confesado todo”. Antes de llegar al Departamento de Policía, el caso estaba resuelto y todos los involucrados se declararon culpables, incluso el tornero que había fabricado la bolilla sin número. De los tres muchachos que participaron de la maniobra de ese día el menor fue entregado a sus padres y a los otros dos los condenaron a cuatro años de prisión. Del domicilio de los chicos se recuperaron $190.000. La jugada del 4 de septiembre fue anulada. Antes de descubrirse la maniobra los niños cantores ya habían resuelto quedarse con el premio mayor de $ 6 millones de la jugada de fin de año (Fuente: “Crímenes sorprendentes”, R. Canaletti).
Salvador Gallucci
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JE NE SUIS PAS CHARLIE (I)
Intento cuestionarme el papel de la representatividad inconsciente y de aquello que asumimos como propio. La consigna “Je suis Charlie” dio vuelta al mundo frente a los acontecimiento ocurridos en París el miércoles de la semana pasada. Muchos han asumido esa consigna como estandarte de la lucha actual contra el terrorismo y la falta de tolerancia frente a la libertad de expresión. Pero realmente Charlie Hedbo y muchos de sus seguidores tienen por discurso actual la tolerancia y el respeto al que piensa diferente, cuando el mismo semanario fue el primero en “atentar” contra esos valores. En sus tapas, Charlie Hebdo ha usado y “disparado” contra todo y sin filtro a construcciones de creencias y elementos religiosos que con una profunda obviedad ofenden las sensibilidades de quienes consideran y encuentran un vínculo sagrado en esos elementos: el Corán, el profeta Mahoma, la Virgen María, la Trinidad, el Papa. Creo que mi formación me ayuda a identificar que la sátira no es grosería y el chiste no es burla. Mi libertad termina donde comienza la del otro, y no en nombre de la primera puedo tomar elementos que el otro ha construido como sagrado para ridiculizar las colectividades (culturales y religiosas). También es una obviedad que ninguna provocación justifica las acciones de horror que sirve el terrorismo que es siempre fundamentalista. Hay una distorsión del llamado derecho de libre expresión; esta no justifica la falta de respeto ni los insultos. Creer que la libertad es hacer y decir lo que yo quiera, hoy es una idea débil. Tal vez debamos buscar códigos que amparen la libertad: el respeto puede ser un buen comienzo. Lo único que debe ser repudiado es el odio y la indiferencia que acentúan y profundizan las divisiones de las diferencias de los grupos humanos. No toda crítica a los sistemas de creencias son malos y muchas han servido para las fundamentaciones de estos. Pero la generalización es mala, el decir “todos” es un error del impulso a la masividad que nos invade; No todo es igual, no todo es lo mismo. Una generalización realmente grave es la que sufre el pueblo islámico. En estos días han crecido los discursos y las construcciones intelectuales en torno del Islam en Europa y el mundo, muchos medios físicos y virtuales han sido el escenario de todo tipo de opiniones y acciones. Las marchas pro y contra la islamización de Occidente son la cara visible de un fenómeno que no es nuevo y además forma parte de la cotidianidad mundial: las divisiones. La figura de Ahmed Merabet, el policía musulmán que murió en defensa de los ataques al semanario que ridiculizó su fe, es un ejemplo claro que nos ayuda a no identificar el Islam con el terrorismo. La islamofobia parece haber tomado partido frente a los atentados. Parece que todo musulmán debe pagar los platos rotos del mal accionar de algunas minorías; algo parecido pasa en el catolicismo también. El universal acá es la no violencia y no la adhesión a un sistema de creencias (incluido el ateísmo y el secularismo), no lo digo desde mi postura de creyente católico sino de un ser humano que quiere la paz y que todos tengamos un mundo mejor. En el mundo tenemos que coexistir entre todos, el respeto y la tolerancia ideológica y practica deben ser auténticas ¿frente a qué cosas somos tolerantes? Yo, desde mi intolerancia, digo: Je suis Néstor, el niño Qom que murió de desnutrición y olvido.
Luis D. Crisanto
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JE NE SUIS PAS CHARLIE (II)
Me adhiero a lo expuesto por la lectora Teresa Pacheco en su carta del 13 de enero. Abomino el terrorismo, pero “je ne suis pas Charlie”.
Esteban Ricardo Sanz
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DERECHO CIUDADANO
“Quizás se lo pueda discutir en la comisión respectiva, y si hay acuerdo, se lo tratará. Pero no hay fecha. Sigue los carriles normales de cualquier proyecto”, palabras recogidas por LA GACETA pronunciadas por Regino Amado, el presidente subrogante de la Legislatura. Como ciudadano, como todos y necesitado de que los representantes del pueblo se expresen con la veracidad, es necesario puntualizar una casi sarcástica aseveración de la segunda autoridad de la provincia (no electa como tal, sino Manzur en uso de cuestionable licencia). No es verdad lo de “cualquier proyecto”, porque los enviados por el Poder Ejecutivo tienen absoluta prioridad y asegurada sanción por la mayoría circunstancial oficialista. Hay que tener presente que hace un año (enero de 2014) Amado dijo, muy suelto de cuerpo y con una excusa digna de un transgresor que niega el hecho que se le imputa: “Yo soy interino, por eso nunca me metí (sic) del todo en la administración que lleva el secretario Juan Antonio Ruiz Olivares”. Era el modo indigno de un alto responsable de un poder, para no decir nada, sobre los fantasmales “gastos sociales” de los legisladores que habrá que denunciar penalmente, porque no se rindió cuenta como legalmente ordena la Constitución y la propia ley de procedimientos financieros. Es necesario y urgente que antes de completar su mandato en este año los legisladores, la Justicia erija la jota en mayúscula y consolide definitivamente la estructura de un poder que necesita -para ser respetado y requerida confiadamente su intervención- de una independencia que se note en todas sus intervenciones ligadas a los otros poderes. Es un derecho ciudadano a exigir antes y después de estar obligados a votar.
Carlos Duguech
ROBO A ESCUELAS
En los últimos tiempos, las escuelas han pasado a ser un bocado apetecible para los delincuentes, producto del generoso presupuesto a través del cual se las dota de equipamiento diverso, indispensable para su funcionamiento, y además, soporte de calidad, actualizado, con el que algunas instituciones y sus comunidades, poco tiempo atrás no hubiesen soñado contar entre sus bienes. Las netbook, con el piso tecnológico correspondiente, son la última novedad para aquellos; algunas escuelas pueden dar sobrado testimonio acerca de su posesión y repentina desaparición. La indefensión en la que se encuentran la mayoría de los locales escolares y especialmente los de la zona rural es harto conocida. En este diario sistemáticamente se lee sobre robos en diversas instituciones educativas, pero sin embargo, se sigue sin poner en práctica desde los Ministerios de Seguridad Ciudadana y de Educación un plan a través del cual se analice, diseñen y se impulsen medidas estratégicas más efectivas que resuelvan la inseguridad y la indefensión de estos locales. Lo que posee una escuela es propiedad de todos, producto del trabajo conjunto entre las comunidades y Estado. Pero es para la aplicación institucional y el provecho de la comunidad escolar. Huelga decir que lo que desaparece será repuesto -como siempre- en poco tiempo, quizás el año siguiente, o en dos años, o tres, con beneficios, donaciones, etcétera. Lo real es que implica un retroceso total, un volver a empezar que todos los docentes conocemos. Y se pierde la posibilidad de realizar un trabajo fabuloso con elementos novedosos, modernos, que permite a alumnos, padres, madres, docentes, personal auxiliar, etcétera, la oportunidad de tener acceso a nuevas prácticas y nuevos conocimientos. Pero mucho más doloroso es cuando los bienes robados son de uso cotidiano en el funcionamiento del comedor escolar. No se comprende que las personas amigas de lo ajeno no reflexionen sobre el significado, la importancia y la necesidad de lo que se llevan. Deben entender que una escuela que se saquea implica una autoagresión porque pierde la sociedad. Porque perdemos todos.
Hilda Cristina Ponce
Directora de la Escuela Nº 281 “José Dionisio Campos”
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JUAN D’ARIENZO
Juan D’Arienzo falleció el 14 de enero de 1976. Un día, en radio El Mundo, llegó temprano Alberto Echagüe, quien eufórico le pidió al pianista Fulvio Salamanca que le pasara un tango que traía. “Esto es un circo”, dijo el músico. Cuando llegó D’Arienzo pidió escucharlo, allí terminó la cuestión. Le dijo al pianista: “arreglalo volando”, ante la sorpresa de toda la orquesta porque parecía que el tango era una vergüenza. El tango se estrenó rápidamente, eran las proximidades del carnaval y fue un suceso de locura, reventaban los clubes y se vendieron 150.000 placas en 15 días. El tango en cuestión era “El tarta”. Ya con la experiencia de esta informalidad, otro día se presenta Carlos Bahr traía un tango, otro engendro de la chacota tanguera se trataba de “Sepeñoporipitapa”, una verdadera atrocidad; a la música la hicieron D’Arienzo y Salamanca. Se repitió el éxito y el pianista pudo comprarse un auto. El Chantecler desvariaba con estos tangos. Un día, el “Manos brujas” hizo un solo de piano con el tango “9 de Julio”, pero con ritmo de marcha, que fue muy festejado por los presentes. Cuando llegó D’Arienzo hizo arrancar con el mismo tema como era habitual, pero en serio, los concurrentes hicieron parar la orquesta para pedir que lo interpretaran como marcha. Juancito que no sabía nada de lo ocurrido, pidió escuchar la versión. El Chantecler lleno ovacionó el tango reformado y tuvieron que repetirlo cinco veces. Por mi parte digo: Chantecler de mis años juveniles/ francesita que no volví a verte más/ fui tirando por la vida mis abriles/ hoy te evoco en cada copa de champán.
Julio Mohfaud
INDAGATORIA
Existen y muchas demoras y planteos dilatorios de la defensa que retardan y paralizan la causa seguida al general Milani por la desaparición del soldado Ledo. Resuenan en las conciencias y oídos de todos, las palabras dolorosas y angustiantes de las hermanas y madre del soldado desaparecido. La indagatoria no es una sanción, es un medio de defensa que tiene el, hoy, general y quien se siente injustamente incriminado, puja por ser oído y decir su verdad. Cuando la conducta es evasiva, dilatoria e incomprensible por razones que la Justicia no entiende y también por razones del cargo que se ostenta, los magistrados deben hacer cesar ese estado de dudas y dilaciones al cual quiere el imputado llevar el proceso. Si nuestros jueces son los que la mayoría creemos que son, el debido proceso y la justicia están garantizados, por el contrario, si la necesidad política impera sobre el valor justicia, no habrá más que una simple versión comarcana del relato. No sólo el caso del general Milani debe pasar por el tamiz del buen proceder y de la más pura y estricta justicia; también deben juzgarse los casos de políticos prominentes devenidos en ricos, que por estas horas manifiestan creer en la justicia mientras recusan fiscales. Como ciudadano se le debería pedir al juez de la causa y a la Cámara Federal que obraran conforme a derecho y que se hiciera justicia real y no aparente, sea cual fuere el resultado.
Pablo Parellada
SIN TELÉFONO EN RACO
Desde noviembre pasado está cortada mi línea telefónica 4925244, ubicada en la localidad de Raco. Hasta la fecha fueron infructuosos los intentos para lograr su rehabilitación, ya que al tratar de insistir en la solución, una computadora responde que el “pedido de reparación esta pendiente” y es inútil conseguir que algún humano responda. Ya he realizado la correspondiente denuncia ante la CNC, pero leyendo LA GACETA, me entero de que no soy el único, ya que hasta la comisaría de Raco no tiene en funcionamiento su teléfono. Qué bueno sería que la empresa Telecom, en lugar de gastar dinero en promocionar sus productos, solucionara primero las necesidades de sus clientes, cautivos y bastantes maltratados.
Juan T. Bustos
25 de Mayo 312
S.M. de Tucumán
EL PAPA Y LA CURIA ROMANA
Una de las primeras enfermedades y tentaciones -explicó el papa Francisco a la Curia Romana- es la de sentirse inmortales, inmunes o incluso indispensables, descuidando los necesarios y habituales controles. “Una curia que no se autocritica, que no se actualiza, que no trata de mejorar es un cuerpo enfermo. Una visita al cementerio nos ayudará…” También se refirió a la enfermedad de aquellos que se transforman en patrones y se sienten superiores y no al servicio de todos. “Es la patología del poder -dijo-. El complejo de los elegidos, el narcisismo que mira apasionadamente la propia imagen que no ve la imagen de Dios impresa sobre el rostro de los otros especialmente de los débiles y necesitados”. El vicario de Cristo, entre otras cosas, habló de alzheimer espiritual y de los esclavos de los ídolos que han esculpido con sus propias manos; de la enfermedad de la rivalidad y la vanagloria; de hombres y mujeres falsos que viven un falso misticismo; de la esquizofrenia existencial de la doble vida. Dijo que la conversión es urgente e indispensable. Y se refirió a la enfermedad de las habladurías que siembran cizaña. Explicó que la murmuración es “asesina”, y pidió cuidarse del “terrorismo de las habladurías”.
Pedro García
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PICANA ELÉCTRICA
No nos entendemos con el lector Carlos Drube (carta del 15/1). Yo le hablo de la picana eléctrica, y él me responde con un magiclick. Le pongo algo de humor a la nota y cito la birome y el dulce de leche, y me contesta con “ríos de montaña por el caudal de sangre que corría por las calles...” Desconozco la ventaja del absurdo como método cognoscitivo. Más bien me parece un diálogo entre dos sordos, uno de los cuales perdió su audífono.
Tulio Santiago Ottonello
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INJUSTICIA LEGALIZADA
A los funcionarios que insisten en continuar ocupando cargos electivos, les hablaría de la injusticia social que vivimos todos los tucumanos: pobres, clase media, y ricos; todos sufrimos las causas de un sistema donde la ambición y la avaricia de quien manda se adueña de nuestro porvenir. Porque el principio de la democracia se corrompe cuando el amor a las leyes y a la patria comienza a degenerar, cuando la educación general y particular son olvidadas, cuando la avaricia se adueña de todos. No existe la virtud. Es simple, no necesitamos escuchar tantos discursos donde pareciera que unos son los dueños del destino del resto que permanece pasivamente escuchando. No observamos la decisión política que debería privilegiar la acción sobre las causas. Está a la vista que ellos son los destinatarios de prebendas, favores, inmunidades, privilegios, e impunidad que se expresa en corrupción. Es así porque ya en la recta final Alperovich lo anunció, pretende continuar con los privilegios de fueros, ahora quiere ser senador nacional (padre de la patria). Y me pregunto, ¿por qué la ley no es justa? ¿Acaso es justo vivir en un sistema de injusticia legalizada? Los delitos cometidos contra el Estado o persona privada por parte de ciudadanos que cumplen funciones en el Estado, en cualquiera de los poderes, deben ser juzgados sin la necesidad de solicitar su desafuero, remoción o juicio político, según sea el caso. Y en estos casos, los delitos no deben prescribir. El proceso judicial y la aplicación del derecho penal deber ser igual para todos, sin excepción ni prerrogativas, fueros o inmunidades. El desafuero debe ser automático, y el Congreso tratará el caso en procedimiento interno, incluso si corresponde su expulsión de la Cámara. Propongo una revisión de los valores en cuanto a igualdad ante la ley, puesto que observo que vivimos en un desequilibrio entre los derechos de las personas y los derechos de la sociedad; cuando el sentido de la responsabilidad personal se diluye respecto a los derechos inherentes a su condición de hombre público frente al hombre privado. El hombre público pertenece a esa casta beneficiada por garantías esenciales derivadas del principio de legalidad. Reconocer esta realidad, ¿no es acaso vivir aceptando la injusta legalidad que colma de prebendas y beneficios que solo gozan aquellos elegidos por el solo hecho de haber sido votados o elegidos por voluntad de quien posee el control del poder político? ¿Así funciona una democracia moderna?
Marcelo Funes
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NEPOTISMO
Cuanto más informados estemos, mejor elegiremos. Nepotismo: desmedida preferencia que algunos dan a sus parientes para las gracias o empleos públicos. En el Panorama Tucumano del domingo pasado, leímos indignados el listado de intendentes que dejarían a un pariente, muy cercano, como su sucesor al cargo, mientras ellos seguirían como legisladores, concejales o algún otro cargo afín. Ya no solo ingresarían en su reemplazo sus cónyuges, hermanos o primos, sino que ahora también sus hijos (¿serán después sus nietos y así sucesivamente?) Días atrás, al enterarnos de la muerte de Néstor Femenía, el niño qom, por desnutrición infantil y nos llenamos de dolor e impotencia; y cuando nos enteramos del desmesurado nepotismo que existe en nuestra provincia, sentimos bronca, vergüenza y también tristeza al darnos cuenta de la grave desnutrición moral que padecen nuestros dirigentes políticos. ¿Quién podría hacerles notar que lo que hacen, está mal? Recurrir a la máxima autoridad sería en vano, ya que es la que menos autoridad moral tiene para frenar este renacimiento de feudos (a los hechos me remito). Pero tenemos una esperanza para frenar este reinado y es el poder del pueblo. Con el voto debemos decir ¡basta!
Liliana Cabrera
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¿Potrero o plaza?
Con motivo de conocer el sur de la provincia y participar en una maratón que tuvo lugar el 27 de diciembre pasado, fui con mi familia a visitar el pueblo de La Madrid. Me llamó la atención el profundo abandono de la plaza del lugar: no contaba con juegos para niños, no tenía bancos para descansar un rato, los pastos estaban altos y el colmo, fue ver una gran cantidad de caballos sueltos. Parecía un potrero y no una plaza pública. Me llama la atención que el delegado comunal tenga en esas condiciones ese pueblo, pese al aluvión de obras hechas en toda la provincia de Tucumán. Espero que las autoridades tomen cartas en el asunto para que los niños puedan tener un lugar de juegos y esparcimiento y los adultos bancos donde sentarse.
Ramón Villa
Tucumán 740
Tafí Viejo-Tucumán