15 Enero 2015
LA GACETA / FOTO DE ANALÍA JARAMILLO
Si alguien duda de que un padre es capaz de hacer cualquier cosa para darle con el gusto a su hijo, entonces pregúntenle a Quique. Mantengan una charla con este papá que ha decidido recorrer más de 8.000 kilómetros en una bicicleta de reparto para hacer realidad el sueño de Erik, el menor de sus seis hijos. Pregúntenle qué siente al decir: “con la bici, el equipaje y mi hijo, en total cargo 300 kilos”, todo en las dos piernas que lo llevarán por buena parte de la Argentina.
Esta locura de recorrer las rutas en bicicleta comenzó hace seis años, cuando hicieron su primera travesía. El año pasado llegaron hasta Chile, recorriendo alrededor de 8.000 kilómetros. “Erik se puso en contacto con Marcela Pensa, una atleta que vive en Catamarca y que hace cicloturismo. Se entusiasmó, entonces me pidió que arranquemos con esto que hemos llamado ‘De aventura con papá’”. Y tan simple como lo explica, Quique preparó una bicicleta de más veinte años con un asiento adelante, cambios, una silleta cómoda y se echó a pedalear. Este año repitieron la aventura, apostando todas las fichas -y las piernas- a recorrer la inmensa Argentina: están viajando desde Trelew hasta La Quiaca y, de regreso, pasarán por Jujuy, Corrientes, Entre Ríos, Buenos Aires y nuevamente Trelew.
Nuevos amigos
En realidad, el camino se hace al pedealear. “Tenemos una ruta tentativa, pero si nos contactamos con gente que nos invita a sus casas nos desviamos para hacer nuevos amigos”, cuenta Quique. Así fue como llegaron a la casa de Jorge Córdoba, un biker tucumano que los hospedó en su casa del barrio Nicolás Avellaneda, ubicado detrás de la Sociedad Rural. Allí Quique y Erik descansaron dos noches, probaron las empanadas de Silvia -la mujer de Jorge- y siguieron rumbo hacia el norte.
En el camino subieron montañas, pasaron por ríos, esquivaron tormentas. Durmieron en carpa, en hostels, comieron a la orilla del camino. Hicieron nuevos amigos, se sacaron fotos con otros ciclistas, repartieron entrevistas a algunos medios locales. Y, fundamentalmente, soldaron un vínculo inquebrantable de padre e hijo, de compañeros de ruta, de miembros de un mismo equipo.
Erik, sentado en un asiento en la parte de adelante, es el encargado de sacar fotos y de avisarle a Quique si viene un vehículo de frente. Eso, siempre y cuando no esté dormido. “A veces me dice: ‘buenooo, hasta mañanaaaa’, y se duerme todo”, se ríe Quique, quien siente que en su travesía va sembrando semillas: “sobre todo, mostrar que la bici te puede llevar a todos lados, que sos vos, la naturaleza y tu esfuerzo, que podés conocer ‘en vivo’ cada uno de los paisajes que transitás. Y también está el mensaje de compartir, de la unión de padre e hijo”, finaliza.
EL COMBUSTIBLE DE QUIQUE
NUECES Y PASAS PARA GENERAR ENERGÍA Y SEGUIR PEDALEANDO
Además de las paradas habituales para almorzar o cenar, Quique tiene otro secreto: para generar la energía necesaria para poder seguir pedaleando, come nueces, pasas de uva y de higo todo el tiempo. “El secreto está en masticar muy, pero muy bien para no darle un trabajo extra al organismo. Hay que comer constantemente, pero pausado, dos o tres nueces o pasas cada 20 minutos. Con el tiempo, uno aprende a conocer su cuerpo y sabe qué es lo que necesita. No tiene sentido comer, por ejemplo, una bolsa entera de nueces de una sola vez y después nada”, recomienda el ciclista de 47 años. Un promedio de 210 kilómetros recorren por día, a velocidades que oscilan los 25 o 35 km/h. Claro que en los tramos de bajada, la velocidad puede elevarse hasta llegar a los 115 km/h y, en subida, ubicarse entre los 7 y los 15 km/h. Todos esos datos los obtienen del GPS.
Equipaje para una aventura
- En los seis años que llevan en el cicloturismo, Erik y Quique aprendieron cuáles son las cosas fundamentales que debe llevar su bicicleta:
- Un GPS para no perderse nunca, obtener un trazado preciso de las rutas y calcular las distancias recorridas.
- Una mochila de campamento, con la ropa de ambos. También llevan una carpa, colchonetas y plásticos para cubrir todo en caso de lluvia.
- Dos cubiertas de repuesto, una baliza, cascos y un espejo retrovisor. Una bocina en el manubrio y luces de giro con sonido.
- Una cámara de fotos para registrar todo el viaje, dos celulares, pilas y cargadores para todos los dispositivos.
- Un encendedor. Fundamental.
- Ropa y zapatillas de ciclismo.
Esta locura de recorrer las rutas en bicicleta comenzó hace seis años, cuando hicieron su primera travesía. El año pasado llegaron hasta Chile, recorriendo alrededor de 8.000 kilómetros. “Erik se puso en contacto con Marcela Pensa, una atleta que vive en Catamarca y que hace cicloturismo. Se entusiasmó, entonces me pidió que arranquemos con esto que hemos llamado ‘De aventura con papá’”. Y tan simple como lo explica, Quique preparó una bicicleta de más veinte años con un asiento adelante, cambios, una silleta cómoda y se echó a pedalear. Este año repitieron la aventura, apostando todas las fichas -y las piernas- a recorrer la inmensa Argentina: están viajando desde Trelew hasta La Quiaca y, de regreso, pasarán por Jujuy, Corrientes, Entre Ríos, Buenos Aires y nuevamente Trelew.
Nuevos amigos
En realidad, el camino se hace al pedealear. “Tenemos una ruta tentativa, pero si nos contactamos con gente que nos invita a sus casas nos desviamos para hacer nuevos amigos”, cuenta Quique. Así fue como llegaron a la casa de Jorge Córdoba, un biker tucumano que los hospedó en su casa del barrio Nicolás Avellaneda, ubicado detrás de la Sociedad Rural. Allí Quique y Erik descansaron dos noches, probaron las empanadas de Silvia -la mujer de Jorge- y siguieron rumbo hacia el norte.
En el camino subieron montañas, pasaron por ríos, esquivaron tormentas. Durmieron en carpa, en hostels, comieron a la orilla del camino. Hicieron nuevos amigos, se sacaron fotos con otros ciclistas, repartieron entrevistas a algunos medios locales. Y, fundamentalmente, soldaron un vínculo inquebrantable de padre e hijo, de compañeros de ruta, de miembros de un mismo equipo.
Erik, sentado en un asiento en la parte de adelante, es el encargado de sacar fotos y de avisarle a Quique si viene un vehículo de frente. Eso, siempre y cuando no esté dormido. “A veces me dice: ‘buenooo, hasta mañanaaaa’, y se duerme todo”, se ríe Quique, quien siente que en su travesía va sembrando semillas: “sobre todo, mostrar que la bici te puede llevar a todos lados, que sos vos, la naturaleza y tu esfuerzo, que podés conocer ‘en vivo’ cada uno de los paisajes que transitás. Y también está el mensaje de compartir, de la unión de padre e hijo”, finaliza.
EL COMBUSTIBLE DE QUIQUE
NUECES Y PASAS PARA GENERAR ENERGÍA Y SEGUIR PEDALEANDO
Además de las paradas habituales para almorzar o cenar, Quique tiene otro secreto: para generar la energía necesaria para poder seguir pedaleando, come nueces, pasas de uva y de higo todo el tiempo. “El secreto está en masticar muy, pero muy bien para no darle un trabajo extra al organismo. Hay que comer constantemente, pero pausado, dos o tres nueces o pasas cada 20 minutos. Con el tiempo, uno aprende a conocer su cuerpo y sabe qué es lo que necesita. No tiene sentido comer, por ejemplo, una bolsa entera de nueces de una sola vez y después nada”, recomienda el ciclista de 47 años. Un promedio de 210 kilómetros recorren por día, a velocidades que oscilan los 25 o 35 km/h. Claro que en los tramos de bajada, la velocidad puede elevarse hasta llegar a los 115 km/h y, en subida, ubicarse entre los 7 y los 15 km/h. Todos esos datos los obtienen del GPS.
Equipaje para una aventura
- En los seis años que llevan en el cicloturismo, Erik y Quique aprendieron cuáles son las cosas fundamentales que debe llevar su bicicleta:
- Un GPS para no perderse nunca, obtener un trazado preciso de las rutas y calcular las distancias recorridas.
- Una mochila de campamento, con la ropa de ambos. También llevan una carpa, colchonetas y plásticos para cubrir todo en caso de lluvia.
- Dos cubiertas de repuesto, una baliza, cascos y un espejo retrovisor. Una bocina en el manubrio y luces de giro con sonido.
- Una cámara de fotos para registrar todo el viaje, dos celulares, pilas y cargadores para todos los dispositivos.
- Un encendedor. Fundamental.
- Ropa y zapatillas de ciclismo.
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