14 Enero 2015
Dijo “sí, juro” ante la procuradora general Alejandra Gils Carbó, y, al día siguiente, no concurrió a trabajar en la Fiscalía Federal N°2. Y como esa falta coincidió con el último día hábil judicial, resulta que Pablo Camuña aún no ocupó oficialmente su despacho en los Tribunales de las calles Las Piedras y Congreso.
El nuevo fiscal federal N°2 invocó “razones particulares” para pedir licencia. Tal explicación consta en la resolución del 30 de diciembre que firmó Diego Velasco, flamante fiscal general ante el Tribunal Oral en lo Criminal Federal de Tucumán. Velasco, que había prestado juramento junto con Camuña en la sede de la Procuración, en la Ciudad de Buenos Aires, sí pudo trasladarse a esta capital para tomar posesión de su oficina.
“El magistrado (Camuña) se comunicó con el secretario de la Fiscalía General ante la Cámara Federal de Apelaciones de Tucumán, Gustavo Gimena, para informar que en la fecha (30 de diciembre) no concurrirá a su despacho”, indica la resolución rubricada por Velasco. “Falté por motivos estrictamente personales”, dijo Camuña a este diario por teléfono.
Debido a esa licencia, el fiscal federal N°1, Carlos Brito, prolongó durante un día más la subrogancia que ejercía en la Fiscalía Federal N°2 desde finales de 2010. Brito había encabezado aquel despacho hasta que Emilio Ferrer, ex fiscal federal N°1, renunció para jubilarse: en ese momento, el ex N°2 decidió asumir en la oficina acéfala, que tiene competencia electoral.
Antes de ser nombrado fiscal en propiedad, el ex procurador general Esteban Righi designó en forma discrecional a Camuña para atender, con el carácter de fiscal ad hoc, la Unidad local de Asistencia para Causas por Violaciones a los Derechos Humanos durante el Terrorismo de Estado. En el ínterin, Camuña rindió y ganó el concurso celebrado por la Procuración para llenar la vacante de la Fiscalía N°2.
A finales del año pasado, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner envió al Senado el pliego de Camuña, que adhiere a Justicia Legítima, el movimiento judicial afín al Gobierno liderado por Gils Carbó. En la Cámara Alta y por primera vez en la historia de la Justicia Federal de Tucumán, el aspirante a fiscal recibió el rechazo de la oposición. En particular, senadores de la Unión Cívica Radical objetaron la intervención de Camuña favorable al archivo de la denuncia que implicaba al jefe del Ejército, César Milani, en el “Operativo Independencia”. “Forma parte de un sistema que garantiza impunidad a un represor como Milani”, dijo el jujeño Gerardo Morales. La senadora tucumana Silvia Elías de Pérez expresó que Camuña había encubierto a un perpetrador de crímenes de lesa humanidad. Al respecto, el fiscal insistió en que no había pruebas para sustentar la participación de Milani en el “Operativo Independencia”.
El nuevo fiscal federal N°2 invocó “razones particulares” para pedir licencia. Tal explicación consta en la resolución del 30 de diciembre que firmó Diego Velasco, flamante fiscal general ante el Tribunal Oral en lo Criminal Federal de Tucumán. Velasco, que había prestado juramento junto con Camuña en la sede de la Procuración, en la Ciudad de Buenos Aires, sí pudo trasladarse a esta capital para tomar posesión de su oficina.
“El magistrado (Camuña) se comunicó con el secretario de la Fiscalía General ante la Cámara Federal de Apelaciones de Tucumán, Gustavo Gimena, para informar que en la fecha (30 de diciembre) no concurrirá a su despacho”, indica la resolución rubricada por Velasco. “Falté por motivos estrictamente personales”, dijo Camuña a este diario por teléfono.
Debido a esa licencia, el fiscal federal N°1, Carlos Brito, prolongó durante un día más la subrogancia que ejercía en la Fiscalía Federal N°2 desde finales de 2010. Brito había encabezado aquel despacho hasta que Emilio Ferrer, ex fiscal federal N°1, renunció para jubilarse: en ese momento, el ex N°2 decidió asumir en la oficina acéfala, que tiene competencia electoral.
Antes de ser nombrado fiscal en propiedad, el ex procurador general Esteban Righi designó en forma discrecional a Camuña para atender, con el carácter de fiscal ad hoc, la Unidad local de Asistencia para Causas por Violaciones a los Derechos Humanos durante el Terrorismo de Estado. En el ínterin, Camuña rindió y ganó el concurso celebrado por la Procuración para llenar la vacante de la Fiscalía N°2.
A finales del año pasado, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner envió al Senado el pliego de Camuña, que adhiere a Justicia Legítima, el movimiento judicial afín al Gobierno liderado por Gils Carbó. En la Cámara Alta y por primera vez en la historia de la Justicia Federal de Tucumán, el aspirante a fiscal recibió el rechazo de la oposición. En particular, senadores de la Unión Cívica Radical objetaron la intervención de Camuña favorable al archivo de la denuncia que implicaba al jefe del Ejército, César Milani, en el “Operativo Independencia”. “Forma parte de un sistema que garantiza impunidad a un represor como Milani”, dijo el jujeño Gerardo Morales. La senadora tucumana Silvia Elías de Pérez expresó que Camuña había encubierto a un perpetrador de crímenes de lesa humanidad. Al respecto, el fiscal insistió en que no había pruebas para sustentar la participación de Milani en el “Operativo Independencia”.
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