10 Enero 2015
Cada vez que se produce una fuga en una comisaría, el cuartelero se lleva la peor parte. Como es el policía que tiene a su cargo la custodia de los presos, los fiscales suelen ordenar que sean aprehendidos hasta que se descubra el motivo de la fuga. Pero su tarea no es sencilla: además de vigilar los calabozos, generalmente atienden otros menesteres de las comisarías, sobre todo cuando hay poco personal.
Entre las funciones que trae la función de cuartelero, está la de brindar el alimento a los presos. “Hay detenidos que no son visitados por sus familiares. Muchas veces los policías tienen que compartir su comida para que se alimenten los presos”, comentó el jefe de Policía, Dante Bustamante. La tarea no es sencilla. Si bien es cierto que en algunas dependencias son alimentados por la comida que elaboran en el Servicio Penitenciario, y que son llevadas en ollas a las comisarías, la mayoría de los detenidos tiene los alimentos que les proveen sus familiares. “Y hay que evitar que se produzcan rencillas por diferencias”, explicó Bustamante.
Esas rencillas también pueden producirse en los días de visitas (jueves y domingo). “Hay que hacer requisas, dividir los tiempos”, describió el jefe de Policía. A veces deben solicitar refuerzos a otras dependencias para que todos los familiares puedan cumplir con su visita.
El cuartelero también está atento al estado de salud del detenido, que generalmente está hacinado en pequeñas celdas, junto a más de 10 personas. Si hay una emergencia, tiene que dar aviso a la dependencia que tiene a su cargo la detención, y al Juzgado que dictó la medida. Luego, trasladarlo a un hospital público. Si la dolencia no parece grave, tiene que convocar al médico de Policía para que de su diagnóstico. “El cuartelero debe estar atento también a que no tengan elementos que puedan ser peligrosos. Es un preso que está a cargo del Estado”, agregó Bustamante.
Entre las funciones que trae la función de cuartelero, está la de brindar el alimento a los presos. “Hay detenidos que no son visitados por sus familiares. Muchas veces los policías tienen que compartir su comida para que se alimenten los presos”, comentó el jefe de Policía, Dante Bustamante. La tarea no es sencilla. Si bien es cierto que en algunas dependencias son alimentados por la comida que elaboran en el Servicio Penitenciario, y que son llevadas en ollas a las comisarías, la mayoría de los detenidos tiene los alimentos que les proveen sus familiares. “Y hay que evitar que se produzcan rencillas por diferencias”, explicó Bustamante.
Esas rencillas también pueden producirse en los días de visitas (jueves y domingo). “Hay que hacer requisas, dividir los tiempos”, describió el jefe de Policía. A veces deben solicitar refuerzos a otras dependencias para que todos los familiares puedan cumplir con su visita.
El cuartelero también está atento al estado de salud del detenido, que generalmente está hacinado en pequeñas celdas, junto a más de 10 personas. Si hay una emergencia, tiene que dar aviso a la dependencia que tiene a su cargo la detención, y al Juzgado que dictó la medida. Luego, trasladarlo a un hospital público. Si la dolencia no parece grave, tiene que convocar al médico de Policía para que de su diagnóstico. “El cuartelero debe estar atento también a que no tengan elementos que puedan ser peligrosos. Es un preso que está a cargo del Estado”, agregó Bustamante.
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