08 Enero 2015
El cadáver de Diego Exequiel Concha fue hallado el 2 de enero en Alderetes. Su cuerpo había sido arrastrado por la corriente del Río Salí hasta quedar tirado en las inmediaciones del cruce del cauce con el Canal Norte. Un cartonero que caminaba por los márgenes del río buscando botellas de plástico fue quién lo encontró y avisó a los policías de la comisaría de ese municipio acerca del macabro hallazgo.
En un principio, los uniformados descartaron (como el cadáver no tenía heridas visibles) la posibilidad de que su muerte haya sido producto de un asesinato. Pero aún así, por orden de la Fiscalía X, el cuerpo se envió a la Morgue Judicial para que se le practicara una autopsia y fue ese estudio médico el que determinó que la víctima había sido estrangulada.
El cadáver ingresó a la morgue como NN debido a que la víctima no tenía ninguna identificación en su ropa y a que, en las zonas aledañas al Canal Norte y a los balnearios del Río Salí, no se habían registrados denuncias de personas desaparecidas. Recién el 3 de enero se develó el misterio cuando, alrededor de las 14, una mujer -que dijo ser su cuñada- se presentó en la morgue para reconocer el cuerpo. De esta manera se logró determinar que la víctima tenía 24 años y vivía en la calle Panamá al 100 en la zona de Villa 9 de Julio.
Luego de recibir el informe de la autopsia el fiscal Guillermo Herrera remitió el expediente a la división Homicidios, a cargo del comisario Marcelo Sallas, para que investigue el caso del que, por el momento, se tienen pocas pistas.
El informe médico determinó que Concha murió por asfixia por un estrangulamiento que, se sospecha, fue realizado con el brazo. La víctima era de baja estatura (medía 1,60 metros) y habría muerto durante una pelea. Pero las claves de la investigación, según explicaron fuentes policiales, se circunscribirán en la reconstrucción de los últimos días en los que Concha fue visto en Villa 9 de Julio.
En este sentido, uno de sus familiares le informó a la Policía que, el 30 de diciembre pasado, fue la última vez que lo vio.
Ese día lo encontraron tirado en las cercanías de su vivienda con un golpe en la cabeza y, como estaba desmayado lo trasladaron a un centro asistencial. Sin embargo todavía no se determinó en que hospital fue asistido ni tampoco se sabe si se retiró porque le dieron el alta o se fugó. Según la Policía, Concha fue detenido en reiteradas ocasiones acusado por robo. En este contexto, también se supo que la víctima era adicto al consumo de estupefacientes, pero aún no se pudo determinar si había tenido algún problema con el asesino que permanece prófugo y que aún no fue identificado.
Al parecer, según trascendió, para la familia de la víctima era habitual encontrarlo tirado en las calles debido a los desmayos que le causaba su adicción. Las incógnitas son muchas y los investigadores todavía no trabajan sobre una hipótesis firme en este caso que subió a 10 (entre homicidios y accidentados) el número de víctimas de este violento comienzo de año.
En un principio, los uniformados descartaron (como el cadáver no tenía heridas visibles) la posibilidad de que su muerte haya sido producto de un asesinato. Pero aún así, por orden de la Fiscalía X, el cuerpo se envió a la Morgue Judicial para que se le practicara una autopsia y fue ese estudio médico el que determinó que la víctima había sido estrangulada.
El cadáver ingresó a la morgue como NN debido a que la víctima no tenía ninguna identificación en su ropa y a que, en las zonas aledañas al Canal Norte y a los balnearios del Río Salí, no se habían registrados denuncias de personas desaparecidas. Recién el 3 de enero se develó el misterio cuando, alrededor de las 14, una mujer -que dijo ser su cuñada- se presentó en la morgue para reconocer el cuerpo. De esta manera se logró determinar que la víctima tenía 24 años y vivía en la calle Panamá al 100 en la zona de Villa 9 de Julio.
Luego de recibir el informe de la autopsia el fiscal Guillermo Herrera remitió el expediente a la división Homicidios, a cargo del comisario Marcelo Sallas, para que investigue el caso del que, por el momento, se tienen pocas pistas.
El informe médico determinó que Concha murió por asfixia por un estrangulamiento que, se sospecha, fue realizado con el brazo. La víctima era de baja estatura (medía 1,60 metros) y habría muerto durante una pelea. Pero las claves de la investigación, según explicaron fuentes policiales, se circunscribirán en la reconstrucción de los últimos días en los que Concha fue visto en Villa 9 de Julio.
En este sentido, uno de sus familiares le informó a la Policía que, el 30 de diciembre pasado, fue la última vez que lo vio.
Ese día lo encontraron tirado en las cercanías de su vivienda con un golpe en la cabeza y, como estaba desmayado lo trasladaron a un centro asistencial. Sin embargo todavía no se determinó en que hospital fue asistido ni tampoco se sabe si se retiró porque le dieron el alta o se fugó. Según la Policía, Concha fue detenido en reiteradas ocasiones acusado por robo. En este contexto, también se supo que la víctima era adicto al consumo de estupefacientes, pero aún no se pudo determinar si había tenido algún problema con el asesino que permanece prófugo y que aún no fue identificado.
Al parecer, según trascendió, para la familia de la víctima era habitual encontrarlo tirado en las calles debido a los desmayos que le causaba su adicción. Las incógnitas son muchas y los investigadores todavía no trabajan sobre una hipótesis firme en este caso que subió a 10 (entre homicidios y accidentados) el número de víctimas de este violento comienzo de año.
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