07 Enero 2015
ANTES DE PARTIR. Una de las últimas imágenes de Michal Henrik. Se trataba del debut del polaco en un Dakar y su objetivo era terminarlo en cualquier posición. foto de elnuevoherald.com
LA RIOJA.- La historia marca que la muerte un elemento más del Dakar. Hasta ayer, la lista de víctimas contaba 63 renglones, entre pilotos, espectadores, periodistas, asistentes, transeúntes y hasta al fundador de la aventura, el francés Thierry Sabine, quien se estrelló en su helicóptero mientras supervisaba la carrera, en 1986. Así y todo, cada pérdida sigue siendo un golpe que sacude los ánimos de todas las personas envueltas en la competencia. Por eso, la celebración por el triunfo de Orlando Terranova en el tercer especial, que unió San Juan con Chilecito, quedó ensombrecida por el fallecimiento de Michal Hernik, piloto de la categoría Motos que fue hallado inerte en el kilómetro 206 de la Cuesta del Miranda, en La Rioja.
Aunque la infernal segunda etapa, con más de 500 kilómetros de caminos polvorientos y temperaturas superiores a los 50 grados, fue una alerta roja sobre las altas dificultades del trazado 2015, nadie esperaba que la tragedia golpeara tan temprano.
“La organización lamenta el fallecimiento del piloto Michal Hernik. Como no teníamos noticias de él, decidimos comenzar a buscarlo y el helicóptero médico lo localizó a las 16:03. Si bien los médicos intentaron reanimarlo, el cuerpo yacía sin vida junto a su moto”, lamentó Etienne Lavigne, máxima autoridad del Dakar.
A su vez, Gregory Murac, director de relaciones exteriores, informó: “las circunstancias de su fallecimiento aún no fueron determinadas ya que el competidor no presentaba ninguna señal exterior de accidente”. Murac luego comentó que Hernik no tenía el casco puesto y que jamás activó la alarma.
Sueño trunco
Para Hernik, de 39 años, se trataba de su debut en un Dakar. Nacido en 1975 en Cracovia, el polaco había viajado a Africa junto a dos amigos que también tenían pensado participar. Recorrieron Marruecos, Mauritania, Burkina Faso, entre otros países, y tras competir en Abu Dhabi, sólo dos pudieron estar en la línea de partida en Buenos Aires, uno de los cuales era Hernik. “Como amateur, sería todo un éxito terminar el Dakar en cualquier posición”, había trazado su objetivo el debutante. Pero no pudo completarlo. Poco después de confirmarse su muerte, fueron retiradas las fotos de su página de Facebook, que pasó a llamarse “En memoria de Michal Hernik”, con una imagen en blanco y negro y un símbolo de luto.
Peligro en dos ruedas
Desde que el Dakar desembarcó en Sudamérica no hubo un solo año en que no se lamentaran víctimas. El primero fue el motociclista francés Pascal Terry, en 2009. Al año siguiente, una espectadora argentina falleció ser atropellada por el vehículo del alemán Mirco Schultis. En 2011, un hombre muere al chocar con el auto del argentino Eduardo Amor, que se dirigía al campamento. Un año después, se produce el deceso del primer piloto argentino en el Dakar, Jorge Martínez Boero, hijo del homónimo ex campeón de Turismo Carretera. En 2013, otra víctima en Motos: el francés Thomas Bourgin (KTM) muere al estrellarse con su vehículo contra una patrulla de la policía chilena. Además, dos personas mueren en Perú, luego de que su auto compartido chocara con un vehículo de asistencia. El año pasado, el motociclista belga Eric Palante murió deshidratado camino a Tucumán, y dos periodistas argentinos fallecieron al desbarrancarse el auto en el que cubrían la carrera.
Aunque la infernal segunda etapa, con más de 500 kilómetros de caminos polvorientos y temperaturas superiores a los 50 grados, fue una alerta roja sobre las altas dificultades del trazado 2015, nadie esperaba que la tragedia golpeara tan temprano.
“La organización lamenta el fallecimiento del piloto Michal Hernik. Como no teníamos noticias de él, decidimos comenzar a buscarlo y el helicóptero médico lo localizó a las 16:03. Si bien los médicos intentaron reanimarlo, el cuerpo yacía sin vida junto a su moto”, lamentó Etienne Lavigne, máxima autoridad del Dakar.
A su vez, Gregory Murac, director de relaciones exteriores, informó: “las circunstancias de su fallecimiento aún no fueron determinadas ya que el competidor no presentaba ninguna señal exterior de accidente”. Murac luego comentó que Hernik no tenía el casco puesto y que jamás activó la alarma.
Sueño trunco
Para Hernik, de 39 años, se trataba de su debut en un Dakar. Nacido en 1975 en Cracovia, el polaco había viajado a Africa junto a dos amigos que también tenían pensado participar. Recorrieron Marruecos, Mauritania, Burkina Faso, entre otros países, y tras competir en Abu Dhabi, sólo dos pudieron estar en la línea de partida en Buenos Aires, uno de los cuales era Hernik. “Como amateur, sería todo un éxito terminar el Dakar en cualquier posición”, había trazado su objetivo el debutante. Pero no pudo completarlo. Poco después de confirmarse su muerte, fueron retiradas las fotos de su página de Facebook, que pasó a llamarse “En memoria de Michal Hernik”, con una imagen en blanco y negro y un símbolo de luto.
Peligro en dos ruedas
Desde que el Dakar desembarcó en Sudamérica no hubo un solo año en que no se lamentaran víctimas. El primero fue el motociclista francés Pascal Terry, en 2009. Al año siguiente, una espectadora argentina falleció ser atropellada por el vehículo del alemán Mirco Schultis. En 2011, un hombre muere al chocar con el auto del argentino Eduardo Amor, que se dirigía al campamento. Un año después, se produce el deceso del primer piloto argentino en el Dakar, Jorge Martínez Boero, hijo del homónimo ex campeón de Turismo Carretera. En 2013, otra víctima en Motos: el francés Thomas Bourgin (KTM) muere al estrellarse con su vehículo contra una patrulla de la policía chilena. Además, dos personas mueren en Perú, luego de que su auto compartido chocara con un vehículo de asistencia. El año pasado, el motociclista belga Eric Palante murió deshidratado camino a Tucumán, y dos periodistas argentinos fallecieron al desbarrancarse el auto en el que cubrían la carrera.
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