Por LA GACETA
06 Enero 2015
Es uno de los problemas que más desvela a los tucumanos en los últimos tiempos. Las autoridades repitieron a menudo de que se trataba de una “sensación”, pese a que la realidad ciudadana no podía taparse con palabras. La inseguridad se ha instalado en la sociedad. Poco o nada parece detener a los delincuentes que han llegado a cometer robos incluso en inmuebles ubicados a la par de comisarías. En la calle, en las paradas de ómnibus, a cualquier hora, el ciudadano puede ser víctima de la acción de los motoarrebatadores.
Preocupa, por cierto, el relevamiento de la Fiscalía de Instrucción de la VIII Nominación que indica que el 86,20% de los delitos contra la propiedad denunciados en el departamento Yerba Buena durante la segunda quincena de diciembre fueron sido caratulados como “autores desconocidos” por la Policía.
Por ejemplo, se consigna que la comisaría de Yerba Buena recibió 14 denuncias, de las cuales 13 habían sido registradas como “autores desconocidos”, con la misma carátula, la comisaría de Marti Coll informó de siete denuncias (seis con autores desconocidos) y la de Cebil Redondo, ocho denuncias (seis con autores desconocidos).
La fiscala Adriana Giannoni le envió una nota al ministro de Gobierno, Justicia y Seguridad, Jorge Gassenbauer, en la que señala que le llama poderosamente la atención “la nula intervención policial ante la comisión de dichos ilícitos puesto que los sumarios que documentan tales hechos son elevados a la sede de esta Fiscalía sin la realización y/o propuesta de medidas investigativas para la identificación de los autores y la recuperación de los bienes sustraídos”. La magistrada señaló: “la realidad puesta de manifiesto por las estadísticas policiales y judiciales revelan con preocupación datos que van mucho más allá a una ‘sensación’ de inseguridad; deja traslucir una ineficiente intervención policial frente al delito y, aún peor, ante la prevención de los mismos generando que sea la propia comunidad la que actúe (al margen de la ley) en búsqueda de una respuesta no brindada todavía por las autoridades competentes en materia de políticas de seguridad”. El ministro fiscal había autorizado a la fiscala a pedir explicaciones a las autoridades de Seguridad, para saber qué se había hecho con el fin de prevenir los robos en Yerba Buena. El subsecretario de Seguridad Ciudadana prometió hacer llegar la respuesta luego de la feria judicial, es decir en febrero.
En esta larga administración, la Policía ha sido dotada de un número significativo de agentes, de moderno equipamiento, de vehículos. Sin embargo, las denuncias de los ciudadanos evidencia que no hay una distribución equitativa de recursos porque hay poblaciones donde los vehículos no funcionan y los agentes son muy pocos.
El informe de la fiscala desnuda, en el caso de Yerba Buena, la ineficiencia del personal en la lucha contra el delito y pone de relieve el estado de desprotección de la ciudadanía, así como la falta de acciones de prevención, un déficit crónico de las fuerzas de seguridad. Si la Policía se limita solo a recibir denuncias, no está cumpliendo con su misión fundamental que es proteger a la sociedad y combatir la delincuencia. Difícilmente se pueda lograr el objetivo sin planes de prevención, sin personal capacitado para investigar, sin una estrecha comunicación con el vecino. “Si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo”, decía Albert Einstein.
Preocupa, por cierto, el relevamiento de la Fiscalía de Instrucción de la VIII Nominación que indica que el 86,20% de los delitos contra la propiedad denunciados en el departamento Yerba Buena durante la segunda quincena de diciembre fueron sido caratulados como “autores desconocidos” por la Policía.
Por ejemplo, se consigna que la comisaría de Yerba Buena recibió 14 denuncias, de las cuales 13 habían sido registradas como “autores desconocidos”, con la misma carátula, la comisaría de Marti Coll informó de siete denuncias (seis con autores desconocidos) y la de Cebil Redondo, ocho denuncias (seis con autores desconocidos).
La fiscala Adriana Giannoni le envió una nota al ministro de Gobierno, Justicia y Seguridad, Jorge Gassenbauer, en la que señala que le llama poderosamente la atención “la nula intervención policial ante la comisión de dichos ilícitos puesto que los sumarios que documentan tales hechos son elevados a la sede de esta Fiscalía sin la realización y/o propuesta de medidas investigativas para la identificación de los autores y la recuperación de los bienes sustraídos”. La magistrada señaló: “la realidad puesta de manifiesto por las estadísticas policiales y judiciales revelan con preocupación datos que van mucho más allá a una ‘sensación’ de inseguridad; deja traslucir una ineficiente intervención policial frente al delito y, aún peor, ante la prevención de los mismos generando que sea la propia comunidad la que actúe (al margen de la ley) en búsqueda de una respuesta no brindada todavía por las autoridades competentes en materia de políticas de seguridad”. El ministro fiscal había autorizado a la fiscala a pedir explicaciones a las autoridades de Seguridad, para saber qué se había hecho con el fin de prevenir los robos en Yerba Buena. El subsecretario de Seguridad Ciudadana prometió hacer llegar la respuesta luego de la feria judicial, es decir en febrero.
En esta larga administración, la Policía ha sido dotada de un número significativo de agentes, de moderno equipamiento, de vehículos. Sin embargo, las denuncias de los ciudadanos evidencia que no hay una distribución equitativa de recursos porque hay poblaciones donde los vehículos no funcionan y los agentes son muy pocos.
El informe de la fiscala desnuda, en el caso de Yerba Buena, la ineficiencia del personal en la lucha contra el delito y pone de relieve el estado de desprotección de la ciudadanía, así como la falta de acciones de prevención, un déficit crónico de las fuerzas de seguridad. Si la Policía se limita solo a recibir denuncias, no está cumpliendo con su misión fundamental que es proteger a la sociedad y combatir la delincuencia. Difícilmente se pueda lograr el objetivo sin planes de prevención, sin personal capacitado para investigar, sin una estrecha comunicación con el vecino. “Si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo”, decía Albert Einstein.
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