El año negro de Barcelona

El año negro de Barcelona

04 Enero 2015
Cuando hoy abra el año ante Real Sociedad, Barcelona aguardará comenzar un 2015 más auspicioso que el año negro que cerró. Un 2014 sin títulos y, peor aún, sin identidad en su juego. Con dirigentes y cracks desfilando por tribunales, y, además, destronado por Real Madrid como nuevo rey del fútbol mundial.

El 24 de agosto pasado, un gato negro irrumpió en el césped del Camp Nou apenas iniciado el partido contra Elche. Pero Barcelona ganó ese día 3-0 con doblete de Leo Messi y ni el más cabulero imaginó que el gato negro podía simbolizar el aviso de que 2014 cerraría de modo tan amargo. Así sucedió. En la última semana de 2014, sabemos, el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS) confirmó una sanción de la FIFA que, más allá de prohibir el fichaje de jugadores hasta enero de 2016, fue un golpe de nocaut contra uno de los símbolos centrales de Barcelona: La Masía, la escuela que formó el ingreso al profesionalismo de Messi y también de otros cracks.

Quedó lejísimos el premio que la propia FIFA había dado en enero de 2011 a La Masía, en la entrega de un Balón de Oro que ese año ganó Messi, en terna con sus compañeros Andrés Iniesta y Xavi Hernández. Aquella fue una distinción que honró a un Barcelona que, dirigido por Pep Guardiola, había reinado en 2010. Fue campeón de todo con un gran fútbol. Más que eso, ganó con un equipo integrado casi totalmente por jugadores surgidos en el semillero de La Masía. La misma Masía ahora condenada por la propia FIFA por haber fichado a menores de edad en contra de unos reglamentos que, en rigor, violaban también muchos otros clubes.

Sucedió que Barcelona fue denunciado. El denunciante, se desconoce su nombre, avisó en febrero de 2013 a la FIFA que Barcelona había firmado contrato con el surcoreano de 13 años Lee Seung-woo, radicado en La Masía desde 2011 y sin sus padres. Abierta la investigación, se detectó que, desde 2009, 37 menores habían pasado por la misma situación, nueve de ellos violando los reglamentos. Barcelona era tan consciente de que podía ser sancionado que apuró fichajes y gastó al menos 150 millones de euros para comprar a siete refuerzos. Uno (el defensor belga Tomas Vermaelen ni siquiera jugó aún, porque llegó lesionado) y otro tiene un nivel increíblemente bajo (el lateral brasileño Douglas). El nuevo DT, Luis Enrique, hombre de la casa, fichado tras el paso discreto de Gerardo Martino, tiene más jugadores, pero ganó menos puntos que “Tata”. Y Barcelona, está claro, ya juega como un equipo más. Juega más mal que bien y, como siempre, depende otra vez de Messi.

La sanción de la FIFA provocó despidos en Barcelona, que aumentarán con la confirmación del TAS. El 90% de los socios pide elecciones anticipadas al presidente José Bartomeu. Las mismas encuestas señalan que el dirigente más votado sería Joan Laporta, el mismo presidente que se fue en 2010 en medio de denuncias de corrupción y que ahora, sobreseído por la justicia, anuncia como bandera que podría volver nada menos que con Guardiola como director deportivo. El futuro es el pasado. Bartomeu ni siquiera puede decir que la culpa por el caso de La Masía fue de Sandro Rosell, el presidente que sucedió a Laporta y que también debió irse bajo cargos de corrupción, entre ellos el fichaje de Neymar, una operación que está bajo proceso judicial por evasión al fisco. Fue con Rosell, es cierto. Pero Bartomeu era su vicepresidente deportivo. “Me da pena ver al ‘Barca’ así, hemos perdido mucho prestigio en el mundo”, graficó la situación un mito barcelonista, Johan Cruyff. Y remató con un dato irrefutable: “Barca” tuvo dos DT en nueve años. Ya suma tres en tres años.

En Barcelona, culpable de autosuficiencia, por creer que la FIFA jamás sancionaría lo que antes había premiado, se preguntan qué hay de los menores y de las compras de jugadores con comisiones que también hizo Real Madrid. Y, como en los viejos tiempos de fuerte victimismo, creen acaso que Florentino Pérez, poderoso presidente de Real Madrid, fue el autor de la denuncia anónima por La Masía. Y fue también quien impulsó a un juez a investigar el fichaje de Neymar. Y quien influyó además para que Messi fuera puesto bajo proceso por un juez madrileño por evadir al fisco español. Suena demasiado. Pero es una venganza, dicen hinchas catalanes, a tantos años de humillación. A la humillación de haber gastado millones en estrellas y fichar por oro a un DT odioso como José Mourinho, para quedar siempre detrás de un Barcelona exitoso y vistoso, y apoyado en La Masía. Tiempos en los que “la cantera” le ganaba a “la chequera”.

Paradójicamente, o no, la debacle de “Barca” coincidió con el arribo a la cumbre de Real Madrid. Sin Mourinho, sino con un DT amable y simpático como el italiano Carlo Ancelotti, con Cristiano Ronaldo soñando Balones de Oro y con fichajes que, me cuentan desde España, eran jugadores que estaban bajo la órbita de Barca. El ejemplo más claro, el gran volante alemán Toni Kroos, en crisis con Bayern Munich y a quien Guardiola había acercado a Barcelona. El club catalán prefirió fichar en cambio al croata Ivan Rakitic. Otro caso claro es el del malagueño Isco. Su perro se llama “Messi” en homenaje a Leo. Isco se moría por jugar en Barcelona. Pero se lo llevó también Real Madrid. El presidente Pérez, después de muchos años, logró finalmente su cometido. Eligió estrellas vinculadas con sus negocios. Y le ordenó a Ancelotti que se arreglara. Que las hiciera jugar en equipo. Lo que en su momento pareció una locura (la partida de Angel Di María por el arribo de James Rodríguez) terminó siendo gran acierto. Y Real Madrid juega hoy con un mediocampo fino, de artistas que corren solidariamente y aprovechan el momento de oro de Ronaldo. Ahora gana la chequera. Y, peor aún, no le gana a la cantera. Porque Barcelona, aparentemente sin joyas extraordinarias en La Masía, o sin tiempo para esperar su desarrollo, también apeló a la chequera. Pagó a Liverpool 80 millones por Luis Suárez. Entre sueldos y comisiones, la inversión por el uruguayo subió a 253 millones, récord mundial.

Barcelona debería alegrarse en realidad de que la FIFA le impida fichar jugadores. No podrá dilapidar más dinero. Y tendrá que arreglarse con La Masía. Con nombres más desconocidos pero acaso prometedores como Adama, Samper, Halilovic, Denis Suárez y Deulofeu. Todo ha sido difícil en 2014. Si hasta Josep Lluis Núñez, presidente de Barcelona en los tiempos de Diego Maradona, ha caído en prisión, acusado de pagar coimas.

Enero, a partir del juego de hoy ante Real Sociedad, será un mes duro. Habrá que jugar también Copa del Rey ante Elche y clásico en Liga contra el Atlético del “Cholo” Simeone. En febrero vendrán los octavos de final de Liga de Campeones, contra Manchester City de un “Kun” Agüero ya recuperado. Mañana, por lo pronto, Messi y compañía se entrenarán a puertas abiertas (los no socios deberán pagar 5 euros). Y los jugadores partirán por la tarde hacia los hospitales de la ciudad, para cumplir con la tradición de repartir regalos y desearle buenos Reyes Magos a los niños enfermos. Los Reyes, eso sí, deberán darle luego una mano a Barcelona. Porque con Messi solo no alcanza.

Tamaño texto
Comentarios
Comentarios