03 Enero 2015
CON NUDITOS EN LA PANZA. Así se sintió el "Pato" hoy en lo que fue la largada simbólica desde Plaza de Mayo. DyN
BUENOS AIRES.- Sinceridad total, la de un Juan Manuel Silva que mañana encarará su quinto Dakar, pero en esta ocasión en un prototipo de Colcar. “Ésta es una carrera que requiere 11 meses y medio de preparación, que exige vencer muchas adversidades y ponerte metas, pero cuando terminás te deja lleno. El Dakar es como 15 domingos de TC seguidos”, expresó el “Pato” en Tecnópolis, envuelto en la ansiedad típica de las vísperas de la largada.
A sus 43 años, el chaqueño llega a este Dakar 2015 después de ganar el campeonato argentino de cross country y el Desafío Ruta 40 (Bariloche-San Juan), y cuatro años después de su debut en el rally, en 2011, cuando se perdió en el desierto.
“Lo mío es ir aprendiendo y creciendo. En mi primer Dakar no sabía ni que había que desinflar el neumático en la arena. Nos falta mucho por hacer. En este Dakar vamos por más y sería buenísimo meternos entre el 10 y el 20, pero vamos a tener más de 10 MINI en la categoría”, evaluó.
Silva correrá este año con un motor de 8 cilindros, con 370 hp, 100 hp más que el Dakar anterior, y con una suspensión nueva que llegó en la semana previa a las verificaciones técnicas. “Le metimos pata y tenemos mucha expectativa. Todo el equipo hizo un gran trabajo. Hoy ya me desperté con el nudito en la panza pero me dije que nos tenemos que calmar”, reconoció el piloto, que contó por qué participa de la competencia. “Si corro el Dakar es por la gente, por el público que me lo contagió”.
En cuanto al trayecto, confesó: “lo que más adrenalina me genera son las etapas con dunas porque nunca sabés qué hay atrás. Y se te puede terminar el Dakar”.
Y sobre esta edición, confió: “creo que vamos a tener sorpresa en la segunda etapa, en ese camino desde Carlos Paz a San Juan, arenoso y pesado. Igual, aprendí que mirar los mapas meses antes, es enfermarte la cabeza sin sentido”. (Télam)
A sus 43 años, el chaqueño llega a este Dakar 2015 después de ganar el campeonato argentino de cross country y el Desafío Ruta 40 (Bariloche-San Juan), y cuatro años después de su debut en el rally, en 2011, cuando se perdió en el desierto.
“Lo mío es ir aprendiendo y creciendo. En mi primer Dakar no sabía ni que había que desinflar el neumático en la arena. Nos falta mucho por hacer. En este Dakar vamos por más y sería buenísimo meternos entre el 10 y el 20, pero vamos a tener más de 10 MINI en la categoría”, evaluó.
Silva correrá este año con un motor de 8 cilindros, con 370 hp, 100 hp más que el Dakar anterior, y con una suspensión nueva que llegó en la semana previa a las verificaciones técnicas. “Le metimos pata y tenemos mucha expectativa. Todo el equipo hizo un gran trabajo. Hoy ya me desperté con el nudito en la panza pero me dije que nos tenemos que calmar”, reconoció el piloto, que contó por qué participa de la competencia. “Si corro el Dakar es por la gente, por el público que me lo contagió”.
En cuanto al trayecto, confesó: “lo que más adrenalina me genera son las etapas con dunas porque nunca sabés qué hay atrás. Y se te puede terminar el Dakar”.
Y sobre esta edición, confió: “creo que vamos a tener sorpresa en la segunda etapa, en ese camino desde Carlos Paz a San Juan, arenoso y pesado. Igual, aprendí que mirar los mapas meses antes, es enfermarte la cabeza sin sentido”. (Télam)