Por Mariana Segura
02 Enero 2015
SU MEJOR MOMENTO. Kranevitter durante el partido contra Lanús, del torneo pasado. Antes de la lesión, el tucumano era casi una fija para ser convocado a la Selección.
Para él también es tiempo de balances y nuevas metas; de agradecer por los sueños cumplidos y de renovar las misiones. Pero Matías Kranevitter no sabe por dónde empezar. ¿Por todo lo que 2014 lo sorprendió y le dejó? ¿O por este 2015 que acaba de estrenarse y que espera disfrutar en grande? Por suerte al “Colo”, figura de River, su casa en Yerba Buena y los afectos le hacen todo más fácil. “Aquí pasé año nuevo y lo cerré contento por haber podido jugar la mayoría del año”, cuenta luego de que Claudio, su papá, hiciera de intermediario para la charla.
Sus primeras palabras son sólo eso, porque en dos líneas sintetizar todo lo que vivió el año pasado es un imposible. Es que Kranevitter no sólo brilló en River y captó la atención de los futboleros del país, también puso su apellido entre los de candidatos indiscutidos a “jugador de Selección”, y más de uno esperó verlo con la celeste y blanca. “Hasta la lesión venía haciendo un buen campeonato. Pero bueno, tuve esa mala suerte. Igual puedo decir que estoy contento porque me pude recuperar antes de tiempo y volver a jugar”, cuenta “Colo” sobre aquella curación que fue como un regalo anticipado luego de romperse el quinto metatarsiano de su pie derecho, el 21 de septiembre de 2014, por la octava fecha del torneo de transición y ante Independiente.
Al “5” lo dieron por descartado hasta este año, pero reapareció nada menos que en la final de la Sudamericana, ante Nacional en Medellín, y vivió la más esperada consagración “millonaria” desde adentro.
Aquella lesión le cortó el envión a Matías, lo dejó con las ganas. Pero él prefirió ver el lado bueno y agradecer a Dios su temprana recuperación. Claro, siempre tendrá un 2015 en el cuál confiar que los deseos no realizados aún son posibles, sobre todo porque ni él ni nadie dudan de que la nueva temporada lo encontrará otra vez amo y señor del medio de River, listo para volver a brillar. “La lesión, que a cualquiera le puede tocar, puede servir como experiencia porque se dio en un momento muy bueno de mi carrera y terminó siendo muy duro. Pero esto se trata de que lo superé muy rápido, y eso era lo importante”, reflexiona el tucumano de apenas 21 años, ilusionado con eso de “volver a sonar” en todos lados y que el equipo nacional aparezca otra vez como su indispensable destino.
“Como a todo jugador me encantaría poder llegar a la Selección, pero lo primero que quiero es volver al club para la pretemporada y hacerla bien. Para afrontar todos los campeonatos que tenemos”, cuenta el volante sobre este River cargado y que lo tendrá atendiendo siete frentes (Libertadores, Sudamericana, Recopa, Suruga Bank, Supercopa Argentina, Copa Argentina y Torneo local). “Uf, y si a parte de todo se da la Selección, bienvenido sea”, confiesa Matías, pero no se emociona por anticipado. “Es que en realidad trato de no hablar mucho de esos temas. Soy más calladito. Tranquilo nomás”, asegura (y se le nota).
Los 52 partidos que lleva jugados en River desde que debutó en 2012 lo motivan y sobre todo, como pibe que es, lo llenan de ansiedad para regresar cuanto antes a Núñez. A eso no lo oculta, a pesar de tener a papá al lado: “acá estoy disfrutando los pocos días que tengo junto a mi familia. Como siempre la paso tranquilo, pero estoy pensando en volver ya. Estoy ansioso, mañana viajo para comenzar la pretemporada”, dice.
Cada vez más flashes
“Acá hago lo normal, como siempre”, le dice Kranevitter a aquellas rutinas de descanso en Tucumán (familia, amigos, alguna salida, asados), aunque esta vez el precio de la fama se le haya metido por la ventana. “Es cierto que la gente me reconoce más que antes pero bueno... Entiendo que son cosas que a uno se le presentan como futbolista y yo no tengo ningún problema con eso”, cuenta entendiendo que todo se puede manejar. “Y todo se disfruta también porque la gente fue muy respetuosa desde que llegué, así que gracias a Dios la paso muy bien”, sonríe.
El afecto del que habla ronda Buenos Aires también, donde la gente, sobre todo los hinchas de River, le demuestran cariño día a día. Kranevitter sabe que es el pibe del interior que se destapó y que ya se metió en el bolsillo al más fanático. “Lo de los hinchas allá me pone muy contento. Tanto allá como acá, la gente que conozco de hace tiempo y la gente que no, es muy buena. Yo la paso bien en los dos lugares. Hay mucho cariño y respeto”, resalta.
Nuevos destinos
Hay otro lugar en el que Matías sueña pasarla bien y no tiene miedo de decirlo. No es ajeno a los rumores, ni mucho menos a que es uno de los jugadores mejores valuados en River para dar el gran salto. En estos días se habla del interés de Valencia para llevárselo, y antes fueron muchos otros europeos los que se tentaron con su despliegue y equilibrio en “la banda”. “Sí me gustaría que River sea la catapulta a Europa. La idea es jugar acá en Argentina como lo hago y luego allá. Espero poder tener la chance de jugar en Europa y hasta el día que llegue la voy a esperar tranquilo”, confiesa el 5.
Los casos de Maximiliano Pereyra y Joaquín Correa se le vienen a la cabeza. Son ejemplos. “Es que son dos tucumanos a los que les fue bien: Pereyra hace bastante tiempo está en Italia y no hay dudas, y por el lado de Correa, me pone contento su venta (jugará en Sampdoria) ya que debe ser muy importante para él y para toda su familia”, habla Matías de aquellos espejos.
Para preferencias Kranevitter no pone nombres, pero sí requisitos: “que sea un grande de Europa”. De su boca no salieron un Real Madrid, un Chelsea ni un Juventus, sólo pide un reconocido del viejo continente. “Lo que quiero es algo como lo que tengo acá, donde no creo que pueda jugar en otro lado si no es River, que es donde nací (no creo que sea algo que pueda pasar, y tampoco yo me iría). Si me toca otro club, que sea afuera. Y que sea grande Así que esperaré el momento hasta estar dispuesto a viajar para que las cosas salgan bien allá”, se ilusionó “Colo”.
Si el fútbol es esperanza pura, Kranevitter ya sacó chapa y encantó con su juego logrando nada menos que la aprobación para siempre soñar en grande, como él mismo pide.
Sus primeras palabras son sólo eso, porque en dos líneas sintetizar todo lo que vivió el año pasado es un imposible. Es que Kranevitter no sólo brilló en River y captó la atención de los futboleros del país, también puso su apellido entre los de candidatos indiscutidos a “jugador de Selección”, y más de uno esperó verlo con la celeste y blanca. “Hasta la lesión venía haciendo un buen campeonato. Pero bueno, tuve esa mala suerte. Igual puedo decir que estoy contento porque me pude recuperar antes de tiempo y volver a jugar”, cuenta “Colo” sobre aquella curación que fue como un regalo anticipado luego de romperse el quinto metatarsiano de su pie derecho, el 21 de septiembre de 2014, por la octava fecha del torneo de transición y ante Independiente.
Al “5” lo dieron por descartado hasta este año, pero reapareció nada menos que en la final de la Sudamericana, ante Nacional en Medellín, y vivió la más esperada consagración “millonaria” desde adentro.
Aquella lesión le cortó el envión a Matías, lo dejó con las ganas. Pero él prefirió ver el lado bueno y agradecer a Dios su temprana recuperación. Claro, siempre tendrá un 2015 en el cuál confiar que los deseos no realizados aún son posibles, sobre todo porque ni él ni nadie dudan de que la nueva temporada lo encontrará otra vez amo y señor del medio de River, listo para volver a brillar. “La lesión, que a cualquiera le puede tocar, puede servir como experiencia porque se dio en un momento muy bueno de mi carrera y terminó siendo muy duro. Pero esto se trata de que lo superé muy rápido, y eso era lo importante”, reflexiona el tucumano de apenas 21 años, ilusionado con eso de “volver a sonar” en todos lados y que el equipo nacional aparezca otra vez como su indispensable destino.
“Como a todo jugador me encantaría poder llegar a la Selección, pero lo primero que quiero es volver al club para la pretemporada y hacerla bien. Para afrontar todos los campeonatos que tenemos”, cuenta el volante sobre este River cargado y que lo tendrá atendiendo siete frentes (Libertadores, Sudamericana, Recopa, Suruga Bank, Supercopa Argentina, Copa Argentina y Torneo local). “Uf, y si a parte de todo se da la Selección, bienvenido sea”, confiesa Matías, pero no se emociona por anticipado. “Es que en realidad trato de no hablar mucho de esos temas. Soy más calladito. Tranquilo nomás”, asegura (y se le nota).
Los 52 partidos que lleva jugados en River desde que debutó en 2012 lo motivan y sobre todo, como pibe que es, lo llenan de ansiedad para regresar cuanto antes a Núñez. A eso no lo oculta, a pesar de tener a papá al lado: “acá estoy disfrutando los pocos días que tengo junto a mi familia. Como siempre la paso tranquilo, pero estoy pensando en volver ya. Estoy ansioso, mañana viajo para comenzar la pretemporada”, dice.
Cada vez más flashes
“Acá hago lo normal, como siempre”, le dice Kranevitter a aquellas rutinas de descanso en Tucumán (familia, amigos, alguna salida, asados), aunque esta vez el precio de la fama se le haya metido por la ventana. “Es cierto que la gente me reconoce más que antes pero bueno... Entiendo que son cosas que a uno se le presentan como futbolista y yo no tengo ningún problema con eso”, cuenta entendiendo que todo se puede manejar. “Y todo se disfruta también porque la gente fue muy respetuosa desde que llegué, así que gracias a Dios la paso muy bien”, sonríe.
El afecto del que habla ronda Buenos Aires también, donde la gente, sobre todo los hinchas de River, le demuestran cariño día a día. Kranevitter sabe que es el pibe del interior que se destapó y que ya se metió en el bolsillo al más fanático. “Lo de los hinchas allá me pone muy contento. Tanto allá como acá, la gente que conozco de hace tiempo y la gente que no, es muy buena. Yo la paso bien en los dos lugares. Hay mucho cariño y respeto”, resalta.
Nuevos destinos
Hay otro lugar en el que Matías sueña pasarla bien y no tiene miedo de decirlo. No es ajeno a los rumores, ni mucho menos a que es uno de los jugadores mejores valuados en River para dar el gran salto. En estos días se habla del interés de Valencia para llevárselo, y antes fueron muchos otros europeos los que se tentaron con su despliegue y equilibrio en “la banda”. “Sí me gustaría que River sea la catapulta a Europa. La idea es jugar acá en Argentina como lo hago y luego allá. Espero poder tener la chance de jugar en Europa y hasta el día que llegue la voy a esperar tranquilo”, confiesa el 5.
Los casos de Maximiliano Pereyra y Joaquín Correa se le vienen a la cabeza. Son ejemplos. “Es que son dos tucumanos a los que les fue bien: Pereyra hace bastante tiempo está en Italia y no hay dudas, y por el lado de Correa, me pone contento su venta (jugará en Sampdoria) ya que debe ser muy importante para él y para toda su familia”, habla Matías de aquellos espejos.
Para preferencias Kranevitter no pone nombres, pero sí requisitos: “que sea un grande de Europa”. De su boca no salieron un Real Madrid, un Chelsea ni un Juventus, sólo pide un reconocido del viejo continente. “Lo que quiero es algo como lo que tengo acá, donde no creo que pueda jugar en otro lado si no es River, que es donde nací (no creo que sea algo que pueda pasar, y tampoco yo me iría). Si me toca otro club, que sea afuera. Y que sea grande Así que esperaré el momento hasta estar dispuesto a viajar para que las cosas salgan bien allá”, se ilusionó “Colo”.
Si el fútbol es esperanza pura, Kranevitter ya sacó chapa y encantó con su juego logrando nada menos que la aprobación para siempre soñar en grande, como él mismo pide.
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