28 Diciembre 2014
Sin programa antiinflacionario y sin control del déficit fiscal, el tipo de cambio (relación entre el peso y el dólar) será la clave para el arrancar 2015. Así lo advierte el economista tucumano, Eduardo Robinson, quien remarca que la devaluación monetaria del 23%, registrada en enero de este, tuvo como propósito dinamizar las exportaciones y despejar las expectativas devaluatorias para incentivar la liquidación de dólares de la cosecha gruesa a partir de marzo.
El experto afirma que, entonces, el Banco Central acompañó la devaluación con una suba en las tasas de interés para quitar presión sobre el tipo de cambio. “Pero al no coordinar la política monetaria contractiva con una política fiscal que ayude a disminuir el déficit, la devaluación produjo un salto inflacionario y, a los pocos meses se diluyó su efecto de mejora del tipo de cambio real”, analiza en un informe al que accedió DINERO.
Robinson recalca que en el cierre del año, la devaluación del peso no siguió el incremento de la inflación y, por lo tanto, hay un atraso cambiario. “Por ello, las expectativas devaluatorias no han cedido. Mediante préstamos (swap) de corto plazo con China, el Gobierno recompuso las reservas del Banco Central. Sin embargo, el Gobierno, al no tener un plan antiinflacionario, utiliza el tipo de cambio como mecanismo para estabilizar los precios”, sostiene el experto.
Ante este escenario, el economista se pregunta: ¿qué esperar en los próximos meses? En su análisis, subraya que, según las estadísticas oficiales, la inflación de 2014 terminará cerca del 25%, cifra que difiere de las mediciones privadas, que marcan una suba de los precios del orden del 40%. Robinson avizora que el Gobierno no se resolverá el desequilibrio fiscal para reordenar la macroeconomía. “En este contexto, no se puede esperarse una recuperación de la tasa de inversión, por lo tanto no habrá cambios relevantes”, aclara.
Ante el creciente déficit fiscal, continúa Robinson, el Gobierno recurrió al auxilio del Banco Central, “pero desde hace varios meses decidió reducir la tasa de emisión monetaria e incrementó la emisión de deuda”. “Por ello emitió bonos en pesos ligados al dólar con vencimiento en 2016 y 2018, y ensayó el fallido intento de hacerse de U$S 3.000 millones mediante la emisión del Bonar 2024”, sostiene. Finalmente, el economista deja abierto el panorama de lo que podría suceder con la tendencia del tipo de cambio en 2015. “Concretamente, qué pasará con la devaluación, puesto que el atraso cambiario no podrá mantenerse por mucho tiempo sin afectar las exportaciones, especialmente en las economías regionales y, de este modo, debilitar el mercado laboral”, finaliza.
El experto afirma que, entonces, el Banco Central acompañó la devaluación con una suba en las tasas de interés para quitar presión sobre el tipo de cambio. “Pero al no coordinar la política monetaria contractiva con una política fiscal que ayude a disminuir el déficit, la devaluación produjo un salto inflacionario y, a los pocos meses se diluyó su efecto de mejora del tipo de cambio real”, analiza en un informe al que accedió DINERO.
Robinson recalca que en el cierre del año, la devaluación del peso no siguió el incremento de la inflación y, por lo tanto, hay un atraso cambiario. “Por ello, las expectativas devaluatorias no han cedido. Mediante préstamos (swap) de corto plazo con China, el Gobierno recompuso las reservas del Banco Central. Sin embargo, el Gobierno, al no tener un plan antiinflacionario, utiliza el tipo de cambio como mecanismo para estabilizar los precios”, sostiene el experto.
Ante este escenario, el economista se pregunta: ¿qué esperar en los próximos meses? En su análisis, subraya que, según las estadísticas oficiales, la inflación de 2014 terminará cerca del 25%, cifra que difiere de las mediciones privadas, que marcan una suba de los precios del orden del 40%. Robinson avizora que el Gobierno no se resolverá el desequilibrio fiscal para reordenar la macroeconomía. “En este contexto, no se puede esperarse una recuperación de la tasa de inversión, por lo tanto no habrá cambios relevantes”, aclara.
Ante el creciente déficit fiscal, continúa Robinson, el Gobierno recurrió al auxilio del Banco Central, “pero desde hace varios meses decidió reducir la tasa de emisión monetaria e incrementó la emisión de deuda”. “Por ello emitió bonos en pesos ligados al dólar con vencimiento en 2016 y 2018, y ensayó el fallido intento de hacerse de U$S 3.000 millones mediante la emisión del Bonar 2024”, sostiene. Finalmente, el economista deja abierto el panorama de lo que podría suceder con la tendencia del tipo de cambio en 2015. “Concretamente, qué pasará con la devaluación, puesto que el atraso cambiario no podrá mantenerse por mucho tiempo sin afectar las exportaciones, especialmente en las economías regionales y, de este modo, debilitar el mercado laboral”, finaliza.
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