17 Diciembre 2014
BUENOS AIRES.- “No estoy hablando para este Gobierno sino para el próximo; estamos tratando de reunir toda la información posible sobre los desaparecidos para allanar el camino del próximo Gobierno”, afirmó el ex mayor Ernesto Barreiro durante una entrevista por teléfono con “perfil.com” desde su prisión en Córdoba.
Agregó que tanto el Gobierno como la Fiscalía y los abogados querellantes del juicio que se le sigue por violaciones a los derechos humanos durante la dictadura “están enardecidos en mi contra; ellos no quieren que se sepa nada sobre cómo fueron las cosas porque se les arruina el negocio de los derechos humanos”.
“En lugar de tratar que mis compañeros y yo sigamos dando información, nos atacan como pueden. Están muy desconcertados. Por ejemplo, dicen que lo hice para beneficiarme, pero la verdad es que no estoy buscando ningún acortamiento de penas. Lo que dije no me beneficia para nada”, agregó.
“Vamos a seguir dando información. La intención es, entre otras cosas, acercarnos lo máximo posible a la verdad en el marco de lo que pensamos nosotros: que hubo una guerra revolucionaria, como quedó determinado en el juicio a los miembros de las juntas militares, en 1985”, sostuvo.
Barreiro reveló la semana pasada los lugares donde estarían enterrados los restos de 25 personas que fueron detenidas, asesinadas y desaparecidas (sus cuerpos fueron quemados, arrojados a ríos o arroyos, o enterrados en lugares secretos) antes del golpe del 24 de marzo de 1976. Todas esas personas fueron desaparecidas por el Comando Libertadores de América, un grupo paramilitar que dependía del jefe del Tercer Cuerpo de Ejército, el general Luciano Benjamín Menéndez. Barreiro, que se reivindica como peronista, llegó a Córdoba en 1976 como teniente primero y recién egresado de la Escuela de Inteligencia. Se lo acusa de haber sido el jefe de “La Perla”, un campo del Ejército que funcionaba como prisión de supuestos guerrilleros. (Perfil.com)
Agregó que tanto el Gobierno como la Fiscalía y los abogados querellantes del juicio que se le sigue por violaciones a los derechos humanos durante la dictadura “están enardecidos en mi contra; ellos no quieren que se sepa nada sobre cómo fueron las cosas porque se les arruina el negocio de los derechos humanos”.
“En lugar de tratar que mis compañeros y yo sigamos dando información, nos atacan como pueden. Están muy desconcertados. Por ejemplo, dicen que lo hice para beneficiarme, pero la verdad es que no estoy buscando ningún acortamiento de penas. Lo que dije no me beneficia para nada”, agregó.
“Vamos a seguir dando información. La intención es, entre otras cosas, acercarnos lo máximo posible a la verdad en el marco de lo que pensamos nosotros: que hubo una guerra revolucionaria, como quedó determinado en el juicio a los miembros de las juntas militares, en 1985”, sostuvo.
Barreiro reveló la semana pasada los lugares donde estarían enterrados los restos de 25 personas que fueron detenidas, asesinadas y desaparecidas (sus cuerpos fueron quemados, arrojados a ríos o arroyos, o enterrados en lugares secretos) antes del golpe del 24 de marzo de 1976. Todas esas personas fueron desaparecidas por el Comando Libertadores de América, un grupo paramilitar que dependía del jefe del Tercer Cuerpo de Ejército, el general Luciano Benjamín Menéndez. Barreiro, que se reivindica como peronista, llegó a Córdoba en 1976 como teniente primero y recién egresado de la Escuela de Inteligencia. Se lo acusa de haber sido el jefe de “La Perla”, un campo del Ejército que funcionaba como prisión de supuestos guerrilleros. (Perfil.com)
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