28 Diciembre 2003
UNA ESQUINA DE RIESGO. Los choques son frecuentes de noche y durante los fines de semana.
Un Fiat Vivace se partió a la mitad ayer a la madrugada, al estrellarse contra un cantero de la vereda de la funeraria Gálvez, y su conductora salvó la vida, pero resultó con graves heridas. El vehículo, que circulaba por calle José Colombres, fue chocado por una camioneta Chevrolet Safira que avanzaba por San Martín.
El impacto fue violentísimo y sacudió al vecindario. Eran las 5.10. El Fiat se desvió y golpeó contra los canteros de la funeraria; su conductora, Julia Fernanda Barrionuevo, de 32 años, quedó aplastada por los hierros retorcidos. "No podíamos creer que alguien saliera vivo de un choque así", dijo Salvador Macareyo, quien estaba con amigos en el billar de la esquina noreste. "Salí corriendo para ver si podía hacer algo. El auto estaba tan destruido que al principio no podía reconocer el modelo. Me apuré a sacarla porque había líquido en el piso y no sabía si era nafta. Tenía miedo de que hubiera una explosión. Tuve que arrancar la puerta del auto para sacarla. Yo le vi un corte en los pies y un golpe en la cabeza", dijo. En realidad, Julia Fernanda Barrionuevo resultó con heridas mucho más graves. Fue llevada al Hospital Padilla primero, y al sanatorio del Norte después. "Le están haciendo todos los controles. No perdió el conocimiento y es un milagro que esté viva", dijo su marido, Víctor Ruiz.
La joven tiene quebraduras en distintas partes del cuerpo, lesiones en la columna vertebral y podría perder parte de uno de los pies. "No lo puedo creer. Ella acababa de dejarme en mi trabajo, en la Mutual de la UNT, como todos los días. Al rato llegó la policía y me avisó del accidente", añadió Ruiz.
Ileso
El conductor de la camioneta, Juan Carlos Griet, de 19 años, resultó ileso. Lo salvó el airbag de su vehículo. "La camioneta embistió al Fiat, según las pericias. La responsabilidad de cada uno se determinará más adelante", dijo el comisario Francisco Solá, de la seccional 1ª. La funeraria estaba cerrada a esa hora, de modo que no hubo otras víctimas. En esa esquina es común encontrar gente que asiste a los velorios. "Si hubiera habido gente ahí, estaríamos lamentando una tragedia", dijo un vecino.
El impacto fue violentísimo y sacudió al vecindario. Eran las 5.10. El Fiat se desvió y golpeó contra los canteros de la funeraria; su conductora, Julia Fernanda Barrionuevo, de 32 años, quedó aplastada por los hierros retorcidos. "No podíamos creer que alguien saliera vivo de un choque así", dijo Salvador Macareyo, quien estaba con amigos en el billar de la esquina noreste. "Salí corriendo para ver si podía hacer algo. El auto estaba tan destruido que al principio no podía reconocer el modelo. Me apuré a sacarla porque había líquido en el piso y no sabía si era nafta. Tenía miedo de que hubiera una explosión. Tuve que arrancar la puerta del auto para sacarla. Yo le vi un corte en los pies y un golpe en la cabeza", dijo. En realidad, Julia Fernanda Barrionuevo resultó con heridas mucho más graves. Fue llevada al Hospital Padilla primero, y al sanatorio del Norte después. "Le están haciendo todos los controles. No perdió el conocimiento y es un milagro que esté viva", dijo su marido, Víctor Ruiz.
La joven tiene quebraduras en distintas partes del cuerpo, lesiones en la columna vertebral y podría perder parte de uno de los pies. "No lo puedo creer. Ella acababa de dejarme en mi trabajo, en la Mutual de la UNT, como todos los días. Al rato llegó la policía y me avisó del accidente", añadió Ruiz.
Ileso
El conductor de la camioneta, Juan Carlos Griet, de 19 años, resultó ileso. Lo salvó el airbag de su vehículo. "La camioneta embistió al Fiat, según las pericias. La responsabilidad de cada uno se determinará más adelante", dijo el comisario Francisco Solá, de la seccional 1ª. La funeraria estaba cerrada a esa hora, de modo que no hubo otras víctimas. En esa esquina es común encontrar gente que asiste a los velorios. "Si hubiera habido gente ahí, estaríamos lamentando una tragedia", dijo un vecino.
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