Una cuestión de extremos

Una cuestión de extremos

Los 70 mejores riders del país participaron de la competencia. Para tener en cuenta: no hubo tucumanos.

JAM SESSION. Entre competencia y competencia los skaters se apropiaron de las pistas para ensayar sus habilidades. Mientras, los espectadores buscaban refugio para protegerse del sol implacable. JAM SESSION. Entre competencia y competencia los skaters se apropiaron de las pistas para ensayar sus habilidades. Mientras, los espectadores buscaban refugio para protegerse del sol implacable.

Según cifras oficiales, fueron alrededor de 40.000 los aficionados que concurrieron al parque Costanera Norte para participar de la primera edición del Buenos Aires Extremo. El campeonato invitacional de BMX freestyle y skate convocó a los 70 mejores riders de todo el país. Tucumanos, ninguno.

“El nivel de nuestra provincia es muy bueno, pero los chicos no tienen cómo ir. Están estudiando o trabajando y es complicado perder un fin de semana entero para competir. Estamos muy lejos”, opina Carlos Ledesma, practicante tucumano de BMX.

“Además de ser muy caro, una razón muy importante es que el nivel acá no es tan bueno porque no tenemos lugares específicos para practicar. Lo que hicieron en avenida Mate de Luna no se puede llamar una pista. Es como que hagan una cancha con polvo de ladrillo para jugar al fútbol. Tiene un mal diseño y una pésima ejecución”, sostuvo, por su parte, el skater tucumano Gustavo Durán. Él forma parte de una ONG que promociona esa actividad.

Buenos Aires Extremo

Ni los competidores ni el público se dejaron intimidar por el inclemente sol, que no tuvo la gentileza de pestañear a lo largo del evento. Todo comenzó pasadas las 9 y se extendió hasta alrededor de las 20. Tanto las sombras anoréxicas de árboles adolescentes como las sombrillas colocadas por la organización se volvieron refugios obligados de los miles de fanáticos.



Además de las competencias se realizaron talleres, intervenciones artísticas y tocaron bandas de rock. Los talleres apuntaban, en general, a lo sustentable: recorriendo el extenso predio se encontraban desde bicis de bambú a urbono (unas composteras para reciclar residuos que se pueden encargar y, aseguran, llegan al interior).

En cuanto a la música, participaron agrupaciones del programa Bandas por Barrio, una iniciativa gubernamental que les abre la cancha a las bandas más pequeñas para tocar en eventos de este tipo. Hardcore, punk y mucha onda abajo y arriba del escenario sirvieron para entretener el público entre las distintas etapas de la competencia. En el cierre estuvo a Meilan, toda una fiesta.

Ni chicas ni niños

En esta edición no hubo categorías competitivas para mujeres ni para los más chicos. Pero aunque no podían circular por las pistas lo hicieron por afuera. Skaters de 50 centímetros de alto con pantalones bajos y gorras dadas vueltas se iban abriendo camino entre la multitud. En tanto, Iñaki Mazza, de apenas 14 años, conquistaba los aplausos. Aunque no alcanzó el podio, el pequeño prodigio que corre para Red Bull la descosió con algunas piruetas.

Los mejores de cada categoría fueron José Torres, Diego Longobucco y Eber Temperam (en BMX); y Sandro Torres, Matías Dell Olio y Gonzalo Saravia (en skate). Ellos se dividieron los $60.000 del premio.

Tucumán extremo

La Ciudad de Buenos Aires cuenta con cinco pistas para realizar deportes extremos, entra las que se destaca la de Costanera Norte. Son 7,5 hectáreas que incluyen un skate park de 2.500 metros cuadrados, un snakebowl de 50 metros de largo, y dos bowls con diámetros de 10 y 6 metros, respectivamente, entre otras atracciones. En cambio, en Tucumán el espacio destinado para quienes practican deportes extremos se reduce a la pequeña pista ubicada en Mate de Luna al 3.000 y otra que está en Yerba Buena, al pie del cerro. “La de la Mate de Luna no llega al nivel que necesitamos. La de Yerba Buena está mal hecha, no podés tener una pista en bajada. Además, la rampa con la que sacás velocidad es chica y no te da espacio para maniobrar”, evalúa Ledesma.

Así las cosas, los tucumanos se las ingenian construyendo ellos mismos rampas o utilizando los relieves de la urbe y las plazas para improvisar piruetas y trucos. “Un grupo de skaters locales conformamos ATS (Asociación Tucumana de Skate), con personería jurídica. Uno de los objetivos es promover y difundir la práctica en la provincia”, cuenta Durán, convencido de que el deporte gana cada vez más adeptos. Lo que necesitan, afirman, es que les den una mano.

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