Desesperada búsqueda del peregrino en el canal

El cabo Andrés Figueroa estaba sentado ayer al mediodía en uno de los márgenes del Canal Sur. A su lado, tenía un par de botas negras que se había sacado para que le respiraran los pies, luego de haber estado metido durante horas entre los montículos de barro, escombros y basura que obstaculizan el cauce del acueducto. Llevaba puesto su uniforme pero no estaba de servicio; había pedido unos días de licencia para poder buscar a su vecino, el peregrino Franco Núñez, que el lunes a la madrugada fue arrastrado por una correntada.

Cerca suyo estaba sentado el cabo Gustavo Moyano, su cuñado, que había tomado su misma decisión para intentar dar con el joven discapacitado que cayó al Canal cuando se desplomó el puente peatonal por el que estaba cruzando.

“Soy vecino de Franco. Vivo a tres casas de la suya en el barrio Ejército Argentino. Estamos buscándolo desde temprano y más tarde iremos en un auto propio a recorrer el canal para ver si lo encontramos”, explicó Figueroa.

Es que el grueso de la búsqueda del joven desaparecido de 22 años, según dijo Octavio Núñez, uno de sus hermanos, lo está soportando su familia con la ayuda de allegados. “Las máquinas de vialidad que están removiendo la basura vinieron porque nosotros les pedimos que nos ayuden. La Policía vino pero sólo recorrió las calles, pero no entraron al canal y los integrantes del Grupo CERO que están buscando en el canal son apenas siete”, explicó. Sin embargo, las autoridades policiales informaron que la búsqueda se realiza en diversas zonas. “Hay acumulación de basura, de troncos, de plásticos y hay que ir revisando una por una. No se lo busca sólo en el lugar en el que cayó; con semejante cantidad de agua es probable que no esté allí”, advirtió a la prensa el comisario Néstor Osores, jefe de la Dirección General de Bomberos.

Franco Núñez es discapacitado y vive con su madre en el barrio Ejército Argentino. La correntada lo arrastró cuando cruzaba el puente peatonal ubicado en Américo Vespucio al 3.000. Iba a buscar un caballo para acompañar a un grupo que partía hacia el santuario de la Virgen en La Reducción.