07 Diciembre 2014
HITO. La I Guerra marca el fin de varios imperios, afirmó Kreibohm. la gaceta / fotos de diego aráoz
Un trabajo que venía realizando desde su cátedra en la Universidad del Norte Santo Tomás de Aquino (Unsta) le abrió el camino para desarrollar un ensayo que le significó un galardón de jerarquía internacional. Patricia Kreibohm, profesora de Historia y de Relaciones Internacionales, docente de la Unsta, obtuvo el Primer Premio Intercultural de Ciencias Históricas del concurso convocado por el Instituto Goethe, de Alemania. La institución hizo una convocatoria mundial con motivo de la conmemoración del estallido de los 100 años de la Primera Guerra Mundial, al que se presentaron docentes e investigadores de todo el orbe; en ese ámbito se premió la ponencia “La Primera Guerra Mundial, como guerra de transición, entre la guerra clásica y la guerra total” que elaboró la profesora Kreibohm.
El Instituto Göethe formalizó ya el anuncio público de consagración durante un congreso de historiadores alemanes, que se desarrolló en la universidad de Göttinghen y la buena noticia se trasladó enseguida a la comunidad educativa de la Unsta. En medio de ese marco de reconocimiento, la docente tucumana comentó a LA GACETA el significado y la importancia del trabajo. “Desde mi perspectiva, la Primera Guerra mundial marca un punto de inflexión trascendental en la historia contemporánea: abre un ciclo de guerras, revolución y crisis y más guerras que va a transformándose hacia la mitad del siglo XX en un nuevo proceso; la Primera Guerra es un hito, un punto de partida para toda la historia hasta la actualidad, un eje central y crucial”, asegura. “Yo me dedico a la historia contemporánea y a las relaciones internacionales; por eso el enfoque que realicé tiene una mirada histórica y una mirada desde las relaciones internacionales, por lo que yo sostengo que la Primera Guerra es una guerra de transición, entre la guerra clásica y la guerra total, entendiendo por guerra clásica o institucionalizada la que se da fundamentalmente en Europa en los siglos XVIII y XIX y la guerra total, que sería la Segunda Guerra Mundial. Y yo entiendo que estas guerras tienen elementos de las guerras anteriores, que fueron teorizadas específicamente por (Carl von) Clausewitz, pero que también incorpora caracteres novedosos que no existían hasta entonces y que se van a profundizar y agudizar durante la Segunda Guerra Mundial”, agregó Kreibohm.
- Qué deja la Primera Guerra? Aún se discuten las causas y efectos, 100 años después del estallido.
- Es un punto de inflexión; un hito trascendental y marca una diferencia importantísima. Marca la primera mitad de la historia contemporánea, porque básicamente, esa primera mitad es parte del siglo XIX y la segunda mitad que es el siglo XX. De hecho hay historiadores como (Eric) Hobsbawm que sitúan el inicio histórico del siglo XX en 1914, cuando comienza la Primera Guerra y no el 1900. La periodización la hacen a partir del estallido de esa guerra, porque indudablemente el conflicto no solamente va a marcar las condiciones desde el punto de vista político, económico, social, cultural, militar, estratégico, etcétera, sino que va a cambiar la cosmovisión, la realidad, las relaciones internacionales en lo más profundo del término. Porque esa Primera Guerra Mundial que tiene un escenario fundamentalmente europeo, involucra a actores de todo el mundo como Japón, China y Estados Unidos, y además es una guerra que va a tener consecuencia para prácticamente todo el planeta. De hecho en América Latina hay consecuencias muy importantes derivadas de esta guerra y sus efectos. Es una guerra que implica el fin de varios imperios: terminan el imperio alemán, el imperio austrohúngaro, el otomano, también el imperio ruso, porque esta guerra es la causante de la revolución bolchevique. Es decir que se modifican el mapa europeo y las relaciones internacionales; la hegemonía inglesa se eclipsa y surge la hegemonía norteamericana, que se va a consolidar después de la Segunda Guerra Mundial. Además, hay una serie de efectos no solamente desde el punto de vista político, económico y social, sino también en la cultura, en el arte en la música y la filosofía porque es una guerra que golpea tanto a la sociedad y sobre todo a la sociedad ilustrada europea, que, como dice un autor, creía estar sentada en la cima de una montaña y resulta que estaba sentada en la boca de un volcán que una mañana de junio estalló de manera imprevista…
… Sí, se trata de acontecimientos que producen cambios gigantesco en la humanidad…
- Fíjese lo extraordinario de este hecho, que los especialistas y estudiosos dicen que muchas disciplinas o ciencias surgen en los años 20 del siglo pasado y surgen debido al estupor que les provoca a los intelectuales y pensadores semejantes matanzas y hecatombes; y desde ese momento se transforman lo que eran hasta esos años los códigos de relaciones que regían no sólo los vínculos entre los estados, sino también entre los pueblos y los individuos.
- ¿Cómo eran las guerras hasta 1914? Tras el final de esa guerra, ¿qué es lo que viene?
- Eran guerras institucionalizadas, planteadas como una salida inevitable ante el fracaso de la gestión diplomática; y bastante frecuentes: las decretaba o iniciaba y las concluía el poder político; se hacían en base a una ecuación de costo-beneficio; se establecían metas y objetivos, se calculaban los recursos que todo eso iba a demandar; por supuesto que el vencedor imponía sus condiciones, pero se le daba lugar a la negociación y en algunos casos se compensaba al derrotado para no dejarlo tan resentido o en una situación de rencor extremo; la población civil sufría la contienda, pero no era un blanco militar, o la población civil no era directamente involucrada o atacada; había toda una simbología y una mística de la guerra y normalmente estas contiendas tenían también una suerte de códigos o reglas bastantes precisas para el trato de civiles, los prisioneros y hasta los campos de batalla. Pero en la Primera guerra todo eso empieza a cambiar: si bien arranca como un conflicto para solucionar una controversia, al poco tiempo los elementos racionales empiezan a desaparecer y lo que en principio se había planeado como una guerra limitada en tiempo, espacio y recursos, se torna ilimitada en tiempos, espacios y recursos y se va perdiendo paulatinamente la mística, la simbología, los valores de nobleza, de hidalguía y valor, y la paz ya no es más negociada o acordada, la paz no es arreglada con el vencido, sino, como dice Raymond Aron, es una paz por imperio, que somete al vencido a una situación de rendición incondicional; y eso se ve en el tratado de Versalles, que después será usado por Adolf Hitler como una demanda.
El Instituto Göethe formalizó ya el anuncio público de consagración durante un congreso de historiadores alemanes, que se desarrolló en la universidad de Göttinghen y la buena noticia se trasladó enseguida a la comunidad educativa de la Unsta. En medio de ese marco de reconocimiento, la docente tucumana comentó a LA GACETA el significado y la importancia del trabajo. “Desde mi perspectiva, la Primera Guerra mundial marca un punto de inflexión trascendental en la historia contemporánea: abre un ciclo de guerras, revolución y crisis y más guerras que va a transformándose hacia la mitad del siglo XX en un nuevo proceso; la Primera Guerra es un hito, un punto de partida para toda la historia hasta la actualidad, un eje central y crucial”, asegura. “Yo me dedico a la historia contemporánea y a las relaciones internacionales; por eso el enfoque que realicé tiene una mirada histórica y una mirada desde las relaciones internacionales, por lo que yo sostengo que la Primera Guerra es una guerra de transición, entre la guerra clásica y la guerra total, entendiendo por guerra clásica o institucionalizada la que se da fundamentalmente en Europa en los siglos XVIII y XIX y la guerra total, que sería la Segunda Guerra Mundial. Y yo entiendo que estas guerras tienen elementos de las guerras anteriores, que fueron teorizadas específicamente por (Carl von) Clausewitz, pero que también incorpora caracteres novedosos que no existían hasta entonces y que se van a profundizar y agudizar durante la Segunda Guerra Mundial”, agregó Kreibohm.
- Qué deja la Primera Guerra? Aún se discuten las causas y efectos, 100 años después del estallido.
- Es un punto de inflexión; un hito trascendental y marca una diferencia importantísima. Marca la primera mitad de la historia contemporánea, porque básicamente, esa primera mitad es parte del siglo XIX y la segunda mitad que es el siglo XX. De hecho hay historiadores como (Eric) Hobsbawm que sitúan el inicio histórico del siglo XX en 1914, cuando comienza la Primera Guerra y no el 1900. La periodización la hacen a partir del estallido de esa guerra, porque indudablemente el conflicto no solamente va a marcar las condiciones desde el punto de vista político, económico, social, cultural, militar, estratégico, etcétera, sino que va a cambiar la cosmovisión, la realidad, las relaciones internacionales en lo más profundo del término. Porque esa Primera Guerra Mundial que tiene un escenario fundamentalmente europeo, involucra a actores de todo el mundo como Japón, China y Estados Unidos, y además es una guerra que va a tener consecuencia para prácticamente todo el planeta. De hecho en América Latina hay consecuencias muy importantes derivadas de esta guerra y sus efectos. Es una guerra que implica el fin de varios imperios: terminan el imperio alemán, el imperio austrohúngaro, el otomano, también el imperio ruso, porque esta guerra es la causante de la revolución bolchevique. Es decir que se modifican el mapa europeo y las relaciones internacionales; la hegemonía inglesa se eclipsa y surge la hegemonía norteamericana, que se va a consolidar después de la Segunda Guerra Mundial. Además, hay una serie de efectos no solamente desde el punto de vista político, económico y social, sino también en la cultura, en el arte en la música y la filosofía porque es una guerra que golpea tanto a la sociedad y sobre todo a la sociedad ilustrada europea, que, como dice un autor, creía estar sentada en la cima de una montaña y resulta que estaba sentada en la boca de un volcán que una mañana de junio estalló de manera imprevista…
… Sí, se trata de acontecimientos que producen cambios gigantesco en la humanidad…
- Fíjese lo extraordinario de este hecho, que los especialistas y estudiosos dicen que muchas disciplinas o ciencias surgen en los años 20 del siglo pasado y surgen debido al estupor que les provoca a los intelectuales y pensadores semejantes matanzas y hecatombes; y desde ese momento se transforman lo que eran hasta esos años los códigos de relaciones que regían no sólo los vínculos entre los estados, sino también entre los pueblos y los individuos.
- ¿Cómo eran las guerras hasta 1914? Tras el final de esa guerra, ¿qué es lo que viene?
- Eran guerras institucionalizadas, planteadas como una salida inevitable ante el fracaso de la gestión diplomática; y bastante frecuentes: las decretaba o iniciaba y las concluía el poder político; se hacían en base a una ecuación de costo-beneficio; se establecían metas y objetivos, se calculaban los recursos que todo eso iba a demandar; por supuesto que el vencedor imponía sus condiciones, pero se le daba lugar a la negociación y en algunos casos se compensaba al derrotado para no dejarlo tan resentido o en una situación de rencor extremo; la población civil sufría la contienda, pero no era un blanco militar, o la población civil no era directamente involucrada o atacada; había toda una simbología y una mística de la guerra y normalmente estas contiendas tenían también una suerte de códigos o reglas bastantes precisas para el trato de civiles, los prisioneros y hasta los campos de batalla. Pero en la Primera guerra todo eso empieza a cambiar: si bien arranca como un conflicto para solucionar una controversia, al poco tiempo los elementos racionales empiezan a desaparecer y lo que en principio se había planeado como una guerra limitada en tiempo, espacio y recursos, se torna ilimitada en tiempos, espacios y recursos y se va perdiendo paulatinamente la mística, la simbología, los valores de nobleza, de hidalguía y valor, y la paz ya no es más negociada o acordada, la paz no es arreglada con el vencido, sino, como dice Raymond Aron, es una paz por imperio, que somete al vencido a una situación de rendición incondicional; y eso se ve en el tratado de Versalles, que después será usado por Adolf Hitler como una demanda.
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