Por Eduardo Herrera
01 Diciembre 2014
FESTEJÓ POR DUPLICADO. Diego Milito empieza su frenética carrera para celebrar su segundo gol, el tercero del visitante. dyn
Sus hinchas siguen restregándose los ojos y para ellos no hay nada que pueda oponerse a la conquista de la gloria (llámese campeonato), algo impensado a poco de andar en el torneo. Racing empezó envuelto en sus turbulencias futbolísticas en aquellas primeras fechas, hasta que en la décima viró por completo el rumbo del equipo, que junto al cuestionado entrenador Diego Cocca, permutó aplausos por insultos. Desde el 0-2 contra Rafaela hasta el 3-0 de ayer ante Central en Rosario, sacó 22 de sus 24 puntos, con un invicto de ocho fechas (siete victorias con su arco en cero y un empate).
Es fácil entender entonces la felicidad y la ilusión de la “academia”, que ganó su último título en el Apertura 2001 después de 35 años de sequía, con Diego Milito en su formación, el mismo que se volvió de Europa para coronarse otra vez con la “albiceleste” de Avellaneda y ayer fue autor de dos goles frente al “canalla”. El otro fue convertido por Gastón Díaz en offside.
Pasó apuros al comienzo ante un Central desinhibido, que lo puso en aprietos con la frescura de sus juveniles Franco Cervi (goleador de la Reserva), Javier Correa y Elías Gómez. Después, Racing emparejó y empezó a desnivelar el juego con una mayor firmeza en su trabajo colectivo y la explosividad de Milito arriba. Queda una fecha y depende de sí mismo para subir el último peldaño de la escalera hacia el paraíso.
Es fácil entender entonces la felicidad y la ilusión de la “academia”, que ganó su último título en el Apertura 2001 después de 35 años de sequía, con Diego Milito en su formación, el mismo que se volvió de Europa para coronarse otra vez con la “albiceleste” de Avellaneda y ayer fue autor de dos goles frente al “canalla”. El otro fue convertido por Gastón Díaz en offside.
Pasó apuros al comienzo ante un Central desinhibido, que lo puso en aprietos con la frescura de sus juveniles Franco Cervi (goleador de la Reserva), Javier Correa y Elías Gómez. Después, Racing emparejó y empezó a desnivelar el juego con una mayor firmeza en su trabajo colectivo y la explosividad de Milito arriba. Queda una fecha y depende de sí mismo para subir el último peldaño de la escalera hacia el paraíso.
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