01 Diciembre 2014
CONCEPCIÓN.- Cuando Mario Carrier fue desplazado el mes anterior de la presidencia del Concejo Deliberante de Concepción, el intendente Osvaldo Morelli celebró con euforia la decisión del cuerpo. Es que el edil, desde que dejó de ser su funcionario de confianza para pasar a ocupar la banca, se transformó en uno de sus más duros opositores.
Durante los tres años que se mantuvo en la presidencia del cuerpo legislativo, no hubo proyecto oficial al que no le planteara objeciones. Y el atributo del voto doble en caso de empate del que goza el presidente del Concejo siempre irritó a su ex jefe político. Morelli pensó que con el peronista Raúl Flores las turbulencias en el Concejo iban a cesar y que, así, le esperaba un último tramo de mandato mucho más sereno. Sin embargo todo indica lo contrario.
Carrier formó su propio grupo opositor, logrando arrancar de las filas del “morellismo” a Estela López, Graciela Albarracín y Carlos Fúnez. Y se animó a más: creó el movimiento municipal Frente Participativo (FP). El viernes pasado, la agrupación formalizó su lanzamiento durante un acto al que asistieron Osvaldo Jaldo y Juan Manzur, posibles candidatos a gobernador y vice del oficialismo. Carrier, en la ocasión, abiertamente desnudó su aspiración de postularse para ocupar el sillón que dejará Morelli. Y toma coraje con el guiño de Jaldo. Pero con esa misma intención aparece el legislador Iván Llorens Dip quien, por los años de lealtad al “alperovichismo” que arrastra, se considera merecedor de esa postulación.
Raúl Flores, presidente del Concejo, cree que con la adhesión de Carrier a Jaldo, el ministro del Interior obtuvo un recurso que le permitirá ejercer mayor presión sobre Morelli, ahora embarcado en el proyecto político de José Francisco López. El intendente ya tiene la primera señal: la decisión de los ediles de no aprobar la ampliación presupuestaria. Es un anticipo de lo que se avecina. (C)
Durante los tres años que se mantuvo en la presidencia del cuerpo legislativo, no hubo proyecto oficial al que no le planteara objeciones. Y el atributo del voto doble en caso de empate del que goza el presidente del Concejo siempre irritó a su ex jefe político. Morelli pensó que con el peronista Raúl Flores las turbulencias en el Concejo iban a cesar y que, así, le esperaba un último tramo de mandato mucho más sereno. Sin embargo todo indica lo contrario.
Carrier formó su propio grupo opositor, logrando arrancar de las filas del “morellismo” a Estela López, Graciela Albarracín y Carlos Fúnez. Y se animó a más: creó el movimiento municipal Frente Participativo (FP). El viernes pasado, la agrupación formalizó su lanzamiento durante un acto al que asistieron Osvaldo Jaldo y Juan Manzur, posibles candidatos a gobernador y vice del oficialismo. Carrier, en la ocasión, abiertamente desnudó su aspiración de postularse para ocupar el sillón que dejará Morelli. Y toma coraje con el guiño de Jaldo. Pero con esa misma intención aparece el legislador Iván Llorens Dip quien, por los años de lealtad al “alperovichismo” que arrastra, se considera merecedor de esa postulación.
Raúl Flores, presidente del Concejo, cree que con la adhesión de Carrier a Jaldo, el ministro del Interior obtuvo un recurso que le permitirá ejercer mayor presión sobre Morelli, ahora embarcado en el proyecto político de José Francisco López. El intendente ya tiene la primera señal: la decisión de los ediles de no aprobar la ampliación presupuestaria. Es un anticipo de lo que se avecina. (C)
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