30 Noviembre 2014
TENSIÓN. Personal del 911 acudió al predio para intentar prevenir el ataque. la gaceta / foto de inés quinteros orio
El cortejo fúnebre de César Arroyo, el joven de 25 años que murió el viernes luego de ser atacado por un perro guardián, pasó ayer por la tarde por el frente del predio en donde el animal frustró un supuesto intento de robo.
Arroyo fue inhumado, según la Policía, en el Cementerio del Ángel que está ubicado en las inmediaciones del predio. Al pasar por la propiedad del empresario Rodrigo Laborda, un grupo de entre 20 y 30 personas se abalanzaron sobre el portón del predio que da hacia la autopista de Circunvalación y comenzaron a arrojar piedras. Sin embargo la furia de este grupo, formado por jóvenes de entre 16 y 20 años, los llevó a doblar uno de los hierros de portón para entrar en la propiedad, según sostiene el informe oficial.
Dentro del predio estaba el sereno Darío Herrera que tuvo que enfrentar a la muchedumbre que avanzaba hacia la casa en la que vive. “Gritaban de todo. Decían que le iban a prender fuego al lugar, que me iban a golpear, que me iban a matar. Cuando rompieron el portón se metieron corriendo y llegaron muy cerca de la casa. Tuve que sacar y mostrarles el arma que tengo para cuidar la propiedad para que se fueran”, explicó Herrera.
A pesar de esto, el sereno afirmó que lo amenazaron con volver para intentar incendiar el predio. “Esta noche (por anoche) y la de mañana van a ser muy peligrosas porque estaban muy enojados y decían que nos iban a matar a todos”, afirmó el cuidador. Los agresores vivirían en el barrio 11 de Febrero y serían amigos y vecinos de Arroyo.
A su vez Laborda no encontraba manera de explicar lo que está sucediendo. “¿Qué tenemos que hacer? La propiedad está toda tapiada, protegida con alambres y todo. El perro no lo fue a buscar a él (por Arroyo); él se vino a meter”, razonaba preocupado el empresario. A su vez, se quejó de la falta de celeridad en el proceso judicial que lleva adelante la Fiscalía VI, a cargo de Adriana Reinoso Cuello. “Estamos pidiendo una custodia policial pero nos dicen que hasta que no designen a una jueza para la causa no podemos solicitarla. Tenemos seguridad privada pero ¿Qué podemos hacer si te viene a atacar un grupo de 30 personas?”, agregó el empresario.
La familia Laborda se dedica a la producción agrícola y en el predio en el que Arroyo ingresó, supuestamente, a robar, están los galpones en los que guardan la maquinaria que utilizan para la siembra. El perro guardián que atacó al presunto asaltante es un braco alemán que según los especialistas no es una raza agresiva. “Bully”, el perro, atacó al intruso y le provocó heridas profundas que obligaron a los médicos del Centro de Salud a amputarle el brazo derecho para intentar salvarle la vida. Sin embargo, el joven había perdido grandes cantidades de sangre lo que terminó por provocarle la muerte.
Arroyo fue inhumado, según la Policía, en el Cementerio del Ángel que está ubicado en las inmediaciones del predio. Al pasar por la propiedad del empresario Rodrigo Laborda, un grupo de entre 20 y 30 personas se abalanzaron sobre el portón del predio que da hacia la autopista de Circunvalación y comenzaron a arrojar piedras. Sin embargo la furia de este grupo, formado por jóvenes de entre 16 y 20 años, los llevó a doblar uno de los hierros de portón para entrar en la propiedad, según sostiene el informe oficial.
Dentro del predio estaba el sereno Darío Herrera que tuvo que enfrentar a la muchedumbre que avanzaba hacia la casa en la que vive. “Gritaban de todo. Decían que le iban a prender fuego al lugar, que me iban a golpear, que me iban a matar. Cuando rompieron el portón se metieron corriendo y llegaron muy cerca de la casa. Tuve que sacar y mostrarles el arma que tengo para cuidar la propiedad para que se fueran”, explicó Herrera.
A pesar de esto, el sereno afirmó que lo amenazaron con volver para intentar incendiar el predio. “Esta noche (por anoche) y la de mañana van a ser muy peligrosas porque estaban muy enojados y decían que nos iban a matar a todos”, afirmó el cuidador. Los agresores vivirían en el barrio 11 de Febrero y serían amigos y vecinos de Arroyo.
A su vez Laborda no encontraba manera de explicar lo que está sucediendo. “¿Qué tenemos que hacer? La propiedad está toda tapiada, protegida con alambres y todo. El perro no lo fue a buscar a él (por Arroyo); él se vino a meter”, razonaba preocupado el empresario. A su vez, se quejó de la falta de celeridad en el proceso judicial que lleva adelante la Fiscalía VI, a cargo de Adriana Reinoso Cuello. “Estamos pidiendo una custodia policial pero nos dicen que hasta que no designen a una jueza para la causa no podemos solicitarla. Tenemos seguridad privada pero ¿Qué podemos hacer si te viene a atacar un grupo de 30 personas?”, agregó el empresario.
La familia Laborda se dedica a la producción agrícola y en el predio en el que Arroyo ingresó, supuestamente, a robar, están los galpones en los que guardan la maquinaria que utilizan para la siembra. El perro guardián que atacó al presunto asaltante es un braco alemán que según los especialistas no es una raza agresiva. “Bully”, el perro, atacó al intruso y le provocó heridas profundas que obligaron a los médicos del Centro de Salud a amputarle el brazo derecho para intentar salvarle la vida. Sin embargo, el joven había perdido grandes cantidades de sangre lo que terminó por provocarle la muerte.
Lo más popular