Las pulverizaciones deben ser correctas

La inoculación es una tecnología que la Estación Experimental ha venido evaluando desde hace un tiempo y pese a que atravesamos una época complicada y que deben considerarse los costos, la ecuación costo/beneficio del inoculante se justifica, afirmó Mario Devani.

“Es una inversión menor que logra incrementos de entre el 8% y el 12%. Por eso recomendamos aplicarlos”, dijo. “Hay algunos inoculantes con los que se inocula la semilla y se siembra inmediatamente; y otros vienen planteados para inocular con 10 o 15 días de anticipación, de modo que el productor, al momento de la siembra, no pierda tiempo y calidad del tratamiento. En zonas menos favorecidas, con suelos arenosos, la recomendación es usar tecnología para curar con 10 o 15 días de anticipación, pero inoculando en el momento de la siembra. Eso asegurará la calidad del inoculante y el trabajo de simbiosis para la captación de nitrógeno”, recomendó.

En lo específico a pulverización y aplicación de agroquímicos, “una correcta pulverización debe contemplar la calibración de la máquina, las condiciones atmosféricas y el estado del cultivo y de las plagas (una adecuada aplicación significa el 50% del éxito de la misma)”. Hay que mantener en condiciones la máquina pulverizadora, con las regulaciones necesarias de las bombas y los caudales. “Como estamos en época de barbecho, se recomienda trabajar con el mínimo nivel de agua posible; con pastillas antideriva (AI Teejet, Turbo Teejet), y teniendo en cuenta que no haya excesivo viento, humedades relativas por encima del 50% y temperaturas por debajo de 28ºC”.

“Esto nos obliga a aplicar en las primeras horas de la mañana, hacia la tarde o durante la noche. En horario nocturno las aplicaciones son muy buenas y, en este caso, hay que tener en cuenta el punto de rocío”, indicó. Cuando vemos que se forman gotitas en las hojas, hay que detenerse. Hay una cuestión importante relacionada con la aplicación: la calidad del agua; deben hacerse análisis, y si disponemos de aguas duras o con pH alto, se debe bajarlo con productos específicos. “Muchos de los agroquímicos que empleamos están vinculados con ese factor. En el caso del glifosato, si se baja el pH del agua los efectos son mejores”.

“En cuanto al uso de los coadyuvantes, existe la idea generalizada de que todos son iguales, pero no es así”. La sugerencia es que “frente a la necesidad de aplicarlos, si hay altas temperaturas hay que usar aceites”, en especial los metilados de soja o la combinación de éstos con coadyuvantes siliconados para evitar la evaporación de la gota. “En aplicaciones nocturnas, es probable que en lugar de aceite debamos usar un producto siliconado, para lograr mayor cobertura y penetración de la gota, ya que las temperaturas son más bajas y la humedad más alta”.

“Es muy importante recordar que: el 50% del éxito de una aplicación depende de cómo se hace, y el resto, del producto elegido. Una aplicación mal efectuada implica volver a realizar la operación, lo cual hace que la maleza se estrese y se dificulten los controles”.

Anti plagas

Lo mismo ocurre frente a una plaga: si hacemos una incorrecta aplicación, se eliminan los insectos de la parte superior de la canopia, quedando fuera de control los que están en profundidad. Hay que ser certeros. Ésta es una campaña tecnológica, y la tecnología es la suma de buenos manejos para llegar al máximo potencial de rendimiento.