El ex jefe de Policía habría cooperado con los sediciosos al no actuar

Las protestas policiales que se habían sucedido en Córdoba, que incluyeron saqueos y desmanes en la vía pública, podían hacer prever o imaginar a cualquier persona que posiblemente esas situaciones se repetirían en Tucumán. Pero el entonces jefe de Policía, Jorge Herminio Racedo, nada hizo, según concluyeron los fiscales Diego López Ávila y Adriana Giannoni, al solicitar que el comisario retirado sea juzgado por haber sido partícipe necesario de la sedición ocurrida en diciembre del año pasado.

“El jefe de Policía poseía un abanico de posibilidades y se encontraba facultado de disponer en forma casi inmediata el cese de los reclamos apenas tuvo conocimiento de la reuníon establecida antes de dirigirse a la Subjefatura... nada hizo, se limitó a observar cómo los hechos tomaban paulatinamente mayor envergadura”, versa en la requisitoria de elevación a juicio.

La indiferencia de Racedo, según López Ávila y Giannoni, fue absoluta. Dejó que los acontecimientos siguieran su curso. “No caben dudas, al entender de este Ministerio Público, que conocía y sabía que con su no hacer, con su omisión, colaboraría o cooperaría con el reclamo sostenido por los sediciosos, quienes vieron facilitado su actuar delictual extorsivo ante la inercia y pasividad absoluta del jefe de Policía”, argumentaron los fiscales.

Racedo era el garante de la paz social en la provincia, y tenía las herramientas que le brindaba el Reglamento del Régimen Disciplinario Policial, según entendieron los fiscales. Con su “no hacer”, el entonces jefe de Policía contribuyó a que se cometieran los hechos.

“Surge evidente una causalidad entre la omisión y los hechos desarrollados, que permite afirmar que si el omitente hubiera realizado la acción dicho resultado no se hubiera producido con una posibilidad cercana a la certeza”, dice en el escrito fiscal.

Las omisiones

¿Cuáles son las medidas que podría haber tomado Racedo para evitar los sucesos de diciembre de 2013? Los fiscales respondieron a la pregunta con el detalle de artículos de la Ley 3.656, que dispone que la Policía debe mantener del orden público, la seguridad general y la paz social.

A los fiscales les llamó la atención que en medio del caos producto de la revuelta policial, haya habido agentes que estaban cumpliendo servicio adicionales. ¿Porqué no se ordenó el retén policial para que todos los efectivos, incluidos los que estaban de descanso, se aboquen a proteger las calles?, se preguntaron.

La única orden que habría dado Racedo en este sentido, sería la de citar al personal que estaba prestando servicios para que se dirigiera a la Escuela de Policía y desde allí ser derivados en grupos a distintos sectores de la ciudad. El retén policial fue ordenado recién el 11 de diciembre, luego de que el reclamo policial había finalizado. Curiosamente, al mismo momento en que los sediciosos firmaban el acuerdo con el Gobierno, los saqueos cesaron.