13 Noviembre 2014
LA GACETA / FOTO DE ANALÍA JARAMILLO
Minutos después de las 13 llegó a la sede de los tribunales penales, ubicada en avenida Sarmiento al 400, el financista Jorge Alejandro Rigourd y se dirigió al despacho del fiscal Guillermo Herrera, en el marco de la causa por la presunta estafa a ahorristas. Casi en el mismo momento en que hacía su ingreso, la jueza Mirta Lenis de Vera firmó la orden de detención solicitada por el fiscal.
Según trascendió, Rigourd, que declaró durante más de siete horas, habría dado dos datos clave para los ahorristas damnificados. Por un lado reconoció las deudas y por otro no se habría declarado en quiebra. Eso significaría -de confirmarse la versión- que el empresario estaría dispuesto a pagar a sus acreedores.
Antes de su declaración, y en un breve contacto con LA GACETA, Rigourd sostuvo: "estoy tranquilo y confiado en poder aclarar las dudas ante el fiscal. También sorprendido por el impacto mediático que tuvo esa situación. Confío en que se podrá solucionar todo".
Ayer el financista se presentó por primera vez con su abogado, Arnaldo Ahumada, en el despacho de Herrera. En sólo 10 minutos, Rigourd y su defensor cumplieron un trámite: presentaron un escrito y se fueron del edificio de avenida Sarmiento al 400.
Horas más tarde el propio Ahumada salió a hablar por su defendido. “Él había sido citado por los diarios, porque desde un primer momento se dijo que (Rigourd) estaba prófugo, lo que no es cierto, y presentaremos la prueba de ello”, indicó el letrado, al brindar una conferencia de prensa.
El empresario está acusado de estafar a una numerosa cantidad de personas por un monto que podría superar los $ 200 millones. La causa es llevada adelante por el fiscal Herrera, quien allanó el viernes de la semana pasada dos sucursales de la firma Cofin (ex Arpenta) que estaban a su nombre. Las oficinas, que están ubicadas en 24 de Septiembre al 700 y en San Martín al 600, fueron inspeccionadas y de allí se llevaron documentación.
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